sábado, 30 de enero de 2010

VENUS VALORIZACION


Valorización. Después de conectar con el ambiente (Mercurio), el niño debe aprender a VALORAR lo que experimenta: Si conecta con un platillo de horno caliente, hace muy pronto la valorización de que esta experiencia es "mala". Venus tiene su sentido en primer lugar en enseñarnos - en un nivel puramente subjetivo - lo qué es "bueno" o "malo" para nosotros. De este nivel básico, se pueden deducir otros niveles:
  • Lo que "me gusta" o "no me gusta": la estética personal.

  • El deseo de "atraer" lo que me gusta: el atractivo sexual.

  • El amor: o sea, lo que "amo" porque "me gusta".

  • El deseo de "armonizar" entre yo y los demás: ya que Venus "atrae" con el deseo de "incorporar" algo/alguien en su mundo, intenta a veces "armonizar" o "suavizar" incluso elementos negativos - quizás porque sabe que tiende a incorporar demasiado: su intento de "suavizar" sería en este caso un intento de sobrevivir a la influencia nociva que quizá ya haya incorporado sin darse cuenta...

  • El deseo de ser apreciado (necesidad de ser amado), pero también el apreciar: los gustos artísticos.

MARTE AUTOPROYECCION


  • Autoproyección. Marte da al individuo el deseo de actuar en la vida, en una dirección específica. Da dirección a la fuerza vital (Sol), que aunque "brille", todavía no dirije sus energías en un camino determinado. (Este "dirigirse" es necesario en cualquier vida humana - a no ser de que el individuo haya llegado a uno de estos míticos estados de "iluminación", en el cual puede "brillar" para el mundo sin necesidad de realizar impulsos o deseos personales.).

  • Como "pareja" de Venus, Marte "actúa" para conseguir lo que le gusta a Venus - o para rechazar, luchar contra lo que no le gusta.

  • La motivación necesaria para empezar algo (una idea nos gusta (Venus); entonces actuamos para realizarla (Marte)).

  • La necesidad de crear una polaridad. Mientras Venus intenta "armonizar", "suavizar", Marte busca lo contario: la dualidad, el "desarmonizar" una situación, para que exista el tipo de energía que él necesita para actuar en una dirección determinada.

  • El deseo de conquistar: en el campo de la sexualidad, Venus intenta atraer para que sea seducida - Marte, por el contrario, prefiere conquistar activamente.

  • Nuestras agresiones (en sentido positivo y negativo); Marte representa el movimiento hacia afuera: agresión, impulso, el espíritu pionero.

JUPITER LA EXPANSION


Expansión. El crecimiento en todos los sentidos: conocer más (por eso, los "viajes" de la tradición), aprender más, llegar a ser más, tener más ("riqueza"). La palabra "más" es una clave de Júpiter, pero se la puede entender en dos sentidos contrarios:
  • Positivo: crecer, aprender, expandir los propios horizontes y los de los demás, prepararse para el futuro, abrirse para las oportunidades que ofrece el mundo. La sabiduría verdadera que nos aporta el conocer y entender del mundo. La "felicidad" que proviene de la expansión fructífera.

  • Negativo: crecer más allá de los propios límites, o sea, querer siempre más sin fijar lo que uno ha conseguido; pretender ser mejor que los de más, por lo que uno "reconoce", sin tener conocimientos verdaderos; exageraciones de todo tipo.

Júpiter es (junto con Saturno) uno de los dos llamados "planetas sociales", ya que representa nuestra expansión en el entorno exterior, y también nuestra asimiliación de las influencias de este entorno.

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SATURNO CONTRACCION


Contracción. (Contrario de Júpiter). Concentrarse. Fijar lo que uno ha conseguido. Estructurarse, formarse. Limitarse, disciplinarse.
  • Positivo: Estar lo suficientemente "formado" como individuo para poder aceptar responsabilidades y trabajar para fines constructivos en la vida. Dar "estructura" a los demás, ayudándoles así a formarse una realidad constructiva. Muy fiable.

  • Negativo: Demasiado rígido, siempre se limita a sí mismo y a los demás. Intenta disciplinar a los demás sin tener derecho a hacerlo. Falta de alegría, de espontaneidad: a veces depresivo, ya que no se permite "vivir" - ve toda la vida como una serie de obligaciones pesadas. Inhibido. Los obstáculos.

Un ejemplo para distinguir Júpiter de Saturno:

El Jupiteriano positivo estudia porque quiere conseguir más; el saturnino positivo estudia porque quiere formarse mejor como individuo.

El Jupiteriano negativo estudia porque quiere presumir con todo lo que "ha reconocido", el saturnino negativo porque quiere colgar un título en su pared...

Saturno, el otro "planeta social", simboliza las estructuras de la sociedad que nos limitan pero también nos forman.

NEPTUNO LA IMAGINACION


La "imaginación" en todos los niveles. Pongo la palabra "imaginación" entre comillas porque soy consciente de que no es la palabra más adecuada para expresar la fuerza neptuniana. Lo que pasa es que no existe palabra en la lengua que capte la esencia de este planeta. Por eso, hace falta una explicación más detallada.

Hemos dicho sobre Urano que éste significa el idealismo. Un ideal es una idea de algo "perfecto" o por lo menos, de algo mucho mejor de lo que existe ahora. Como ya sabemos, los "idealistas" suelen tener ideas a veces bastante "fijas" de los sueños que quisieran convertir en realidad. Cada ideal empieza con un sueño - con una imagen clara que se plantea en la mente, y gradualmente se "concentra", se "fija" hasta llegar a ser una "idea", y luego "un ideal". Este "primer sueño", la "imagen clara" que es el prerrequisito para cualquier idea, es lo que Neptuno representa.

Lo que hace Urano es captar el "sueño" y lo concentra (Saturno) - Es interesante notar que la órbita de Urano se encuentra entre las de Neptuno y Saturno. O con otras palabras, Urano intenta realizar los "sueños" neptunianos en el mundo de la "realidad concreta" (Saturno).

Neptuno representa estos "sueños", estas imágenes que nos alcanzan desde "otros mundos" - el "más allá", el inconsciente colectivo, el inconsciente personal, o lo que sea. En el campo esotérico se sabe desde hace mucho tiempo que nosotros estamos creando constantemente nuestra propia realidad. Cualquier pensamiento tiene su "poder", y según cómo pensemos (es decir, según las ideas semejantes que concentramos y proyectamos hacia afuera en nuestra vida), así será la "realidad" que encontremos. Según esta teoría, la realidad es (en un nivel puramente subjetivo) nada más que el reflejo de lo que llevamos dentro de nosotros. El aceptar esta idea es la base para cualquier trabajo "mágico", es decir, para cualquier intento serio de cambiar nuestra realidad con el poder de la mente.

Visto así, el planeta Neptuno adquiere un significado a la vez mucho más profundo y también más "concreto" del que se encuentra en los libros tradicionales: reconocemos a Neptuno como LA BASE ESPIRITUAL DE LA REALIDAD. Estoy seguro de que esta definición básica de Neptuno no será aceptada a primera vista por muchos astrólogos, que suelen asociar Saturno con la "realidad". Saturno sí representa la "realidad concreta", o sea la imagen neptuniana que ha sido canalizada a la tierra por Urano, y "concentrada" (= dada una forma concreta) por Saturno. Pero el "primer sueño", esta "imagen clara" que recibimos en un instante sin saber desde dónde, y en muchos casos sin poder verla con claridad en el primer instante - esta "idea recién nacida" que nos va a dar la "inspiración" necesaria para formar una "visión" que nos posibilitará o cambiar algo en la vida, o crear algo nuevo - esta primera imagen es lo que Neptuno representa. Para quienes crean que esta definición es demasiado "esotérica", recuerden que las ciencias nos enseñan que toda la vida proviene del mar (Neptuno).

Desde esta definición básica, podemos deducir los otros significados más comunes de Neptuno:

Imaginación, intuición, inspiración: o sea, todas las impresiones que nos lleguen desde los mundos (psicológicos o espirituales) no conocidos, "extrasensoriales". Ideación. La necesidad de refinarnos a través de la incorporación de impresiones del "más allá" en una vida a veces demasiado materialista. Las percepciones de impresiones que nos llegan desde el mundo espiritual: según el grado de armonía presente en el individuo, o recibirá impresiones positivas que le ayudarán a desarrollarse espiritualmente - o percibirá fuerzas negativas que pueden influirle negativamente en un nivel psicológico. Por eso, Neptuno representa lo "Santo" o también lo "caótico": drogadictos, acohólicos, toda la gente que no consigue construirse una realidad positiva y sana. Neptuno representa el "disolvente universal", ya que no conoce límites impuestos por las estructuras saturninas.

La posición de Neptuno en una carta astral nos enseñará algo sobre el grado de percepción intuitiva del individuo, y también sobre el tipo de "sueños" que tiene - pero también sobre el peligro que tiene de "perderse" en un mundo fantasioso, o de "escaparse" de la realidad

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PLUTON Y LA TRANSFORMACION

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Transformación. Es decir, la eliminación de lo no necesario para posibilitar un cambio fundamental (pasar de una forma a otra); la fuerza motivadora que busca y produce este cambio.

De todos los planetas, Plutón es quizá el más difícil de entender, lo que no debe sorprender, ya que el paso desde un planeta cercano a la tierra a otro más lejano siempre insinua una elevación de nivel; Plutón (junto con Neptuno) es el más lejano del centro del sistema solar. En un nivel humano, Plutón suele representar lo "esencial" de nuestra vida: o sea, ¿en qué tenemos que concentrarnos si queremos efectuar un verdadero "salto" desde un nivel a otro en la vida?

Plutón funciona a veces como la "mano del destino", ya que no sólo nos exige, sino que nos obliga a separarnos de los elementos de nuestra vida que ya no nos sirven, y también a dar los pasos necesarios para seguir en el camino de nuestro destino. Interpretando el concepto "destino" como "los deseos interiores que hemos formado nosotros mismos, hasta tal punto que ahora están formándonos exteriormente a nosotros por su parte", podemos interpretar a Plutón como los contenidos subconscientes que surgen a la superficie de la conciencia cuando sea

preciso para asegurar que realizemos lo que interiormente estamos buscando.

O en plan simple: si no estamos viviendo como debemos hacerlo (es decir, como sabemos interiormente que tendríamos que vivir), Plutón nos presenta la necesidad de efectuar estos cambios - queramos o no queramos. El caso más extremo de esto es la muerte (otro significado de Plutón), que puede tener varios significados para varias personas (perotodos sus significados tienen que ver con Plutón):

La muerte como simple cambio desde un estado a otro, como parte natural y sana de la vida.

O bien: la muerte como último recurso posible para una persona que se ha negado a aceptar las "transformaciones naturales" de la vida. Si alguien, durante mucho tiempo, se niega a realizarse (Sol) tal y como sabe instintivamente que debiera hacerlo, puede ser que muera simplemente porque esta vida ya no tiene ningún sentido más para él. En este respeto, vemos que Plutón (el planeta que normalmente está más lejano del centro del sistema solar) es la "terminación" de este centro (Sol). El Sol, la vida; Plutón, la muerte.


Pero también hay que tener en cuenta que Plutón - por extensión de su significado básico - representa "transformaciones", "cambios profundos", "muertes" en todos los campos de la vida. Quizá es por eso que se habla de una relación entre Plutón y el sexo. Los franceses llaman al orgasmo "la pequeña muerte", y es obviamente un cambio bastante intenso desde un estado psíquico a otro. La tradición también relaciona Plutón con la magia - la capacidad de "transformar" la realidad desde un estado a otro, o el cambio radical que no sigue el camino normal de "Neptuno > Urano > Saturno", sino que intenta efectuar los cambios deseados por camino "supranatural" (Neptuno > Plutón > comienzo de lo nuevo sin pasar por las etapas intermedias que normalmente sean necesarias).

En la carta astral, y en un nivel más "terrenal", podemos interpretar a Plutón como un punto de gran intensidad psíquica, que dará al individuo un cierto poder mental: un poder que puede utilizar para concentrarse en lo "esencial" de su vida - o en casos negativos, el poder de destruir sin sentido, y sin visión de un posible "renacimiento" positivo.

sábado, 23 de enero de 2010

CULTO A LA GRAN DIOSA MADRE


http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/3090647/El-Culto-a-La-Diosa-M adre-1.html



LA GRAN DIOSA
Por Marta Dillon


La Diosa, dicen sus cultoras, no es simplemente agregar una “a” al nombre de Dios. Es revalorar los ritos antiguos –de la Edad de Bronce y de Hierro-, que consideraban al útero como dador de toda vida y a las mujeres sacerdotisas naturales de ese principio femenino, condenadas por las religiones patriarcales. Rendirle culto a la Diosa, entonces, es una práctica cultural y también una manifestación diversa del feminismo.

En el principio no era el verbo, dicen las sacerdotisas, era el útero. El huevo cósmico de donde surge toda la vida. De las aguas primordiales emergió la Diosa Origen y parió el cielo y la tierra, la pareja sagrada, los hermanos gemelos, hombre y mujer, que también son amantes, consortes, creadores como su Madre de todo lo que cambia y lo que permanece. Los antiguos la vieron como pájaro o como serpiente, con la vulva expuesta y abierta como una puerta al útero sagrado de donde todo sale y a donde todo vuelve y se regenera. Así la concibieron en distintos rincones del mundo, “fue el centro religioso y cultural de los antepasados humanos durante el Paleolítico Superior y en las culturas agrícolas del Neolítico, del 20 mil al 3 mil antes de la era cristiana, cuando se impusieron las culturas e imperios clásicos de orientación masculina y la difusión del monoteísmo del Dios Padre (judío, cristiano o islámico)”, según consta en el Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas de Torcuato Di Tella, Emecé editores. Estas comunidades –prehelénicas, precélticas, prehindúes, etc.- que adoraban a la Diosa no eran matriarcales ni patriarcales, eran matricias, porque todos asumían su origen en una Madre, pero ninguno estaba sobre el otro, no había más fuertes y más débiles porque las debilidades de uno eran la fortaleza de las otras. Y viceversa. Pero todo eso fue arrasado, oscurecido, violado como los hombres violan a las mujeres, como Zeus fuerza a Hera, la diosa del cielo, y a Europa, Asteria, Leda, Némesis y a otras mujeres, diosas y ninfas que habitarán el Olimpo bajo las reglas del todopoderoso Dios del Trueno. Lilith fue ignorada como primera esposa de Adán, hecha de barro igual que él, desterrada por haber querido ponerse encima de él durante el acto sexual. A Eva, la segunda, el Dios Padre la sacó de una costilla esperando obediencia. Y no, la malvada serpiente la tentó y la mujer fue expulsada del Edén, condenada a parir con dolor, heredando desde entonces a su descendencia el pecado original. La religión judeocristiana, tal como la conocemos, sería sólo una manifestación más del patriarcado, según las sacerdotisas y adoradoras de la Diosa. Una manifestación poderosísima a la luz del modo en que se ha impregnado en el imaginario colectivo. Para ellas, la serpiente, lejos de ser malvada, es una Diosa dadora de conocimiento. Las brujas, asesinadas brutalmente durante siglos, no son más que chamanas, hijas de la Diosa como todas las mujeres y los hombres aunque ellas comprenden mejor de qué se trata el ciclo de la vida, porque en su cuerpo algo renace y algo muere mes a mes. Entonces el culto a la Diosa no sería más que una vuelta al origen. Una vuelta al cuerpo, a descubrir en el cuerpo de las mujeres el secreto de lo sagrado, la generación de la vida. En definitiva, según los recientes descubrimientos de la genetista Rebecca Cahn, confirmados y ampliados por científicos de la Universidad de Stanford, el primer humano fue mujer –sólo tenía cromosomas X–, habitó en Africa y antecede en 80 mil años a los Homo Sapiens.
Feminismo espiritual


En un principio hubo mujeres que quisieron pensar a la Iglesia desde una perspectiva de género, o feminista, que era la palabra que se usaba en los ‘70. Así lo relata una de las principales teóricas nacionales del culto a la Diosa, Ethel Morgan. “La visión androcéntrica no respondía a las necesidades espirituales de las mujeres, por eso hubo teólogas que empezaron a investigar en la historia de las religiones y lo primero que hicieron fue revalorizar a las brujas.” Muchas se apartaron entonces del cristianismo y se entregaron de lleno a los ritos paganos que no eran otra cosa que religiones sojuzgadas por el patriarcado.

“Hubo que reinventar a la Diosa, reformular las ‘leyes naturales’ que en realidad violaron a la naturaleza. Así nace la tealogía –de tea, tia o theia, La Divina, titana solar preolímpica, hija de la Diosa Creadora–, largamente definida por Morgan en el Diccionario de ciencias políticas y sociales. “Durante el siglo XX, arqueólogas e investigadoras en diferentes campos –escribe Morgan– vienen desarrollando la tealogía, respondiendo a la necesidad de la mujer de recuperar su arquetipo sagrado como parte de la identidad femenina que colabore en la superación de los estereotipos de orientación patriarcal.” Jane Ellen Harrison, Marija Gimbutas, Barbara Walker, Mónica Sjöö, entre muchas otras, son las que han aportado para conformar este movimiento reivindicado como feminismo espiritual, “que reconoce y celebra tanto los derechos de las mujeres como sus poderes sagrados y espirituales”. De lo que se trata es de recuperar una cosmología en la que poder identificarse para reconocerse también parte activa de lo sagrado y no como mera costilla, pecadora o impura, proscripta de los estudios divinos. “Si sólo contás con un arquetipo –como modelo sagrado más antiguo– de un Dios solo, vengativo, que niega todo lo demás, que modela al hombre a su imagen y semejanza pero saca a la mujer de su costilla, estás creando también un modelo económico, social y político. Y por eso también las mujeres nos sentimos una porquería durante tanto tiempo”, dice Analía Bernardo, periodista y escritora. Si la religión patriarcal sentencia al cuerpo de las mujeres al dolor, las feligresas de la Diosa lo recuperan como una herramienta para conectarse con lo divino. Las mujeres son hijas de la Diosa pero también son ella misma, así lo dice Sandra Román, sacerdotisa de la Diosa iniciada en Glastonbury según los mitos célticos, de donde provienen buena parte de los rituales y la cosmología de la Diosa. De hecho fue en Irlanda donde se han encontrado cientos de figuras de diosas femeninas con sus vulvas expuestas. “Las mujeres tenemos el útero y ahí es donde se gesta la vida; los hombres también pueden participar del culto a la Diosa, sólo que les cuesta más entenderlo porque no viven como nosotras el ciclo vital”, agrega. “A partir de la percepción de los principios biológicos, del propio cuerpo –completa Bernardo–, hay una conciencia que se desarrolla”. ¿Entonces los hombres, por carecer de útero, por no vivir en su cuerpo el ciclo que empieza y termina cada mes, serían inferiores? De ninguna manera, sólo son diferentes. “Superior e inferior –aclara Román– son principios del patriarcado.”

El círculo


El mundo se representa como un círculo; el ciclo de la agricultura es circular, igual que el ciclo de la luna y el ciclo menstrual. Las que adoran a la Diosa también integran un círculo. “Creemos que hay momentos de luz y de oscuridad, pero no como luz buena y oscuridad mala. Lo oscuro se integra dentro de nosotras como la vida y la muerte. Es como la naturaleza; existen el otoño, el invierno, la primavera y el verano. La Diosa y su consorte son una pareja sagrada. Es así en toda la religión pagana –explica Adriana Gómez, sacerdotisa de la Diosa–, salvo que ella es dadora de vida. No hay dicotomía porque están todos los momentos y las figuras integradas. Creemos en una composición cíclica como el yin y el yang y ninguno puede estar sin el otro.” Como una serpiente que se come la cola, como la representación del tiempo en un reloj, de círculo se habla cuando se reúnen las mujeres a adorar a la Diosa, en círculo sehacen los rituales y ese círculo no tiene que dejar huecos porque si no la energía se escapa. Así como se sentaban los indios para sus ceremonias, los chamanes para contar sus historias y los nietos en torno del abuelo o de la abuela. Las sacerdotisas no son superiores a las iniciadas, en todo caso, sus hermanas mayores. “Ninguna es jefa –cuenta Román–; ninguna no sabe.” Lo que hay y lo que falta son parte del círculo y de la abundancia y la restricción se puede aprender. “El círculo borra las jerarquías, exige lugar para el consenso y para el disenso.” La Diosa es una y son muchas, es la Pachamama de los diaguitas argentinos, la Sirena del Paraná, la Diosa madre de los mapuches, la luz mala de los huesos y la Vieja vestida de novia que habita La Pampa. La Jaguar de los Andes y del Amazonas y también Ixchel, la diosa luna de los mayas, y Sheela na’ gir en Irlanda. La diversidad se celebra porque cada diosa tiene un atributo y hoy se puede ser una pero mañana otra, así como se es joven pero también llegará la vejez con su sabiduría.

La Triple Diosa


La Diosa es una y son tres, como los ciclos de la luna. La doncella –el cuarto creciente– “tiene la fuerza de la primavera, trabaja con la autoestima, es independiente”, dice Adriana Gómez. Esta Diosa rige la primera fase del ciclo menstrual, el que empieza cuando se va el sangrado. Es virgen no porque no tenga relaciones sexuales, sino porque celebra la libertad sexual sin quedar embarazada. La que sigue es la madre, la mujer madura, la que puede procrear, hijos o ideas, es el verano, la época de la cosecha, rige el momento de la ovulación. La tercera es la anciana, la vieja sabia, la que también celebra la sexualidad, rige el período previo a la menstruación y también la menopausia. “Es la que tiene la visión oracular, la que enseña cómo atravesar las etapas que ella ya ha vivido con sabiduría –continúa Gómez–. Es lo contrario a lo que plantea el patriarcado, que la mujer madura ya no sirve más y por eso se ponen tetas, se cortan, se sacan, se arreglan.” En la mayoría de las culturas antiguas aparece una diosa triforme, incluso Analía Bernardo la descubrió en las mamushkas rusas, esas muñecas que entran una dentro de otra: “Una de las trinidades más antiguas de la mitología rusa procede de Siberia. Es la diosa Umai y sus dos hijas que los nativos de la región identifican con los montes Altai. Un lugar donde pervive el chamanismo de origen femenino más antiguo del planeta y que las violentas prédicas cristiana, islámica y soviética atea no lograron eliminar del todo”. Hay un cuarto arquetipo, que representa la luna nueva, el invierno y el momento de la menstruación: es la diosa oscura, la de la muerte que es también la resurrección, la transformación, el pasaje de un estado a otro. Todas tienen su consorte, no como marido sino como amante, amoroso y dedicado, hermano y pareja. Pachamama tiene a Illapa; Isis tiene a Osiris –y también a su hermana gemela, Neftis, la oscura, la de las profundidades de la tierra–; Ishtar, la diosa babilónica del cielo y la tierra fértil, a Ereshkigal. Algunas, las creadoras, han parido a su consorte, como Kali a Vishnú. El goce del sexo, el orgasmo son modos de iluminar la conciencia y expandir la energía –aun cuando la actividad sexual sea en soledad– y no está atada a la reproducción. “El conocimiento de las plantas anticonceptivas como la artemisa era un saber que pasaba de una generación de mujeres a la siguiente sin intervención de los varones, aun en los primeros meses sin sangrado –explica Bernardo–, y los que participaban del chamanismo de la Madre Tierra aprendían de las mujeres chamanas a usar esas hierbas en beneficio de las mujeres. El Dios de los católicos que prohíbe a través de sus obispos y sacerdotes el acceso a la anticoncepción es, desde la perspectiva sagrada, una deidad entre muchas otras.” Y cada una puede elegir a quién rendirle culto.

La sangre.


La sangre menstrual es la única que el cuerpo expulsa sin ningún acto de crueldad previa, sin más heridas que la necesaria para que el ciclo vuelva a empezar. Esta sangre es sagrada para quienes adoran a la Diosa y por eso se la ofrendan. Según las tradiciones celtas que Sandra Román rescata, el Grial no es más que el recipiente en el que se recoge y entrega la sangre de las mujeres que menstrúan. Es un período de profunda sensibilidad en el que las mujeres están más perceptivas que nunca, ideal para consultar oráculos y confiar en las visiones y la intuición, un don sobre todo femenino. “Ritualmente la tierra pide sangre y se la das, y la Madre Tierra te devuelve energía a través de la vulva”, dice Román y es por eso que antiguamente las mujeres celtas danzaban desnudas sobre los campos sembrados para fertilizarlos. Y también para recibir su energía. Para las cultoras urbanas del feminismo espiritual, esta práctica es al menos complicada. Se puede realizar sobre macetas, sobre todo sobre aquellas plantas que necesiten vitalidad. “Yo trato de transmitir la recolección del sangrado –dice Miriam Wigutov–. Trato de transmitir de una manera ecológica el fenómeno de sangrar. Las toallitas son lo más antiecológico que existe para el planeta y para nuestro cuerpo porque tienen blanqueadores que te dejan la vagina destruida. A la recolección se le puede dar varios usos. Hay uno mágico: el de las brujas. Y otro convencional: como ofrenda para regar, para las piedras de poder, para trabajar en la sanación. También recomiendo escucharse, sentarse a tomar un té con el propio útero. Allí hay un secreto que cada una puede empezar a recordar: cuál es mi tradición, cuál mi árbol genealógico. Me importa que la mayor cantidad de mujeres posible pueda conocer esta manera de pensar el ciclo femenino. Porque así estás en otra posición, más valorada, más sagrada. Y aumenta tu poder para conectarte con el mundo de lo invisible.” Analía Bernardo también propone la recolección, usando algodones que después se mojan y se exprimen en un frasco. Más tarde se entierra el contenido en alguna plaza o parque haciendo un hoyo al pie de un árbol, cubriéndolo después con tierra y hojas para no llamar la atención. Y además sugiere una invocación sencilla para “este ritual de comunión regeneradora con la Pachamama y con nosotras mismas: Esta es la sangre que promete renovación/ ésta es la sangre que promete sostén/ ésta es la sangre que promete vida”.

Las brujas
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Despreciadas, temidas, quemadas en la hoguera, feas como monstruos, llenas de verrugas y volando en escobas, eso fue lo que quedó de las brujas en el imaginario colectivo. Mujeres que rinden culto a la Diosa –o las diosas– reivindican y rescatan como principales víctimas de la violencia del patriarcado. Brujas son todas las que reconocen los poderes que se suponen propios del género o al menos más desarrollados como la intuición, la sensibilidad, la capacidad de nutrir, de curar, de transitar entre el mundo de lo visible y lo invisible. Carlos Castaneda también reconoce el poder de las mujeres “para colapsar los parámetros de la percepción ordinaria, para ampliar lo perceptible”. Y el útero tiene un papel fundamental en este modo de la percepción, por eso las brujas, según Castaneda y según las feligresas de la Diosa, entrenan su vientre como un órgano de conocimiento. Como tales las brujas y sacerdotisas –que en definitiva son lo mismo– manejan las hierbas y los elementos necesarios para curar, fertilizar o consultar oráculos. La única regla a la que obedecen en los círculos de la Diosa es “haz lo que quieras pero no perjudiques a nadie”. Porque además, como la vida es un círculo, todo lo que una provoca o da vuelve. Y ninguna bruja que se precie quiere que le devuelvan maldades. “Todas las mujeres tenemos un modo particular de usar el cerebro, podemos atender el teléfono, trabajar y atender a los niños, escribir y lavar la ropa. Podemos ser madre y padre, como la Diosa Creadora. Podemos usar los dos hemisferios, pero la diferencia entre una mujer que hace todo eso y además sabe quién llama antes de atender elteléfono es que la bruja hace todo naturalmente –explica Wigutov–. El antiguo arte saca afuera tu diamante y hace que brille, de eso se trata el entrenamiento. Una bruja puede utilizar su potencial de un modo consciente y deliberado con el objetivo de ligar los dos mundos.” Hécate es una de las manifestaciones de la diosa anciana y es, a la vez, la madre de las brujas. Igual que Lilith, la otra, la condenada a la oscuridad, que rige la sensualidad, el poder de atracción. “En mi familia hay una bruja por generación –dice Adriana Gómez–, pero yo soy diferente porque ellas invocaban a la Virgen María para curar. Yo me hice hija de la Diosa. Hoy ser una bruja significa ser rebelde, como las mujeres que se opusieron al sistema desde distintos lugares. Ellas fueron las herederas de una sabiduría ancestral. Eran las otras. Por eso querían desterrarlas y matarlas. Nunca se supo cuántas mujeres murieron en la hoguera por la Inquisición, pero se estima que entre tres y nueve millones. Hoy significa hacerte cargo de tu propio poder, decir que no cuando lo tenés que hacer, defender a tus hermanas, defender la tierra.”

Ayúdate a ti misma
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El culto a la Diosa no es una religión, porque religión remite a estructuras verticales y dogmáticas. Es una práctica espiritual para algunas, es una forma del feminismo cultural para otras. Y es también una herramienta de autoayuda y ésa es su manifestación más expandida. “Trabajar con los arquetipos de las Diosas ayuda a recomponer tu mundo interno, a evitar las situaciones depredadoras. Conociendo los mitos sagrados femeninos, las mujeres pueden reconocerse y empoderarse”, dice Bernardo. Se trata simplemente de reconocer lo sagrado en el propio cuerpo, de redescubrir sus capacidades y convertirlo en un lugar de placer, “al contrario de lo que proponen las religiones tradicionales que te exigen abandonarlo, salir de él porque su goce es pecaminoso”, dice Román. “Encontrarse con la Diosa –dice Adriana– es como volver a casa.” Y en ese lugar es fácil sentirse seguras.

miércoles, 20 de enero de 2010

DIOSAS OSCURAS


http://mx.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090524165920AAID9nE

Las Diosas Oscuras

Elena Licenciada en mitologias

Dentro de la alta magia, la brujería, hechicería así como en la celebración de cualquier ritual relacionado con la Wicca uno de los aspectos más importantes que se observa es la posición de la luna, pues los resultados de los rituales que se realicen se verán determinados por la etapa lunar en la que se encuentre el mes.
En este orden de ideas, la etapa lunar más dificil de trabajar y a la que le rehuye con más frecuencia es la que va de la luna menguante a la luna negra ya que es la época de desvanecimiento, oscuridad y destrucción. Sin embargo esto no significa que no se pueda o no se deba trabajar rituales mágicos durante estos días, basta con cambiar con el debido cuidado el sentido de lo que se desea obtener, por ejemplo si lo que se requiere es mayor unión familiar, se deberá trabajar para desvanecer la desunión familiar, de esta forma se cumple con el aspecto de desvanecimiento de la luna y se trabaja sobre lo que se necesita. Cabe aclarar que la fuerza de la luna menguante y oscura es muy fuerte, por lo que se sigue recomendando muchísimo cuidado al trabajar pues los resultados suelen ir más allá de lo esperado.
El segundo aspecto importante en la realización de un ritual es la deidad a quien se llama, se trabaja o se pide su ayuda, esta dependerá de la etapa lunar, el objetivo en si mismo del ritual y de la afinidad personal que el practicante tenga con la deidad, por ello es se presentan las principales diosas oscuras dentro de la magia y brujería, a ellas llamamos e imploramos durante la etapa lunar que va desde el día posterior a la luna llena hasta la noche de luna negra, ellas nos protegen durante esta etapa y en varios casos incluso durante el resto del ciclo lunar.
Antes de trabajar bajo la protección de cualquiera de las diosas que se presentan, se sugiere estudiar su mitología y rituales a fondo, practicar meditaciones en torno a ellas para averiguar con cual existe más afinidad, y sobre todo hacer clara conciencia de que son diosas que por ser oscuras también tienden hacia acciones vengativas cuando se les ha prometido y no se les cumple.
Que son Los Poderes Oscuros? Los poderes Oscuros emanan de los aspectos Oscuros de la Diosa y el Dios. Este es el poder de Crone (la anciana) Y del Señor de Las Sombras. Los poderes Oscuros son mas que una personificacion de las influencias negativas en la vida. Esta energia es muy poderosa. Asi que aqui podemos reafirmar uno de los aspectos del codigo de conducta de la wicca: Ten cuidado con lo que haces.La Diosa Oscura esta representada en la mitologia como varios tipos de ancianas de muerte, devastacion, guerra enfermedad y destruccion de la tierra. El Dios Oscuro a su vez representa el huesped silente de la muerte en su reino subterraneo de sombras grises y profundo sueño. El sabe los secretos de y la sabiduria del Universo, conoce la muerte, la guerra y la destruccion.La Diosa es la Madre de los huesos que colecciona las calaveras de los muertos. Nos quiere dejar ver que lo material de la vida. El Dios Padre es el cazador (Cazador Salvaje) que representa las energias del alma. Se entiende por esta cosmologia algo muy lejano al miedo. En la antiguedad los cultos del misterio se enfocaban en los aspectos oscuros de lo divino para que sus seguidores pudiesen vencer sus miedos sobre la mortalidad y alcanzar la sabiduria de la inmortalidad.
Como Poder el Señor Oscuro es el caos por el cual el Orden debe de evolucionar. No hay un final para este ciclo, el orden se convierte en caos para renacer denuevo como un nuevo Orden. El señor de las sombras es la vision de la muerte que se convierte en el proceso de una nueva vida, mediante la recoleccion de la vida muerta. Entonces el vehiculo hacia una nueva forma material es la Diosa -Crone.En el aspecto de la Luz el Dios muere voluntariamente cuando entra en la tierra para fertilizar con su energia los sembradios que luego maduraran para darle de comer a todo ser viviente. Mediante este acto de sacrificio el revitaliza la tierra, y lo hace atraves de la Diosa.El matrimonio del Dios y la Diosa se efectua en Agosto en el Sabbath de Lughnassadh en el cual el Dios deciende a la Madre Tierra. Una vez en la Madre, el Dios se convierte en hijo dentro de la Diosa. El Dios es Padre e Hijo. Comienza la recogida de la siembra, los cambios de estacion y La Madre se convierte en la anciana (Crone) en el otoño y el invierno, solo para ser transformada en la Madre denuevo durante el solsticio de invierno con el nacimiento del Sol (su hijo el Dios) La matriz-tumba es del dominio de la anciana (Crone) y es uno de los lugares de mas poder. Aqui es donde todo se transforma todo. Donde las energias de lo muerto han reposado para volver a formar las energias de la vida. Cuando este poder es confrontado y reconocido se obtiene la libertad del miedo, un nuevo sentido de independencia y el reconocimiento de una responsabilidad personal. No somos juzgados en la muerte por
la muerte, si no por la vida.

sábado, 16 de enero de 2010



Así, el Nodo Lunar Sur expresa efectivamente una tendencia kármica dado que es la síntesis de la experiencia reciente, no necesariamente considerada en sentido negativo, sino como lo que es, una serie de acciones a las que siguen las correspondientes reacciones, como en todo el universo. Hay por tanto en el Nodo Sur un vasto aprendizaje realizado en vidas pasadas, sobre el que tenemos ya un dominio más o menos acabado en el nivel de evolución en el que ahora nos encontramos, y que por tanto, no es necesario seguir reiterando, aunque nada lo impide. Y es aquí donde se evidencia con total claridad la dirección inversa de los Nodos Lunares respecto de los asuntos de la personalidad: Mientras más facilidad encuentro en cierto ámbito, mientras más sobresalgo en cierta área de la vida o la actividad, cuanto más talento innato parezco poseer - especialmente en la adultez joven - para desarrollar ciertas tareas, probablemente mayor será el magnetismo profundo que me lleve, al paso de los años, a no poder centrar mi vida en aquello.

Como se dijo antes, el eje Nodal debe considerarse siempre en sus dos polos simultáneamente, pues no es un trayecto lineal, sino espiralado y de integración. ¿ Integración de qué ? Del pasado, con todos sus atributos y excesos, al presente, y hacia una nueva dirección que complementa el trayecto anterior. Por tanto, no se trata de abandonar nuestros talentos y cualidades, o de simplemente cortar con todo aquello que alguna vez nos costó esfuerzo hasta obtener su dominio; lo más probable es que la vida, cuando se intenta vivir a consciencia, nos vaya llevando insensiblemente hacia el descentramiento respecto de aquella conducta, de aquella cualidad o talento; no para dejarla, sino para convertirla en una mera herramienta de algo más, y no en la cúspide de nuestra personalidad o actividad. Y eso no es fácil, ya que la personalidad busca sobrevivir y potenciarse sobresaliendo en sus talentos, por lo que trascender el Nodo Sur lo experimenta como un renunciamiento, y a menudo, como una pérdida, aunque evidentemente ésta es sólo aparente.

Sin embargo, no debe creerse que esto ocurra tempranamente en la vida. El eje Nodal no es un asunto de la personalidad, aunque se exprese a través de ella, y por tanto, lo más frecuente es que estos dilemas aparezcan en la edad media o incluso en la madurez avanzada. Antes, los desafíos están centrados en la personalidad con sus propios jirones y fragmentaciones. Por lo general, nos pasamos muchos años de la primera mitad de la vida atrapados en reacciones lunares, y el sólo hecho de integrar la personalidad con todos sus aspectos, con un núcleo solar más o menos estable, exige un trabajo consciente que puede insumir gran parte de la vida o ni siquiera lograrse. Antes de alinearnos con el eje de los Nodos Lunares debemos constituirnos, tomar cuerpo y forma, de lo que se deduce que muchos de nosotros no avanzaremos un ápice en el camino del alma si no logramos progresar en la integración de la personalidad; del eje Nodal, sólo experimentaremos su polo Sur, repitiendo mecánicamente lo conocido.

En nuestra experiencia, cuando la personalidad florece como un cuerpo más o menos integrado, una apenas perceptible llamada subterránea nos lleva a hacer espontáneamente cosas o actividades que nunca antes hiciéramos, o a dar importancia a asuntos que antes descartáramos. La atención a esas señales - a menudo catalizadas, como dijimos, por encuentros con ciertas personas, o lecturas - nos puede alinear en este eje, de modo de llegar a expresar todo su potencial, convirtiéndose así en el centro de nuestra vida, y con respecto al cual todo lo demás pasa a constituir herramientas. Es posible que esta llamada nos lleve a cambios de vida o no, pero por lo general son cambios paulatinos e insensibles, en los que la principal modificación no es tanto el hacer como el acento interno que se pone a la acción, a la actividad. Hay otra intención, y una sensación interna muy diferente, que se parece mucho a la intuición de que “esto es lo que tengo que hacer”, o “fue para esto que vine a la vida”, es decir, lo que mencionáramos antes, de comenzar a arraigar la propia vida en el dharma, en lo que se experimenta subjetivamente como “lo que debe ser” para la propia vida. Es una nueva visión de lo mismo que había antes, un nuevo enfoque de lo que ya está, pero que transforma la vida entera de una forma sutil, centrándola en aquello.

Así pues, no se debe considerar que se debe cerrar la puerta al pasado y comenzar desde cero en otra actividad desconocida, como si nos mudáramos de trabajo y país dejando todo atrás. Viajamos con todo lo que ya ha sucedido hacia un futuro que puede ser diferente. Asumir el Nodo Norte no es un punto definido ni definitivo tampoco y nunca se puede dar por completamente acabado en una encarnación. Cuando el trabajo personal progresa, la mayor parte de las veces el ascenso Nodal significa tomar todo ese pasado que era el centro de mi vida y emplearlo como una herramienta en una nueva dirección, complementaria de ese pasado, en el que se anida.

Continúa en Los Nodos Lunares Astrológicos (2)

jueves, 14 de enero de 2010

Planetas Retrógrados y Karma:

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Los Planetas Retrógrados



Cualquier persona familiarizada con el tema de la carta natal, habrá observado que a veces aparecen uno o más planetas retrógrados (R), cuya interpretación es frecuentemente eludida por los astrólogos, o realizada en forma vaga o insegura. Probablemente esto se debe a que las interpretaciones han sido variadas y disímiles, no habiendo consenso en torno a ellas. Antiguamente se decía que los planetas retrógrados eran débiles y que, por lo tanto, su influencia era minoritaria. Otros consideran que sus irradiaciones son, por el contrario, más poderosas, lo que podría resultar nefasto en el caso de aspectos negativos entre los planetas, potenciándose así las características desafortunadas, aunque también reforzarían las características positivas. Hay quienes creen que el hecho de que un planeta se presente retrógrado, hace aflorar sólo sus singularidades desfavorables. Esto es objetado por quienes afirman que la negatividad adjudicada a estos planetas es sólo temporal y que, a la larga, el sujeto se verá compensado por una comprensión mucho más profunda del asunto de que se trate. La disparidad de estas posiciones dificulta, sin duda, la seguridad de un astrólogo para aseverar algo concluyente al consultante, sobre todo tratándose de aspectos negativos que podrían sugestionar o deprimir a la persona.

El presente artículo no pretende dirimir la controversia, sino más bien aportar algunos enfoques interesantes a la luz de estudios más recientes.

Significado Astronómico de los Planetas Retrógrados:

Como su nombre lo indica, un planeta retrógrado es aquel que retrograda, es decir, que vuelve atrás respecto de los grados del zodíaco, para luego continuar su avance en la dirección original. Esta retrogradación no existe en el movimiento real del planetas en su órbita, sino que se trata de un movimiento aparente hacia atrás y de nuevo hacia adelante, visto desde la Tierra, al decrecer el planeta en longitud. Esto se puede comparar con la impresión que tenemos al ir en un bus rápido y pasar junto a otro cuya velocidad es menor. Nos produce la sensación que este último retrocediera. Ninguno de los dos cambia su velocidad real, sólo modifican su relación angular.

Cuando un planeta realiza el movimiento retrógrado, describe una figura similar a una letra Z algo aplastada en sentido vertical (ver ilustración). El planeta viene de este a oeste, se detiene en el primer quiebre de la Z, arriba a la derecha; este punto es llamado la Primera Estación. Desde ahí empieza a describir el Arco Retrógrado, hacia abajo y a la izquierda, hasta estacionarse nuevamente en el segundo quiebre de la Z, el inferior izquierdo, llamado la Segunda Estación. Desde ahí iniciará el Arco de Avance el que, una vez sobrepasado el nivel de la Primera Estación, retomará el curso de su órbita habitual en Movimiento Directo.

En la descripción de las órbitas de los planetas se consideran cuatro puntos de referencia importantes: la Conjunción Superior, que es el punto donde el planeta está en el lado distante del Sol con respecto a la Tierra; la Conjunción Inferior, cuando el planeta se encuentra en el lado cercano del Sol: el punto de Máxima Elongación Este y el punto de Máxima Elongación Oeste. Estas referencias son necesarias para entender las diferencias que se producen entre los planetas internos (Mercurio y Venus) y los externos a la órbita de la Tierra. En el caso de los planetas internos, la Tierra nunca pasa entre ellos y el Sol, por lo tanto, nunca se oponen al Sol. En estos planetas, la Conjunción Superior que ocurre cuando la Tierra y el planeta están en lados opuestos del Sol cae en medio del Arco de Avance. La Conjunción Inferior -cuando el planeta pasa entre la Tierra y el Sol - está en mitad del Arco de Retroceso. Es decir, la Conjunción Inferior de un planeta interno siempre sucede durante el movimiento retrógrado. En el caso de los planetas externos, cuando uno de ellos está en oposición al Sol, se encuentra en medio del Arco de Retroceso; en cambio, durante la Conjunción, se encuentra a la mitad del Arco de Avance. En la oposición al Sol, además, el planeta externo está más cerca de la Tierra, debido al largo del diámetro de la órbita ya que, en cualquier oposición, la Tierra se encuentra entre ese planeta y el Sol. En la Conjunción, por el contrario, la Tierra está al lado lejano del Sol y opuesta al planeta, En síntesis, el movimiento retrógrado se produce durante las Conjunciones Inferiores con un planeta interno y durante las oposiciones con un planeta externo.

Por último, cabe esperar que el período retrógrado de los planetas sea directamente proporcional a la velocidad aparente de movimiento de los planetas en el cielo, debiendo ser mucho más prolongado el de los mayores que el de los menores.

Planeta Venus

X -Punto de conjunción superior sobre el lado alejado del sol.
a - Diámetro mínimo, visible como estrella matutina.
b - Elongación máxima Este.
c - Brillo máximo como estrella Matutina.
d - creciente débil enfrentado al Este.
y - Punto de conjunción inferior. diámetro máximo, no iluminado.
e - Creciente débil, enfrentando al oeste.
f - Brillo máximo como Estrella Vespertina.
g - Elongación máxima, Oeste.
h - Diámetro mínimo, visible como Estrella Vespertina
R - Arco de Movimiento Retrógrado.



Signíficado Astrológico de los Planetas Retrógrados:

La astrología estudia la influencia de las fuerzas cósmicas que emanan de los cuerpos celestes sobre la Tierra y, en particular, sobre los seres humanos. Se la ha llamado también «el alma de la astronomía», debido a que en la antiguedad no estaba disociado lo esotérico de lo científico, y el estudioso de los astros era así mismo el estudioso de la personalidad.

Podemos considerar dos maneras generales de apreciar el horóscopo. Por una parte, el interés que nos provoca el que nos digan como somos, teniendo como base la fecha y hora de nacimiento, el conocer nuestras potencialidades y limitaciones a través de un mapa natal, y el ver como concuerda o no lo que sabemos de nosotros mismos con lo que nos dice alguien que nos ve según la interacción planetaria. Así es como funciona el horóscopo habitual. El astrólogo -o la computadora- nos dice como somos, a qué podemos aspirar, cuales son nuestros aspectos más conflictivos y cuales nuestras posibilidades de resolverlos; porque, al momento de nacer, quedamos «marcados» por la influencia de tal o cual regente, de tales aspectos favorables o desfavorables. Así, nuestra tarea sería la de tratar de superar aquellos aspectos más débiles o infortunados y desarrollar al máximo las potenciales positivas que nos tocaron en suerte.

La segunda manera de considerar el horóscopo, que nos parece más profunda y esencial, contempla, en primer lugar, el tomar las relaciones de nuestros astros, no como algo que nos tocó en suerte al azar, sino como una lección que aprender. Porque, de hecho, la distribución de los planetas no se produce como haciendo girar una ruleta al momento de nacer. Cada nacimiento es un nuevo peldaño en nuestro camino de evolución, y a cada uno le toca en esa oportunidad la combinación que favorezca lo que le correspondería aprender para acceder al siguiente peldaño. Podemos hacer caso omiso de ello, o considerar su comprensión como una ayuda para lograr el mayor provecho posible.

En cualquier forma que consideremos el mapa natal, trataremos de corregirnos en la medida de nuestras fuerzas; pero, en el segundo caso, hay una profunda mirada hacia atrás y una pregunta fundamental: ¿Qué hemos hecho en el pasado para que nos toque ahora esta carta natal? Esta pregunta supone que, en vez de lamentarnos por las cuadraturas y oposiciones entre los planetas, tratemos de comprender más profundamente que tiene que haber motivos anteriores que hacen que esto se presente así. Y lo dicho rige igualmente para los planetas retrógrados.

Pero, expliquemos primero los efectos que produce la retrogradación. Aparentemente, la característica más notable de los planetas retrógrados es que no puede adjudicárseles una sola y definida interpretación. La vibración especial producida por el proceso retrógrado trifásico: adelante, atrás, adelante, tiene como resultado que los individuos bajo su influencia vivan en tres fases sucesivas los impulsos del área regida por ese planeta. En la primera el sujeto se adelanta a la acción viviéndola en forma futurista; esta es una fase expansiva, incluso agresiva hacia los otros, invadiéndoles su espacio, y absorbiendo la energía e información necesarias para vivir su experiencia; esta es la fase en la que puede comunicarse mejor con los demás, e incluso inspirar con sus imágenes a los otros. En la segunda fase, la acción real está produciéndose para todos, pero el individuo experimenta la vaga sensación de que eso ya lo ha vivido, pero sin recordar cuándo, pues, generalmente, no es consciente de haber pasado por la primera fase. A pesar de estar presente en la acción, a la vez se está preguntando porqué le parece repetida, lo que le impide obtener la satisfacción que buscaba. En esta dualidad se produce una gran separación entre él y los demás, que no logran comprenderlo. Durante la tercera fase, que es donde más tiende a permanece, el sujeto repasa sus imágenes, volcándose hacia dentro. Ahora está inmerso en el pasado, totalmente introvertido y distante de los demás, atrapado en lo remoto, tratando de repetir aquello en lo que está atascado, y de entenderlo. En esta circunstancia, le molesta todo lo externo, hasta el espacio psíquico de los que lo rodean, porque, a pesar suyo, está particularmente sensible a sus radiaciones.

Entonces, la característica fundamental de los procesos retrógrados es una deformación del tiempo, una desincronización con el tiempo exterior: el sujeto vive los sucesos en secuencias de tiempo alternadas, y esta confusión lo lleva a pasar la mayor parte de su vida tratando de entender lo que le sucede, y la respuesta la busca en el pasado. Esto le ocurrirá en todas las áreas de su vida que estén regidas por planetas retrógrados. Por ejemplo, un sujeto con Mercurio retrógrado experimentará el triple proceso en el ámbito de las ideas, de la mente consciente y de la comunicación, que son los aspectos regidos por Mercurio.

Existe la posibilidad de una complicación adicional, y es cuando el planeta retrógrado se encuentra en conjunción con algún otro planeta. En este caso se puede deducir fácilmente que el retrógrado pasará tres veces junto al planeta directo, influyéndolo en tres actos sucesivos, con una resultante de tres eventos separados pero de naturaleza combinada entre ambos.

Planetas Retrógrados en los Signos:

El Zodíaco, o Rueda de la Vida, evoca un ritmo cíclico de las energías necesarias para la expresión de la Vida. Estas energías que emanan de los planetas influyen de un modo diferente según el signo en el cual se encuentre el planeta. Cada uno de los doce signos del zodíaco le agrega una coloración diferente a la significación de un planeta, y la percepción de esas sutilezas de expresión es la base de la interpretación astrológica. Los signos indican cualidades específicas de la experiencia, que sólo tienen sentido en relación al todo que es el zodíaco.

De igual manera, los planetas retrógrados son teñidos por las características del signo en el que se encuentran; pero el individuo puede prolongar aquella fase del proceso retrógrado que le resulte más cómoda para un planeta determinado en un signo determinado. Esta variación en la duración de las fases no es consciente, sino que resulta del instinto natural de la persona por acortar o suprimir lo desagradable y prolongar lo placentero. Volviendo al ejemplo de Mercurio retrógrado, las fases serán diferentes si se encuentra en un signo de fuego, de acción, como Aries, o en el cauto y paciente Tauro. En el primer caso la fase más acorde con el signo sería la primera, de avance futurista, la más difícil de soportar sería la tercera, la repetición del pasado. En el caso de estar el planeta en Tauro sería más cómodo para el individuo mascullar el asunto hasta su completa comprensión, es decir, se mantendrá naturalmente más tiempo en la tercera fase, concordando así con este signo de tierra. Es debido a los diferentes signos en los que puede estar radicado el planeta en cuestión que varios individuos con el mismo planeta retrógrado pueden tener comportamientos bastante distintos en el área de la experiencia regida por él. Esto además de la fase que esté más en armonía con el signo que lo acoge.

Hay gran cantidad de individuos que tienen algún planeta retrógrado y eso no parece afectarles en su adaptación y desenvolvimiento en el medio en que actúan. Al respecto, hay que recordar que no todos los planetas tienen igual importancia en la personalidad y comportamiento del individuo. Los que más inciden son los llamados planetas personales, que son los más cercanos a la Tierra, además del Sol y la Luna. Muy esquemáticamente, la personalidad básica depende de las funciones de los siguientes planetas:

El Sol: cómo es su individualidad, el tono básico de percepción de la vida.

La Luna: cómo es su reacción, su percepción inconsciente basal.

Mercurio: cómo se comunica y piensa.

Venus: cómo expresa afecto, se siente apreciado y da de sí.

Marte: cómo se afirma y expresa deseos.

Cualquiera de estos planetas que se encuentre retrógrado - exceptuando el Sol y la Luna, que nunca lo están - afectará profundamente el área que rige y, en general, aunque uno solo esté retrógrado, suele hablarse de individuos retrógrados. Se emplea este término también para referirse a personas que tienen tres o más planetas en esa situación, y aquellas que tengan aunque sea uno muy próximo al ascendente o al medio cielo.

En relación a los planetas mayores, se les ha dividido en colectivos y transpersonales. Los primeros, Júpiter y Saturno, representan cómo la persona procura crecer y experimentar confianza en la vida (Júpiter), establecerse y preservarse a través del esfuerzo (Saturno). Su influjo atañe a la persona con un poco más de distancia, refiriéndose más al individuo en sociedad que a él como ente englobado en una conciencia. Así, cuando se presentan retrógrados no afectan de manera tan acentuada el comportamiento.

Los planetas transpersonales, Urano, Neptuno, Plutón, representan actitudes generacionales, y su relación con el resto de los planetas en la carta natal revela como armoniza el sujeto las fuerzas de cambio de su generación dentro de sí mismo. Por esto, la retrogradación de cualquiera de ellos le afecta mucho menos, sobre todo cuando los planetas personales se presentan todos directos.

En términos de la psicología Junguiana, los planetas trans-saturninos representan las modalidades funcionales del inconsciente colectivo, mientras que la Luna y Saturno representan las pautas estructurales y las necesidades subconscientes del inconsciente personal: la Luna, las necesidades emotivas de seguridad asociadas con la madre (apoyo interior) y Saturno las necesidades materiales de seguridad asociadas con el padre (apoyo exterior).

En suma, tiene mayores consecuencias para el individuo la existencia de un solo planeta personal retrógrado que dos o tres transpersonales, aunque todos produzcan su efecto, pero los primeros lo hacen en áreas más vitales de la personalidad,

Planetas Retrógrados en las Casas:

Las casas indican específicos campos de experiencia en que operan las energías de los planetas y signos. Son doce, al igual que los signos, comenzando desde el horizonte natal (ascendente), y cada una representa el arco celeste que pasa por el horizonte cada dos horas. Mirado desde la Tierra, produce el efecto de que los planetas se desplazaran uniformemente desde debajo del horizonte hasta encima de él y por el Medio Cielo hacia el Descendente, tal como lo hace el Sol. A diferencia de los signos, que son divisiones de un ciclo anual, las casas son divisiones de un ciclo diario de movimientos aparentes resultantes de la rotación diaria de la Tierra sobre su eje. En promedio, cada casa dura alrededor de 30º, pero esa gradación varía según la época del año y la latitud del lugar en estudio. La primera casa, que determina a las siguientes, se fija por el grado que surgió por encima del horizonte oriental en un momento dado y en un punto dado de la superficie de la tierra. Este punto es el Ascendente que se considera sinónimo de Primera Casa. En un mapa natal estas doce casas no se corresponden con los doce signos, pues se refieren a jerarquías diferentes: cualidades de la experiencia versus campos de la experiencia.

Las particularidades de cada casa, tanto por el número de grados que abarca como por los planetas que contenga y los aspectos de ellos entre sí, señalan características positivas o difíciles en estos campos de experiencia. Cuando hay planetas retrógrados en las casas, hay que recordar que no todas ellas afectan con igual profundidad al individuo. Así como hay planetas personales, hay casas personales: la Casa 1, Casa V y Casa IX, que representan la trinidad cuerpo, alma, espíritu, respectivamente, por lo que son consideradas casas vitales.

De igual forma que con los signos, hay fases de los planetas retrógrados que armonizan mejor con la casa en que se encuentran, por afinidad con el área de experiencia de que se trate, tendiendo así a prolongarse por sobre las otras. Por ejemplo: un planeta retrógrado en Casa IX tendería a prolongar la primera fase, de avanzada, puesto que esta casa comprende las metas de largo plazo, las aspiraciones espirituales; pero si el planeta es Venus retrógrado, va a producirse un conflicto con su propia naturaleza, poco amiga de saltar hacia el futuro. De cualquier modo, el individuo tenderá hacia una selección inconsciente de la fase que menos incomodidad le produzca.

Planetas Retrógrados y Karma:

He aquí la parte más interesante y significativa de la interpretación de estos planetas, Ya habíamos tocado la importancia de buscar hacia atrás en relación a nuestra carta natal. Esto adquiere máxima transcendencia en los planetas retrógrados. Aparentemente, el individuo retrógrado no sólo vive tres veces cada proceso que se encuentre en el área correspondiente, sino que con ello, en forma inconsciente, está buscando respuestas o la conclusión de asuntos vividos en forma incompleta en vidas pasadas. El vuelve repetidamente a eventos de esta vida, pero por necesidad de completar su experiencia inconclusa en una vida anterior, hecho que influye pesadamente en su actual encarnación. En el ámbito retrógrado no sólo experimenta una deformación del tiempo actual, sino además una falta de límites con respecto a vidas anteriores en las que dejó asuntos pendientes. El procesar reiteradamente el pasado es más vital para él que cualquier acontecimiento presente en el área retrógrada. Evidentemente este comportamiento será contradictorio con la manera en que el sujeto viva la zona de experiencia de sus planetas directos, donde su vivencia y el tiempo exterior estarán sincronizados.

Cuando el individuo tiene retrógrados uno o más de los denominados planetas personales, el conflicto está mucho más centrado en lo que podríamos llamar la supervivencia básica, por sobre las aspiraciones sociales, filosóficas o espirituales. El está luchando por la concretización de su integridad personal, tratando de unificarse consigo mismo, lo que aun no siente sólidamente establecido a pesar de las encarnaciones transcurridas.

Debido a esta “pátina del tiempo” que acarrea consigo, el individuo retrógrado tiene un extraño ascendiente sobre los demás, su intensidad expresadas en las fases de agresiva expansión y potente absorción suele dejar huellas en quienes le rodean. Sus pensamientos pueden llegar a ser traspasados insensiblemente a su interlocutor en forma telepática sin que esto sea detectado por ninguno de los dos. El primero no está prestando verdadera atención, sólo está ordenando sus ideas para sí mismo, el segundo cree que lo que está sintiendo o diciendo es suyo propio. Este proceso sucedería al haber una cierta identificación entre ambas personas y se supone que incluye una transferencia de karma. Si es negativo, el individuo retrógrado asume que es el otro quien está rechazándolo (siendo que es él quien le ha traspasado esos sentimientos), y si es positivo, el interlocutor puede aprender subliminalmente del conocimiento que le ha incorporado el retrógrado. De estas manera, los individuos con planetas directos pueden recibir de los retrógrados tanto ayuda para su propio crecimiento como interferencia en sus procesos. Al estar tan ligados los retrógrados con el pasado, representan de alguna manera los eslabones que unen el presente con el pasado evolutivo del hombre. Que esto pueda servir de ayuda a los demás, dependerá del nivel de ser del retrógrado y de su capacidad para hacer consciente la comprensión de lo que ha acumulado. No se trata que sepa más que los otros, sino que en ciertas áreas se puede decir que tiene más presente lo que sabe, debido justamente a que intuye lo que le falta.

No obstante, el individuo retrógrado tiene menos posibilidades que los otros de ser consciente de sus propios mecanismos, atrapado como está en su estancamiento en el tiempo. Revive cada situación que vive, y, al tratar de expresarla, creará una nueva circunstancia que lo llevará a revivirla, lo que lo conduce a un circulo vicioso. A la presencia de ciertos planetas retrógrados se atribuye la conservación sostenida de miedos, fobias, inhibiciones sexuales, vicios y malos hábitos. Se recomienda hacer uso justamente de esta repetición interminable de actitudes sin motivo actual que las justifique, para librarse de ellas. Al hacerse consciente la persona, frente a un miedo irracional, de que sólo se encuentra repitiendo reacciones del pasado, de un origen remoto que él cree presente, es posible que la conducta innecesaria se disipe espontáneamente. Si la repite, él la reforzará con un nuevo evento que repetirá a futuro, si la hace consciente, desaparecerá.

La presencia de planetas retrógrados afecta también a la sexualidad, principalmente por la dificultad de estar presente con otra persona en el encuentro amoroso. La actividad mental exacerbada, fijada en el futuro o en el pasado, impide no sólo el aquí y el ahora con la pareja, sino también el disfrute de una actividad que se desarrolla principalmente en los planos físico y emocional. También puede ocurrir que el individuo trate de hacer concordar su vivencia actual con recuerdos inconscientes de lo vivido en otras vidas. Las dificultades con el sexo opuesto y la homosexualidad pueden deberse a la presencia de planetas retrógrados. En general, el individuo previvencia el acto sexual en su mente, con lo que gasta mucha energía; cuando lo está viviendo, se decepciona, pues le parece repetido o no satisfactorio con las expectativas que se había formado; finalmente, en la tercera fase se retrotrae encerrándose completamente en sí mismo

De todo lo dicho puede inferirse que estos individuos son los que se consideran desadaptados. No encajan bien en los moldes sociales ni su comportamiento es flexible. No distinguen con facilidad lo aparente de lo real, a pesar de que su concepto de lo real pueda ser completamente intemporal, o más bien, extemporáneo.

Su naturaleza fuertemente introspectiva lo mantiene en una actitud de urgencia por lo verdadero, por aquello que cree lo completará. Esta búsqueda, aún a su pesar, lo separa e incluso lo opone a la soc¡edad en la que vive; pero, aún con esa extrañeza existencial, no logra diferenciar con claridad las discrepancias entre su mundo interno (en el que permanece la mayor parte del tiempo) del externo. Sólo con un intenso trabajo de toma de conciencia logrará derribar el muro divisorio que, de otro modo, se engrosará paulatinamente. Este esfuerzo es más posible en la primera fase del proceso retrógrado, aunque tampoco sea coherente con la realidad exterior, ya que tiende a ser proyección de su interioridad, pero es allí donde está en máximo contacto con aquella realidad. A pesar de la enorme sabiduría que pueda obtener sobre su yo, su sí mismo, su gran riesgo es irse encapsulando rodeado de una fuerte costra separatista. En ese caso, poco provecho sacará del conocimiento adquirido si no logra experimentarlo en la práctica para cubrir la deuda kármica e irse liberando de su carga.

A modo de corolario, quiero insistir en la importancia de lograr hacer conscientes los mecanismos de los procesos retrógrados en la vida cotidiana, ya que es la única forma de hacerlos desaparecer a la vez que completar el karma implicado. No es fácil porque no se los puede arrancar de raíz por la fuerza, sino que tienen que ir perdiendo importancia paulatinamente. Al darnos cuenta de ellos, tenderemos a no repetir automáticamente la reacción y, al no repetirla, estaremos evitando crear nuevos elementos que nutran la retroalimentación del acto. Hemos destacado el hecho de que existe una razón para que esos planetas aparezcan en nuestro mapa natal, Están allí porque representan aspectos de nosotros mismos, de nuestra evolución, que debemos profundizar y asimilar mejor para poder avanzar. Es nuestra más importante tarea el conocer y ahondar en esas áreas de la experiencia que han quedado retrasadas, estancadas en un tiempo remoto de su proceso evolutivo.

María Maya


Más Información:
Schulman, Martin.- Planetas Retrógrados y Reencarnación

miércoles, 13 de enero de 2010

ARQUETIPOS


Los arquetipos

Arquetipo junguiano

Las ideas de Jung sobre los remanentes arcaicos, a los que él llamaba arquetipos o imágenes primordiales, fueron malinterpretadas en muchas ocasiones. El término arquetipo fue entendido como si se refiriera a motivos o imágenes mitológicos determinados. Jung se encargó de aclarar que si fueran "determinados" serían conscientes. Y que los arquetipos son en realidad una tendencia a formar representaciones sobre un modelo básico que puede variar constantemente y que produce asombro y desconcierto cuando aparece en la consciencia. Los arquetipos que él mismo señalaba como principales eran el ánima, o principio femenino, y el animus, principio masculino. La sombra era para Jung un arquetipo básico, que designaba justamente lo desconocido e inexpresable, es decir, el propio inconsciente colectivo.

La necesaria y requerida reacción de lo inconsciente colectivo se expresa en representaciones formadas arquetípicamente. El encuentro con uno mismo significa en un principio el encontrarse con la propia sombra. Por otra parte, esa sombra es un paso angosto, una puerta estrecha cuya precaria angostura no puede eludir nadie que descienda a lo hondo del pozo. Pero hay que conocerse a sí mismo para saber quién se es, puesto que lo que viene después de la muerte es, inesperadamente, una ilimitada extensión llena de inconcebible imprecisión, en la que al parecer no hay ni fuera ni dentro, ni arriba ni abajo, ni aquí ni allá, ni mío ni tuyo, ni bueno ni malo. Es el mundo del agua, en el que flota, suspenso, todo lo vivo, donde comienza el reino del «simpático», del alma de todo lo vivo, donde yo soy inseparable y soy éste y aquél, donde experimento en mí al otro y el otro me experimenta a mí como al yo.
C. G. Jung. Sobre los arquetipos de lo inconsciente colectivo.

La tendencia a las representaciones arquetípicas es, en la teoría junguiana, tan evidente en los humanos "como el impulso de las aves a formar nidos". No se adquiere con la educación ni en contacto con la cultura, sino que es "innata y hereditaria". Este punto fue motivo de las mayores controversias, porque era indemostrable. La teoría no parece explicar de qué manera los arquetipos pasan de padres a hijos a través de las generaciones. No obstante, en las formulaciones de Jung se encuentra la defensa de este punto: si están ligados a los instintos, de cuya existencia no se duda, se transmiten de una generación a otra en forma de fantasías que necesariamente esos instintos generan, así como la sombra acompaña al cuerpo.

En El hombre y sus símbolos, Jung escribió:

A semejanza de los instintos, los modelos de pensamiento colectivo de la mente humana son innatos y hereditarios. Funcionan, cuando surge la ocasión, con la misma forma aproximada en todos nosotros.
C. G. Jung. Acercamiento al inconsciente.

El simbolismo de la muerte, los demonios, dragones y serpientes, círculos y triángulos, el ave como símbolo de liberación y de trascendencia, la peregrinación, el mito del héroe y una serie larguísima de otras figuras habitan lo inconsciente colectivo y constantemente acuden a la consciencia sin que sepamos interpretarlos, y con variantes de formas y detalles, así como fluyen los instintos primitivos en cada momento de nuestras vidas. Lo perturbador de los arquetipos es que no llegamos a conocerlos del todo. Y más perturbador resulta el hecho de que, aun conocidos, nunca agotan su significado. Sin embargo, para Jung, el sentido de armonía se consigue mediante la unión de la consciencia con los contenidos inconscientes de la mente. Esa es la "función trascendente de la psique", con la que se supera el ego para conquistar la plenitud del individuo

viernes, 8 de enero de 2010

HECATE


http://www.guiascostarica.com/mitos/grecia55.htm

Hecate es una diosa con origen arcaico y muy compleja y misteriosa puesto que sus atributos fueron cambiando con el tiempo, siendo asimilada con otras diosas.

Hesíodo la presenta como hija de Asteria y Perses, descendiente directa de la generación de la los Titanes e independiente del panteón Olímpico.

Zeus reconoce sus poderes y sus antiguos privilegios. Extendía su benevolencia a todos los hombres concediendo los favores que se le piden en todos los ámbitos (prosperidad material, don de la elocuencia, victoria en las batallas y juegos, etc) pues su poder es inmenso.

Con el tiempo, la anterior Hécate se difumina y aparece una Hécate oscura e inquietante vinculada al mundo de las sombras. A diferencia de Artemis, que representaba la luz lunar y el esplendor de la noche, Hécate representaba su oscuridad y sus terrores.

Se creía que, en las noches sin luna, ella vagaba por la tierra con una jauría de perros fantasmales y aulladores que precedían su aparición. Ella enviaba a los humanos los terrores nocturnos, apariciones de fantasmas y espectros como Empusa, que comía carne humana, tenía un pie de bronce, presentaba toda clase de formas y se aparecía especialmente a niños y mujeres para asustarlos.

Hecate era la diosa de la hechicería y lo arcano, y la veneraban especialmente magos y brujas, quienes le ofrecían en sacrificio corderos y perros negros al final de cada lunación. A estos se les aparecía con una antorcha en la mano o en forma de distintos animales: yegua, perra, loba, etc.

Sin embargo los marinos la consideraban su numen titular y le pedían que les asegurase buenas travesías.

Los romanos la identificaron con Trivia cuya efigie presidía las encrucijadas de los caminos, lugares vinculados con la magia. Se creía que Hécate y su jauría de perros aparecían en esos espacios apartados, que eran para los viajeros lugares demoníacos y espectrales. Allí se levantaban estatuas en forma de una mujer de triple cuerpo o bien tricéfala. Eran muy abundantes, antiguamente, en los campos, y a su pie se depositaban ofrendas.

Hécate se unió primero a Forcis y fue madre del monstruo Escila; después a Eetes, de quien obtuvo a Circe y a Medea.

Según la versión del mito estas últimas aparecen como hermanas o sobrinas. Asimilada a Artemisa, se la representa como una joven con peplo y llevando sobre la frente el creciente lunar (o la diadema cilíndrica denominada polos) y una o dos antorchas en las manos.

El arte representa también a Hécate a menudo con tres cuerpos o tres cabezas y con serpientes entrelazadas alrededor de su cuello ya que es una divinidad triforme: lunar, infernal y marina.

La mitología también nos habla a veces de Hécate como una de las diosas menos conocidas, hija menor de Zeus, que había sido diosa de la Luna. En el Hades gozaba de gran autoridad, porque era conocida como la reina invencible y presidía las ceremonias de expiación y purificación de las sombras a las que se les permitía reparar las malas acciones de su vida pasada. Ferea era un sobrenombre de Hécate.

Simbología: Los cipreses estaban asociados a la muerte, y siguen estando presentes en los cementerios del área mediterránea. Estaban consagrados a Hécate, la diosa de la muerte, en otra época diosa de la Luna.

lunes, 4 de enero de 2010

ISIS


http://es.wikipedia.org/wiki/Aset

ISIS
Isis es el nombre griego de una diosa de la mitología egipcia. Su nombre egipcio era Ast, que significa trono, representado por el jeroglífico que portaba sobre su cabeza. Fue denominada "Gran maga", "Gran diosa madre", "Reina de los dioses", "Fuerza fecundadora de la naturaleza", "Diosa de la maternidad y del nacimiento".
Mitología
Isis amamantando a Horus.

Era más prominente mitológicamente como la esposa y hermana de Osiris y la madre de Horus y fue venerada como la esposa y la madre arquetípica. Plutarco escribió un relato narrando su historia:

Osiris, hermano y esposo de Isis, reinaba en el antiguo Egipto con paz, armonía y sabiduría. El Nilo fertilizaba la tierra y las cosechas eran abundantes. Sus súbditos eran felices. Un día, Osiris salió de viaje para conocer otras civilizaciones y dejó el reino bajo el mando de su esposa Isis. Seth, su envidioso hermano, se sintió humillado pues creía que él debería gobernar y no Isis.

Cuando el dios Osiris volvió, Seth quiso hacer una gran fiesta de bienvenida y lanzó un desafío a los invitados: aquél que entrase en el cofre que Seth había traído, éste se lo regalaba como prueba de fidelidad y respeto. Muchos intentaron pero el cofre resultaba pequeño o grande. Osiris, curioso, quiso probar y le encajó perfectamente bien. Seth sabía el tamaño del hermano y era por esto que el cofre le había servido como un guante. Inmediatamente el hermano, junto con 72 cómplices, cerraron la caja de metal herméticamente y la arrojaron al Nilo.

Isis, con amor y confianza, empezó su travesía para recuperar el cuerpo de su esposo. Después de largas y penosas caminatas por Egipto, la diosa encuentra el cofre con los restos de Osiris. Pero el drama continúa cuando Seth, en su maldad sin fin, robó el cadáver y lo cortó en catorce pedazos que, nuevamente, esparció por todo el reino. Isis no se rinde y, en compañía de su hermana Neftis, la esposa de Seth, recorre cada lugar del reino. Finalmente consiguen encontrar todos los pedazos con excepción del pene. Sin embargo, Isis reconstruyó a Osiris ayudada por Anubis y Neftis, e impregnada de él concibió a Horus niño "Harpócrates", quien posteriormente vengaría a su padre luchando contra Seth.

Epítetos de Isis

Algunos de los epítetos que recibió la diosa son: "Gran maga", "Gran diosa madre", "Reina de los dioses", "Fuerza fecundadora de la naturaleza", "Diosa de la maternidad y del nacimiento", "La Gran Señora", "Diosa madre", "Señora del Cielo, de la Tierra y del Inframundo" (en File), "Isis en todas sus manifestaciones", "Señora de Raanefer", "La reina de Mesen", "Señora de Hebet", "Señora de Abaton", "Señora de los países del sur", "Señora de las pirámides" en Giza, "la divina, la única, la más grande de entre los dioses y diosas, la reina de todos los dioses", "el Ojo de Ra, la corona de Ra-Heru, Sept", "Señora del Año Nuevo", etc.
Tumba de Thutmose III: Isis con forma de diosa árbol, amamantando al faraón.
Culto

Su origen es incierto, pero se estima que provino del delta del Nilo. Las primeras menciones de Isis datan de la dinastía V de Egipto en la cual se encuentran las primeras inscripciones literarias, pero su culto se hizo prominente más tarde en la historia egipcia, cuando se empezaron a absorber y sincretizar los cultos de otras diosas. Con el tiempo se expandió fuera de Egipto, en el Oriente Próximo y el Imperio romano, con la construcción de templos lejanos dedicados a ella, como en las Islas Británicas. Hasta el siglo VI se pudieron encontrar rastros de su adoración en la Europa cristiana.

El templo más importante dedicado a su culto estaba en la isla de File. En Dendera era expuesta anualmente en un quiosco del templo de Hathor, a los rayos del Sol, para regenerarse. En Giza fue venerada como "Señora de las pirámides"

Su culto se propagó por todos los pueblos del Mediterráneo, resistiendo la expansión del cristianismo y se mantuvo en el templo de File durante el Imperio Romano hasta que fue prohibido en tiempos de Justiniano I, en el año 535.

PACHAMAMA



http://video.google.com/videosearch?cli ... hamama&lr=


http://www.geocities.com/revistadiosas5/pachamama.html

Conocida también como Mama Pacha, la Pachamama es la diosa suprema honrada por los pueblos aborígenes que habitan el Noroeste Argentino, Bolivia y Perú. Ella es considerada la madre (Mama) que engendra la vida, la nutre y la protege. Su nombre es popularmente traducido como “Madre Tierra”, aunque el significado arcaico de “Pacha” no estaba solamente referido a la tierra sino al universo y al tiempo. Ella es todo lo que existe al igual que lo fueron Gaia, para los antiguos griegos; Tonantzin para los mexicanos; Anat en la Mesopotamia y Al-Lat en los actuales países árabes, entre otras divinidades femeninas con atributos similares.

LOS SÍMBOLOS DE LA DIOSA


LOS SÍMBOLOS DE LA DIOSA

Por Paloma de Miguel

En el comienzo fue la diosa, no el dios. El triunfo del patriarcado y el monoteísmo sofocó el inicial brillo de las diosas prehistóricas. A pesar de su desplazamiento, el simbolismo de las diosas subsiste no sólo en las religiones o mitologías aún vigentes sino también en los pliegues de nuestro inconsciente colectivo. En el silencio de lo inconcebible algo comenzó a vibrar. Fue el primer movimiento, la primavera pulsación que instauró el comienzo de la vida. En el comienzo era el Abismo sin fondo y sin límites, La Nada y el Todo a la vez, el Caos indeterminado que contiene todas las cosas todavía sin nombre y sin concreción. Y antes del Abismo, quizás, la Razón Inabarcable de ese Origen apenas perceptible, la recóndita semilla de los Mundos y de los Seres, lo Absoluto de imposible conocimiento; la idea del Cosmos que escapa a toda comprensión, la pregunta sin respuesta: el Enigma... En el principio era también la Potencia, lo que podría llegar a ser. Aquello inconcebible contenedor de ambos gérmenes. Lo que luego llamáramos ¨Padre y ¨madre¨se hallaban inscriptos en esa Totalidad, juntos, sin diferencia aparente, en interacción continua conteniendo en sí todas las posibilidades de plasmación. Con el primer latido se inició la separación: fue el comienzo del Tiempo, se hizo el Espacio y la Vida fluyó. Hubo ritmo, hubo un lugar para la Creación, y lo Uno se vertió, se plasmó, se convirtió en Dualidad manifestada...El desdoblamiento originó las grandes aguas y el viento que las agita; y nació el espejo que permitía a uno y otro reflejarse en similitud y oposición. Desde entonces existió una dirección y un transcurrir; un arriba y un abajo, un cielo y una tierra, lo izquierdo y lo derecho...Existió la Materia Primera, la Sustancia Primordial y el hálito del Espíritu. La ley necesitó el sustento de energía para actuar, preciso de las formas que la cumplieran. Existió el impulso que tras sucesivas divisiones permitió la aparición de los seres individuales y, paralelamente, la fuerza que insta a las criaturas separadas a religarse en el anhelo de recobrar la Unidad perdida.[Photo] Este podría ser, en síntesis, el contenido de tantas representaciones simbólicas vertidas en las Teogonías de la Antiguedad con sus abstracciones y personificaciones que nos explican la génesis del Mundo. Porque prácticamente todas, de una forma u otra, nos hablan de la polaridad como requisito para la creación y perpetuación de las cosas, polaridad que en las tradiciones se ha resumido y se ha explicado con el concepto de género. Así ha nacido en el imaginario humano la Madre de Todo, el aspecto femenino de la Naturaleza misma manifestada; que se ha entendido como el soporte, el sostén, la base necesaria para la vida siendo a la vez la representación de la Vida.
Es Prakriti en la India, densa o sutil, al decir de los eruditos, según los niveles de plasmación. Cuando se convierte en la Madre Divina es Aditi, que alumbra a los Dioses. También es la consorte del Dios Creador, o bien, la madre de la Pareja Primordial de la que surge el Universo más comprensible para nosotros. Es la Diosa de las Montañas de los antiguos Drávidas, Parvati, la consorte de Shiva. Es Gaia entre los Griegos, la del amplio seno, al decir de Hesíodo. También es Hera; y es Juno, ahora para Roma.
Si crea directamente a los hombres es la Diosa Nu-wa de las tradiciones chinas, amasando a sus hijos -cómo no- del barro de la tierra. Puede ser la hija del Gran Espíritu de las culturas nativas americanas del área de las praderas, que se precipitó en el mundo fragmentándose y originando lo creado. Puede ser, siguiendo con la misma idea, Perséfone, tejedora de todas las cosas y circunstancias que se iban plasmando conforme aparecían en su tela y que, desoyendo a su madre, fue tentada por Eros y cayó al inframundo (en un nivel de interpretación, nuestra tierra).
Si aparece como fuente de todas las cosas es la Gran Madre asiática, la de los Mil Nombres y Atributos; también Mahadevi en el hinduísmo, la Mahamaya de los Puranas, la creadora, conservadora y destructora de los seres. De ella se originó el Espacio y es a la vez el Cuerpo de ese Espacio inmenso cuyo manto contiene a las estrellas y a los soles y cuya esencia los sostiene rítmicamente a través de los ciclos que la caracterizan. Cuna y sepulcro de las formas, su útero gesta y finalmente recoge a los seres vivos transformándolos en una nueva apariencia, en nueva expresión. De ahí el caldero celta Ceredwein, el de Dagdé, que portaba la tribu de la Diosa Dana en los ancestros irlandeses, a su llegada a la isla y el posterior Grial, y la copa receptora como símbolo de contención.
También la caverna se asocia la Diosa. La caverna oscura que se abre en la roca permite mil transformaciones y cambios de estado. ¿Cómo no pensar entonces en la redoma de ciertos grabados alquimistas en cuyo interior se representa al Anima Mundi dentro del contexto de la Obra? ¿Y cómo no pensar en la inmersión en las aguas, en el hecho de ser tragado por un gran pez y en el descenso a los infiernos, tan común en el contexto heroico donde el candidato muere y renace como iniciado; renovado, con mayor conocimiento, con mayor conciencia...?
Si la Diosa contiene todas las potencias es la Virgen Celeste antes de recibir la impronta del espíritu, si alienta a la vida es la Madre de Todos en el Cosmos y en nuestro mundo y entonces puede ser la Tierra Madre, Oikos, casa, el suelo firme brinda un hogar a sus criaturas. O la tierra fecunda que nutre a todos los seres y permite su existencia sin requisito, la vieja Pachamama de la región andina.
Podemos encontrarla entonces bajo diversas manifestaciones. Es la Diosa de los antiguos minoicos asociada a la paloma, al delfín, a la serpiente y al toro; la nutricia Hathor, Isis [Photo] amamantando al Hijo. Démeter protegiendo a las cosechas. Puede ser también la Naturaleza toda que tanta imaginación y belleza derrocha por doquier procurando incontables formas y recursos para sus pequeñuelos, a la vez que regula los ámbitos y el cariz de su desenvolvimiento. Entonces es la Reina de las Bestias, uno de cuyos aspectos encarna la Artemisa del bosque salvaje o la misma Cibeles y los jabalíes, los ciervos (o los leones) la acompañan. Puede hechizar, seducir, al contener en sí la gracia, el encanto de su obra o envolver en un halo de encanto a sus criaturas. Con tales atributos es la Isthar mesopotámica o la Afrodita griega, la del velo dorado, la del cinturón mágico, a cuyo paso las bestezuelas, según canta el himno, se retiran a los bosques para aparearse porque encarna el Eros, el principio de unión al servicio del mantenimiento de la Vida.
Representa a la Tierra, pero también a las aguas, tanto al Océano abisal de los comienzos, las profundas aguas del cielo como los energéticos mares y ríos, puesto que Ella misma es la fuente del Agua de la Vida cuyo fluir es continuo y cuyas mareas obedecen a sus ritmos. Una de las evocaciones más antiguas de la Diosa es la Sarasvati de los Vedas, regente de los ríos.
También encarna la Ley que regula a la Creación para su mantenimiento y propósito; así conduce a las distintas vidas que se inscriben en la Gran Corriente Vital para que puedan existir, crecer, desarrollarse, expresarse como criaturas individuales y cumplir su función y su destino. Por eso la humanidad ha representado una faceta de la Diosa como justiciera, legisladora, socializadora y portadora de civilización. En el primer caso, sostiene los hilos del destino y se la representa como una telaraña en los viejos mitos irlandeses. Es una red que integra a todo a lo creado. Las Parcas en Grecia serían sus dígitos, pero también es Némesis, es Maat en Egipto, siempre inexorable. [Photo]
Si nos introduce en lo cultural, ámbito tan específicamente humano, tenemos el ejemplo de Inanna en Sumeria, donando a los hombres códigos de conducta traídos del cielo; Démeter y Atenea para los griegos permitiendo con las innovaciones agrícolas el paso a un nuevo orden social, una, y aportando arte e industria, otra; o de nuevo Sarasvati para India, que llegó a ser protectora de las artes y de las letras.
Pero no siempre es luminosa. También representa el furor de la guerra. Llena de coraje e impulso alienta a los guerreros, su deseo les sostiene en el combate. Preside sus lides y les conduce a la victoria, en muchos casos a pesar de la muerte. Es voluntariosa como Isthar. Es impetuosa como Anat. Poderosa como Atenea.
Sus cuidados pueden resultar posesivos. El amparo de su regazo puede tornarse prisión. Su seguridad confortante y su protección sofocar el crecimiento. Su exaltación erótica convertirse en lascivia. Si ella alumbra y protege, puede también mostrar la fuerza de las sombras, tan terribles habitualmente para los humanos. Entonces es destructiva. Puede manifestar su cólera y con ella los elementos se desencadenan, entonces su cuerpo se contrae, los vientos arrecian, las tierras se convulsionan, los volcanes vomitan su fuego. Súbitamente puede sacudir a sus criaturas y entonces los seres vegetales, animales y humanos se agitan y perecen en el Caos temible del remolino que Ella ha provocado. Puede, suave o violenta, reclamar la corriente vital donada a las criaturas o destruir su forma aparente para recogerla en su seno porque es la Reina de Todos las Mares: ahora nos muestra la diosa su aspecto sombrío, no por fuerza maligna aunque aparezca como reina de los Infiernos, Señora de los Muertos o la Muerte misma, como Ereskingar, la reina del helado Heldel, el país del frío, la reina de la Nieve que luego aparecerá en los cuentos. El Cosmos mismo tiembla ante el aspecto oscuro de la Diosa. Es cuando firme y terrorífica Kali, la Negra, baila frenética la danza de los mundos de forma complementaria e inversa a la de su consorte, el Danzarín celeste, y Perséfone, desvelada, puede sentarse en cátedra frente a las almas desencarnadas. Más, ¿no es la oscuridad el origen de la luz? ¿No es en lo profundo de la noche cuando se origina el día? ¿No muestra Hécate triforme
una antorcha luminosa en el centro de las encrucijadas? ¿No es, también, la mansión de los muertos el lugar del origen, la fuente de la vida y la sede del conocimiento? ¿No se encuentran allí los tesoros escondidos? Tal vez por ello la Diosa oscura lo es también de la magia y del conocimiento secreto...
Celeste, terrena y marina o subterránea, tres manifestaciones asociadas a la luna. Porque en sus más antiguas representaciones la Diosa aparece como una deidad lunar, que posibilitó a los humanos la medida del tiempo. Reina de la noche, frente al sol, señora de lo oculto, con su rostro de plata simboliza la mutabilidad y el cambio, la renovación cíclica; también la fecundidad, la vitalidad, las emociones, la inspiración y por tanto la expresión creativa y el conocimiento intuitivo. A la luna aluden esas piedras meteóricas que aparecen en muchas de las representaciones artísticas de los pueblos del pasado y las piedras, como Kaaba, a cuyo Santuario han de peregrinar obligatoriamente los musulmanes quienes, sin saberlo, de alguna manera veneran a la Antigua Diosa que antaño reinó en sus territorios. Si es una en sí misma, si contiene infinitas posibilidades, es la llamada Diosa Virgen, en cualquiera de sus manifestaciones, representada en ocasiones como andrógina para resaltar ese aspecto de autoposesión, de completud, de totalidad. Y si aparece como lo [Photo] femenino por excelencia, es Shakti, impulso, flujo, corriente, dinamismo vital, energía, fuerza y sostén; el aspecto femenino, el factor vivificante, el Alma del Cosmos y de lo masculino en general, de ahí su búsqueda desde el ámbito psicológico como complemento interno y factor de regeneración.
Shakti gobierna las corrientes energéticas que sostienen y renuevan la Vida. Por eso Ella es representada como serpiente. Impulso serpentino que fluye por los canales celestes, por los vasos de la tierra y por los diferentes conductos similares de los seres vivos. No hay que olvidar que la serpiente, desde el fondo de los milenios, siempre ha estado relacionada con la Diosa hasta que el cristianismo, paradójicamente, la enemistó con la mujer relegándola al mundo inferior. India nos muestra claramente este concepto con las Shakti de los dioses más importantes del hinduismo. El tantrismo venera a Shakti y en otras culturas, las esposas divinas expresan esta faceta de similitud, al tiempo que contraparte y complementariedad del dios. Son el Poder del dios. Más Shakti siempre es una vía de unificación e integración; no en vano, Devi, la Diosa, ha constituido uno de los seis Caminos en la India, y en la actualidad, el culto a Shakti constituye uno de los más importantes al lado de los Visnuitas y Shivaitas.
En tal expresión, la Diosa también es mediadora y conductora; ella, Materia, se yergue sobre la misma materia para llegar, pulsátil y vibrante, fuerte y sinuosa hasta la Mente, hasta la Conciencia, hasta el Espíritu, hasta los Dioses, hasta Dios, hasta el Origen... Bajo estos atributos es Tara, Dolma, la compasiva, y aún se constituye en la misma esencia budisátwica para el budismo tibetano.
Como elemento de constancia en el Cosmos es, como factor de permanencia, resiste. Sabe más que conoce, por eso en muchos aspectos, la Diosa encarna la Sabiduría y se instaura en modelo para las mujeres. Como Diosa libre e independiente representa la primavera con sus promesas de vida; también la primera juventud, la actividad y los proyectos. Es la luna creciente que tiende a la plenitud. Nos habla también de la primera fase del ciclo femenino. Es Afrodita, es Artemisa, es Atenea.
Si aparece como madre, se relaciona con el verano, con las cosechas crecidas, los frutos en sazón. Nos habla de la madurez de la vida, de la actualización de las potencias, de la realización y de la plenitud; muchas veces de la función femenina de la esposa y siempre de la madre. Preside el cielo bajo la forma de la luna llena, plena de hermosura, completa y luminosa. Corresponde al momento de la ovulación y al de la fecundación. Es María embarazada y la madre nutricia que sostiene al niño otorgando parte de su esencia en alimento. Puede dar porque posee. Es Isis con Horus. Mostrando en su esencia la experiencia del tiempo transcurrido, de la obra hecha, es en la naturaleza el tiempo de las mieses cosechadas, del grano recogido. Es el otoño que camina hacia el invierno, la vida vivida, la luna menguante, la mujer sabia, la mujer chamán, curandera, tal vez bruja, sacerdotisa y maestra. Preside la segunda mitad de la vida, los años maduros, el declinar hacia la vejez y la vejez misma. Se personifica a través de todas las diosas oscuras. En las mujeres rige el periodo posterior a la ovulación que conduce a la menstruación.
Dueña de la vida y la muerte, la Diosa la trasciende. Ella misma se expande y mengua, muere y renace. También muere y renace su hijo. La representación del hijo-amante que surgiendo del seno de la madre se convierte, adulto, en su consorte para desaparecer posteriormente y resucitar de nuevo, es un tema que aparece de modo más o menos manifiesto, en el simbolismo de todas las culturas de la antigüedad y corresponde a un aspecto más de su expresión cíclica. Innumerables imágenes nos muestran a la Madre Dolorosa lamentando la desaparición del hijo y compañero. Cibeles llora a Atis, Inanna a Dummuzi, Isthar a Tarnmuz, Afrodita a Adonis, Isis peregrina en pos del cadáver de su esposo y, finalmente, María recoge en sus brazos el cuerpo inerte del Hijo. Eternamente antigua es, sin embargo, permanentemente presente; acercarnos a su esencia es entrar en su reino y es hacerla reinar en nuestro interior. Es descubrir aquello que, de un modo u otro, como seres vivos, hombres o mujeres, late en nuestra alma; aún más, es recobrar el alma porque Ella es el Alma misma. Desde esta perspectiva nosotros le pertenecemos a la vez que Ella habita en nuestras profundidades. El viaje interior constituye un buen acercamiento, el campo del símbolo un método para encontrarla. Los sueños, las fantasías, la imaginación activa y la creación artística las puertas que nos conducen a Su presencia. (*) (*) Extraído de Esfinge N1, revista de Fundación Nueva Acrópolis.