jueves, 14 de enero de 2010

Planetas Retrógrados y Karma:

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Los Planetas Retrógrados



Cualquier persona familiarizada con el tema de la carta natal, habrá observado que a veces aparecen uno o más planetas retrógrados (R), cuya interpretación es frecuentemente eludida por los astrólogos, o realizada en forma vaga o insegura. Probablemente esto se debe a que las interpretaciones han sido variadas y disímiles, no habiendo consenso en torno a ellas. Antiguamente se decía que los planetas retrógrados eran débiles y que, por lo tanto, su influencia era minoritaria. Otros consideran que sus irradiaciones son, por el contrario, más poderosas, lo que podría resultar nefasto en el caso de aspectos negativos entre los planetas, potenciándose así las características desafortunadas, aunque también reforzarían las características positivas. Hay quienes creen que el hecho de que un planeta se presente retrógrado, hace aflorar sólo sus singularidades desfavorables. Esto es objetado por quienes afirman que la negatividad adjudicada a estos planetas es sólo temporal y que, a la larga, el sujeto se verá compensado por una comprensión mucho más profunda del asunto de que se trate. La disparidad de estas posiciones dificulta, sin duda, la seguridad de un astrólogo para aseverar algo concluyente al consultante, sobre todo tratándose de aspectos negativos que podrían sugestionar o deprimir a la persona.

El presente artículo no pretende dirimir la controversia, sino más bien aportar algunos enfoques interesantes a la luz de estudios más recientes.

Significado Astronómico de los Planetas Retrógrados:

Como su nombre lo indica, un planeta retrógrado es aquel que retrograda, es decir, que vuelve atrás respecto de los grados del zodíaco, para luego continuar su avance en la dirección original. Esta retrogradación no existe en el movimiento real del planetas en su órbita, sino que se trata de un movimiento aparente hacia atrás y de nuevo hacia adelante, visto desde la Tierra, al decrecer el planeta en longitud. Esto se puede comparar con la impresión que tenemos al ir en un bus rápido y pasar junto a otro cuya velocidad es menor. Nos produce la sensación que este último retrocediera. Ninguno de los dos cambia su velocidad real, sólo modifican su relación angular.

Cuando un planeta realiza el movimiento retrógrado, describe una figura similar a una letra Z algo aplastada en sentido vertical (ver ilustración). El planeta viene de este a oeste, se detiene en el primer quiebre de la Z, arriba a la derecha; este punto es llamado la Primera Estación. Desde ahí empieza a describir el Arco Retrógrado, hacia abajo y a la izquierda, hasta estacionarse nuevamente en el segundo quiebre de la Z, el inferior izquierdo, llamado la Segunda Estación. Desde ahí iniciará el Arco de Avance el que, una vez sobrepasado el nivel de la Primera Estación, retomará el curso de su órbita habitual en Movimiento Directo.

En la descripción de las órbitas de los planetas se consideran cuatro puntos de referencia importantes: la Conjunción Superior, que es el punto donde el planeta está en el lado distante del Sol con respecto a la Tierra; la Conjunción Inferior, cuando el planeta se encuentra en el lado cercano del Sol: el punto de Máxima Elongación Este y el punto de Máxima Elongación Oeste. Estas referencias son necesarias para entender las diferencias que se producen entre los planetas internos (Mercurio y Venus) y los externos a la órbita de la Tierra. En el caso de los planetas internos, la Tierra nunca pasa entre ellos y el Sol, por lo tanto, nunca se oponen al Sol. En estos planetas, la Conjunción Superior que ocurre cuando la Tierra y el planeta están en lados opuestos del Sol cae en medio del Arco de Avance. La Conjunción Inferior -cuando el planeta pasa entre la Tierra y el Sol - está en mitad del Arco de Retroceso. Es decir, la Conjunción Inferior de un planeta interno siempre sucede durante el movimiento retrógrado. En el caso de los planetas externos, cuando uno de ellos está en oposición al Sol, se encuentra en medio del Arco de Retroceso; en cambio, durante la Conjunción, se encuentra a la mitad del Arco de Avance. En la oposición al Sol, además, el planeta externo está más cerca de la Tierra, debido al largo del diámetro de la órbita ya que, en cualquier oposición, la Tierra se encuentra entre ese planeta y el Sol. En la Conjunción, por el contrario, la Tierra está al lado lejano del Sol y opuesta al planeta, En síntesis, el movimiento retrógrado se produce durante las Conjunciones Inferiores con un planeta interno y durante las oposiciones con un planeta externo.

Por último, cabe esperar que el período retrógrado de los planetas sea directamente proporcional a la velocidad aparente de movimiento de los planetas en el cielo, debiendo ser mucho más prolongado el de los mayores que el de los menores.

Planeta Venus

X -Punto de conjunción superior sobre el lado alejado del sol.
a - Diámetro mínimo, visible como estrella matutina.
b - Elongación máxima Este.
c - Brillo máximo como estrella Matutina.
d - creciente débil enfrentado al Este.
y - Punto de conjunción inferior. diámetro máximo, no iluminado.
e - Creciente débil, enfrentando al oeste.
f - Brillo máximo como Estrella Vespertina.
g - Elongación máxima, Oeste.
h - Diámetro mínimo, visible como Estrella Vespertina
R - Arco de Movimiento Retrógrado.



Signíficado Astrológico de los Planetas Retrógrados:

La astrología estudia la influencia de las fuerzas cósmicas que emanan de los cuerpos celestes sobre la Tierra y, en particular, sobre los seres humanos. Se la ha llamado también «el alma de la astronomía», debido a que en la antiguedad no estaba disociado lo esotérico de lo científico, y el estudioso de los astros era así mismo el estudioso de la personalidad.

Podemos considerar dos maneras generales de apreciar el horóscopo. Por una parte, el interés que nos provoca el que nos digan como somos, teniendo como base la fecha y hora de nacimiento, el conocer nuestras potencialidades y limitaciones a través de un mapa natal, y el ver como concuerda o no lo que sabemos de nosotros mismos con lo que nos dice alguien que nos ve según la interacción planetaria. Así es como funciona el horóscopo habitual. El astrólogo -o la computadora- nos dice como somos, a qué podemos aspirar, cuales son nuestros aspectos más conflictivos y cuales nuestras posibilidades de resolverlos; porque, al momento de nacer, quedamos «marcados» por la influencia de tal o cual regente, de tales aspectos favorables o desfavorables. Así, nuestra tarea sería la de tratar de superar aquellos aspectos más débiles o infortunados y desarrollar al máximo las potenciales positivas que nos tocaron en suerte.

La segunda manera de considerar el horóscopo, que nos parece más profunda y esencial, contempla, en primer lugar, el tomar las relaciones de nuestros astros, no como algo que nos tocó en suerte al azar, sino como una lección que aprender. Porque, de hecho, la distribución de los planetas no se produce como haciendo girar una ruleta al momento de nacer. Cada nacimiento es un nuevo peldaño en nuestro camino de evolución, y a cada uno le toca en esa oportunidad la combinación que favorezca lo que le correspondería aprender para acceder al siguiente peldaño. Podemos hacer caso omiso de ello, o considerar su comprensión como una ayuda para lograr el mayor provecho posible.

En cualquier forma que consideremos el mapa natal, trataremos de corregirnos en la medida de nuestras fuerzas; pero, en el segundo caso, hay una profunda mirada hacia atrás y una pregunta fundamental: ¿Qué hemos hecho en el pasado para que nos toque ahora esta carta natal? Esta pregunta supone que, en vez de lamentarnos por las cuadraturas y oposiciones entre los planetas, tratemos de comprender más profundamente que tiene que haber motivos anteriores que hacen que esto se presente así. Y lo dicho rige igualmente para los planetas retrógrados.

Pero, expliquemos primero los efectos que produce la retrogradación. Aparentemente, la característica más notable de los planetas retrógrados es que no puede adjudicárseles una sola y definida interpretación. La vibración especial producida por el proceso retrógrado trifásico: adelante, atrás, adelante, tiene como resultado que los individuos bajo su influencia vivan en tres fases sucesivas los impulsos del área regida por ese planeta. En la primera el sujeto se adelanta a la acción viviéndola en forma futurista; esta es una fase expansiva, incluso agresiva hacia los otros, invadiéndoles su espacio, y absorbiendo la energía e información necesarias para vivir su experiencia; esta es la fase en la que puede comunicarse mejor con los demás, e incluso inspirar con sus imágenes a los otros. En la segunda fase, la acción real está produciéndose para todos, pero el individuo experimenta la vaga sensación de que eso ya lo ha vivido, pero sin recordar cuándo, pues, generalmente, no es consciente de haber pasado por la primera fase. A pesar de estar presente en la acción, a la vez se está preguntando porqué le parece repetida, lo que le impide obtener la satisfacción que buscaba. En esta dualidad se produce una gran separación entre él y los demás, que no logran comprenderlo. Durante la tercera fase, que es donde más tiende a permanece, el sujeto repasa sus imágenes, volcándose hacia dentro. Ahora está inmerso en el pasado, totalmente introvertido y distante de los demás, atrapado en lo remoto, tratando de repetir aquello en lo que está atascado, y de entenderlo. En esta circunstancia, le molesta todo lo externo, hasta el espacio psíquico de los que lo rodean, porque, a pesar suyo, está particularmente sensible a sus radiaciones.

Entonces, la característica fundamental de los procesos retrógrados es una deformación del tiempo, una desincronización con el tiempo exterior: el sujeto vive los sucesos en secuencias de tiempo alternadas, y esta confusión lo lleva a pasar la mayor parte de su vida tratando de entender lo que le sucede, y la respuesta la busca en el pasado. Esto le ocurrirá en todas las áreas de su vida que estén regidas por planetas retrógrados. Por ejemplo, un sujeto con Mercurio retrógrado experimentará el triple proceso en el ámbito de las ideas, de la mente consciente y de la comunicación, que son los aspectos regidos por Mercurio.

Existe la posibilidad de una complicación adicional, y es cuando el planeta retrógrado se encuentra en conjunción con algún otro planeta. En este caso se puede deducir fácilmente que el retrógrado pasará tres veces junto al planeta directo, influyéndolo en tres actos sucesivos, con una resultante de tres eventos separados pero de naturaleza combinada entre ambos.

Planetas Retrógrados en los Signos:

El Zodíaco, o Rueda de la Vida, evoca un ritmo cíclico de las energías necesarias para la expresión de la Vida. Estas energías que emanan de los planetas influyen de un modo diferente según el signo en el cual se encuentre el planeta. Cada uno de los doce signos del zodíaco le agrega una coloración diferente a la significación de un planeta, y la percepción de esas sutilezas de expresión es la base de la interpretación astrológica. Los signos indican cualidades específicas de la experiencia, que sólo tienen sentido en relación al todo que es el zodíaco.

De igual manera, los planetas retrógrados son teñidos por las características del signo en el que se encuentran; pero el individuo puede prolongar aquella fase del proceso retrógrado que le resulte más cómoda para un planeta determinado en un signo determinado. Esta variación en la duración de las fases no es consciente, sino que resulta del instinto natural de la persona por acortar o suprimir lo desagradable y prolongar lo placentero. Volviendo al ejemplo de Mercurio retrógrado, las fases serán diferentes si se encuentra en un signo de fuego, de acción, como Aries, o en el cauto y paciente Tauro. En el primer caso la fase más acorde con el signo sería la primera, de avance futurista, la más difícil de soportar sería la tercera, la repetición del pasado. En el caso de estar el planeta en Tauro sería más cómodo para el individuo mascullar el asunto hasta su completa comprensión, es decir, se mantendrá naturalmente más tiempo en la tercera fase, concordando así con este signo de tierra. Es debido a los diferentes signos en los que puede estar radicado el planeta en cuestión que varios individuos con el mismo planeta retrógrado pueden tener comportamientos bastante distintos en el área de la experiencia regida por él. Esto además de la fase que esté más en armonía con el signo que lo acoge.

Hay gran cantidad de individuos que tienen algún planeta retrógrado y eso no parece afectarles en su adaptación y desenvolvimiento en el medio en que actúan. Al respecto, hay que recordar que no todos los planetas tienen igual importancia en la personalidad y comportamiento del individuo. Los que más inciden son los llamados planetas personales, que son los más cercanos a la Tierra, además del Sol y la Luna. Muy esquemáticamente, la personalidad básica depende de las funciones de los siguientes planetas:

El Sol: cómo es su individualidad, el tono básico de percepción de la vida.

La Luna: cómo es su reacción, su percepción inconsciente basal.

Mercurio: cómo se comunica y piensa.

Venus: cómo expresa afecto, se siente apreciado y da de sí.

Marte: cómo se afirma y expresa deseos.

Cualquiera de estos planetas que se encuentre retrógrado - exceptuando el Sol y la Luna, que nunca lo están - afectará profundamente el área que rige y, en general, aunque uno solo esté retrógrado, suele hablarse de individuos retrógrados. Se emplea este término también para referirse a personas que tienen tres o más planetas en esa situación, y aquellas que tengan aunque sea uno muy próximo al ascendente o al medio cielo.

En relación a los planetas mayores, se les ha dividido en colectivos y transpersonales. Los primeros, Júpiter y Saturno, representan cómo la persona procura crecer y experimentar confianza en la vida (Júpiter), establecerse y preservarse a través del esfuerzo (Saturno). Su influjo atañe a la persona con un poco más de distancia, refiriéndose más al individuo en sociedad que a él como ente englobado en una conciencia. Así, cuando se presentan retrógrados no afectan de manera tan acentuada el comportamiento.

Los planetas transpersonales, Urano, Neptuno, Plutón, representan actitudes generacionales, y su relación con el resto de los planetas en la carta natal revela como armoniza el sujeto las fuerzas de cambio de su generación dentro de sí mismo. Por esto, la retrogradación de cualquiera de ellos le afecta mucho menos, sobre todo cuando los planetas personales se presentan todos directos.

En términos de la psicología Junguiana, los planetas trans-saturninos representan las modalidades funcionales del inconsciente colectivo, mientras que la Luna y Saturno representan las pautas estructurales y las necesidades subconscientes del inconsciente personal: la Luna, las necesidades emotivas de seguridad asociadas con la madre (apoyo interior) y Saturno las necesidades materiales de seguridad asociadas con el padre (apoyo exterior).

En suma, tiene mayores consecuencias para el individuo la existencia de un solo planeta personal retrógrado que dos o tres transpersonales, aunque todos produzcan su efecto, pero los primeros lo hacen en áreas más vitales de la personalidad,

Planetas Retrógrados en las Casas:

Las casas indican específicos campos de experiencia en que operan las energías de los planetas y signos. Son doce, al igual que los signos, comenzando desde el horizonte natal (ascendente), y cada una representa el arco celeste que pasa por el horizonte cada dos horas. Mirado desde la Tierra, produce el efecto de que los planetas se desplazaran uniformemente desde debajo del horizonte hasta encima de él y por el Medio Cielo hacia el Descendente, tal como lo hace el Sol. A diferencia de los signos, que son divisiones de un ciclo anual, las casas son divisiones de un ciclo diario de movimientos aparentes resultantes de la rotación diaria de la Tierra sobre su eje. En promedio, cada casa dura alrededor de 30º, pero esa gradación varía según la época del año y la latitud del lugar en estudio. La primera casa, que determina a las siguientes, se fija por el grado que surgió por encima del horizonte oriental en un momento dado y en un punto dado de la superficie de la tierra. Este punto es el Ascendente que se considera sinónimo de Primera Casa. En un mapa natal estas doce casas no se corresponden con los doce signos, pues se refieren a jerarquías diferentes: cualidades de la experiencia versus campos de la experiencia.

Las particularidades de cada casa, tanto por el número de grados que abarca como por los planetas que contenga y los aspectos de ellos entre sí, señalan características positivas o difíciles en estos campos de experiencia. Cuando hay planetas retrógrados en las casas, hay que recordar que no todas ellas afectan con igual profundidad al individuo. Así como hay planetas personales, hay casas personales: la Casa 1, Casa V y Casa IX, que representan la trinidad cuerpo, alma, espíritu, respectivamente, por lo que son consideradas casas vitales.

De igual forma que con los signos, hay fases de los planetas retrógrados que armonizan mejor con la casa en que se encuentran, por afinidad con el área de experiencia de que se trate, tendiendo así a prolongarse por sobre las otras. Por ejemplo: un planeta retrógrado en Casa IX tendería a prolongar la primera fase, de avanzada, puesto que esta casa comprende las metas de largo plazo, las aspiraciones espirituales; pero si el planeta es Venus retrógrado, va a producirse un conflicto con su propia naturaleza, poco amiga de saltar hacia el futuro. De cualquier modo, el individuo tenderá hacia una selección inconsciente de la fase que menos incomodidad le produzca.

Planetas Retrógrados y Karma:

He aquí la parte más interesante y significativa de la interpretación de estos planetas, Ya habíamos tocado la importancia de buscar hacia atrás en relación a nuestra carta natal. Esto adquiere máxima transcendencia en los planetas retrógrados. Aparentemente, el individuo retrógrado no sólo vive tres veces cada proceso que se encuentre en el área correspondiente, sino que con ello, en forma inconsciente, está buscando respuestas o la conclusión de asuntos vividos en forma incompleta en vidas pasadas. El vuelve repetidamente a eventos de esta vida, pero por necesidad de completar su experiencia inconclusa en una vida anterior, hecho que influye pesadamente en su actual encarnación. En el ámbito retrógrado no sólo experimenta una deformación del tiempo actual, sino además una falta de límites con respecto a vidas anteriores en las que dejó asuntos pendientes. El procesar reiteradamente el pasado es más vital para él que cualquier acontecimiento presente en el área retrógrada. Evidentemente este comportamiento será contradictorio con la manera en que el sujeto viva la zona de experiencia de sus planetas directos, donde su vivencia y el tiempo exterior estarán sincronizados.

Cuando el individuo tiene retrógrados uno o más de los denominados planetas personales, el conflicto está mucho más centrado en lo que podríamos llamar la supervivencia básica, por sobre las aspiraciones sociales, filosóficas o espirituales. El está luchando por la concretización de su integridad personal, tratando de unificarse consigo mismo, lo que aun no siente sólidamente establecido a pesar de las encarnaciones transcurridas.

Debido a esta “pátina del tiempo” que acarrea consigo, el individuo retrógrado tiene un extraño ascendiente sobre los demás, su intensidad expresadas en las fases de agresiva expansión y potente absorción suele dejar huellas en quienes le rodean. Sus pensamientos pueden llegar a ser traspasados insensiblemente a su interlocutor en forma telepática sin que esto sea detectado por ninguno de los dos. El primero no está prestando verdadera atención, sólo está ordenando sus ideas para sí mismo, el segundo cree que lo que está sintiendo o diciendo es suyo propio. Este proceso sucedería al haber una cierta identificación entre ambas personas y se supone que incluye una transferencia de karma. Si es negativo, el individuo retrógrado asume que es el otro quien está rechazándolo (siendo que es él quien le ha traspasado esos sentimientos), y si es positivo, el interlocutor puede aprender subliminalmente del conocimiento que le ha incorporado el retrógrado. De estas manera, los individuos con planetas directos pueden recibir de los retrógrados tanto ayuda para su propio crecimiento como interferencia en sus procesos. Al estar tan ligados los retrógrados con el pasado, representan de alguna manera los eslabones que unen el presente con el pasado evolutivo del hombre. Que esto pueda servir de ayuda a los demás, dependerá del nivel de ser del retrógrado y de su capacidad para hacer consciente la comprensión de lo que ha acumulado. No se trata que sepa más que los otros, sino que en ciertas áreas se puede decir que tiene más presente lo que sabe, debido justamente a que intuye lo que le falta.

No obstante, el individuo retrógrado tiene menos posibilidades que los otros de ser consciente de sus propios mecanismos, atrapado como está en su estancamiento en el tiempo. Revive cada situación que vive, y, al tratar de expresarla, creará una nueva circunstancia que lo llevará a revivirla, lo que lo conduce a un circulo vicioso. A la presencia de ciertos planetas retrógrados se atribuye la conservación sostenida de miedos, fobias, inhibiciones sexuales, vicios y malos hábitos. Se recomienda hacer uso justamente de esta repetición interminable de actitudes sin motivo actual que las justifique, para librarse de ellas. Al hacerse consciente la persona, frente a un miedo irracional, de que sólo se encuentra repitiendo reacciones del pasado, de un origen remoto que él cree presente, es posible que la conducta innecesaria se disipe espontáneamente. Si la repite, él la reforzará con un nuevo evento que repetirá a futuro, si la hace consciente, desaparecerá.

La presencia de planetas retrógrados afecta también a la sexualidad, principalmente por la dificultad de estar presente con otra persona en el encuentro amoroso. La actividad mental exacerbada, fijada en el futuro o en el pasado, impide no sólo el aquí y el ahora con la pareja, sino también el disfrute de una actividad que se desarrolla principalmente en los planos físico y emocional. También puede ocurrir que el individuo trate de hacer concordar su vivencia actual con recuerdos inconscientes de lo vivido en otras vidas. Las dificultades con el sexo opuesto y la homosexualidad pueden deberse a la presencia de planetas retrógrados. En general, el individuo previvencia el acto sexual en su mente, con lo que gasta mucha energía; cuando lo está viviendo, se decepciona, pues le parece repetido o no satisfactorio con las expectativas que se había formado; finalmente, en la tercera fase se retrotrae encerrándose completamente en sí mismo

De todo lo dicho puede inferirse que estos individuos son los que se consideran desadaptados. No encajan bien en los moldes sociales ni su comportamiento es flexible. No distinguen con facilidad lo aparente de lo real, a pesar de que su concepto de lo real pueda ser completamente intemporal, o más bien, extemporáneo.

Su naturaleza fuertemente introspectiva lo mantiene en una actitud de urgencia por lo verdadero, por aquello que cree lo completará. Esta búsqueda, aún a su pesar, lo separa e incluso lo opone a la soc¡edad en la que vive; pero, aún con esa extrañeza existencial, no logra diferenciar con claridad las discrepancias entre su mundo interno (en el que permanece la mayor parte del tiempo) del externo. Sólo con un intenso trabajo de toma de conciencia logrará derribar el muro divisorio que, de otro modo, se engrosará paulatinamente. Este esfuerzo es más posible en la primera fase del proceso retrógrado, aunque tampoco sea coherente con la realidad exterior, ya que tiende a ser proyección de su interioridad, pero es allí donde está en máximo contacto con aquella realidad. A pesar de la enorme sabiduría que pueda obtener sobre su yo, su sí mismo, su gran riesgo es irse encapsulando rodeado de una fuerte costra separatista. En ese caso, poco provecho sacará del conocimiento adquirido si no logra experimentarlo en la práctica para cubrir la deuda kármica e irse liberando de su carga.

A modo de corolario, quiero insistir en la importancia de lograr hacer conscientes los mecanismos de los procesos retrógrados en la vida cotidiana, ya que es la única forma de hacerlos desaparecer a la vez que completar el karma implicado. No es fácil porque no se los puede arrancar de raíz por la fuerza, sino que tienen que ir perdiendo importancia paulatinamente. Al darnos cuenta de ellos, tenderemos a no repetir automáticamente la reacción y, al no repetirla, estaremos evitando crear nuevos elementos que nutran la retroalimentación del acto. Hemos destacado el hecho de que existe una razón para que esos planetas aparezcan en nuestro mapa natal, Están allí porque representan aspectos de nosotros mismos, de nuestra evolución, que debemos profundizar y asimilar mejor para poder avanzar. Es nuestra más importante tarea el conocer y ahondar en esas áreas de la experiencia que han quedado retrasadas, estancadas en un tiempo remoto de su proceso evolutivo.

María Maya


Más Información:
Schulman, Martin.- Planetas Retrógrados y Reencarnación

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