viernes, 6 de noviembre de 2009

Plutón en Leo en la casa 1



Con Plutón en Leo en la casa 1 existe tendencia al despotismo, pero en el sentido de
construir un imperio que se intenta mantener por todos los medios (en ocasiones, con
dureza y rigidez) y sobre el que se quiere ejercer un control absoluto. El paso a la
dictadura está muy cerca. La mayoría de las veces va unido a una tendencia al culto
personal no disimulada en absoluto. Muy a menudo, los ideales son sólo ficticios, es
decir, la persona ve el ideal en sí misma. En estos casos es especialmente importante
ver si, globalmente, el horóscopo muestra la madurez de reconocer la responsabilidad
de esta posición de Plutón y de utilizarla conscientemente. Si no existe, se puede
suponer perfectamente que hay disponible una fuerza que no se puede dominar y que,
por lo tanto, en lugar de dirigirse hacia la propia persona, se dirige hacia el entorno.
No obstante, si se comprende lo que ocurre, se tiene la posibilidad de canalizar esta
fuerza y dirigirla hacia caminos adecuados.
Plutón en la casa 2
En la casa 2, el ser interior nacido en la casa 1 que continuamente grita «yo» para que
el entorno se dé cuenta de su presencia, poco a poco, se da cuenta de que no está sólo
en este mundo. En el primer momento, este descubrimiento le ocasiona confusión y
surge la tendencia a protegerse del entorno y crear barreras a su alrededor. Sin
embargo, con Plutón no se trata de este tipo de cosas, sino de nutrir, proteger,
alimentar y cuidar a esa entidad interior.
La casa 2 es una casa social y fija. Lo social es lo principal: la autoconservación, el
imponerse, la adaptación y la experimentación social, las obligaciones y los
compromisos, las dependencias, las restricciones y la falta de libertad, puesto que en
la casa 2 se debe mostrar consideración. En esta casa se está en una actitud pasiva,
defensiva e introvertida frente a la sociedad y no se intenta nada más que conservar el
propio sitio en la misma. En esta posición, Plutón puede conllevar tendencias bastante
egoístas que no permitan el reconocimiento de la adecuada relación entre el yo y la
sociedad.
Plutón en la casa 2 exige la realización masiva de lo que él lleva como ideas y
sustancia interior. En la casa 2 encontramos un gran fondo de sustancia propia,
cualidades, saber y conocimientos. En esta casa, Plutón amplía este saber, desarrolla
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los talentos y presenta las capacidades verdaderas. Encuentra su poder en lo que ha
confirmado que «tiene» y «puede hacer». Sin embargo, aquí se trata de trabajar con la
sustancia esencial interior y dar poca importancia a los valores materiales. El cambio
de motivación debería efectuarse en el ámbito interior, desde fuera.
A menudo, las personas con esta posición están orgullosas del poder y la grandeza de
sus posesiones. Se sienten fuertes y se asocian con otros de la misma categoría para
construir un frente común. Desafortunadamente, a veces, el pensamiento de clan o el
pensamiento elitista resultantes también se encuentran en personas orientadas hacia lo
espiritual que se reúnen en agrupaciones y miran a los demás «por encima del
hombro». Esta forma de pensar produce barreras entre las personas y convierte en
ineficaz la voluntad de ayuda.
En el fondo, el pensamiento elitista no es más que una actitud defensiva, puesto que
se deriva de la sensación de pequeñez y debilidad ante la gran sociedad. Entonces,
para entrar en acción hay que estar agrupado, naturalmente en un grupo de élite,
donde Plutón pueda sobresalir, puesto que no se da por satisfecho con nimiedades e
imperfecciones. A veces, esta forma de pensar orientada al status puede adoptar
formas casi saturninas. En muchas personas se expresa con una clara tendencia al
materialismo. Se puede ser especialmente rico (super-rico: de nuevo, pensamiento
elitista), puesto que las grandes propiedades también confieren la sensación de
destacar de la masa. Es la imago de super-yo de millonario y otras parecidas. La
riqueza impresiona y Plutón en la 2 está especialmente predispuesto a ello. Aunque la
persona no haya nacido en una familia acaudalada, su comportamiento es como si tal.
Aquí también podremos encontrar al noble, al barón que debería haber vendido su
castillo hace tiempo y que ha perdido su antigua fortuna. A menudo, estas personas
son casi caricaturas que actúan de manera ridícula: se aferran a su estilo de vida
«puro» y dejan de lado su cualidad de personas.
Con esta posición de Plutón es importante que no se ponga por delante el pensamiento
de clan o el pensamiento elitista, sino mucho más la capacidad de manejar las leyes
económicas de forma correcta para el desarrollo del bienestar de la humanidad.
http://astro-api.es/docs/Pluton_en_las_casas-BH.pdf

Plutón en las casas 3 y 4



Las casas 3 y 4 representan el «suelo-raíz», el lugar de donde provenimos, lo
conocido, donde existimos y donde nos sentimos en nuestro hogar. Aquí estamos en
un medio limitado, en un espacio conocido desde la infancia: el colectivo. Aquí
encontramos todas aquellas particularidades del carácter que recibieron el «cuño» del
entorno. En consecuencia, las metas que Plutón establece en las casas 3 y 4 hacen
referencia a ese medio, al hogar, a la procedencia, a los orígenes, a la masa en su
globalidad (cualquier esfuerzo tiene que ver con el colectivo). En esta zona, Plutón
está en situación de conservar y cuidar lo conseguido por el colectivo, así como de
realizar mejoras. Las personas con Plutón en estas posiciones hacen cosas por el
colectivo e intentan estructurarlo de forma óptima. La manera de hacerlo varía en
función del signo zodiacal. En nuestro siglo, en las regiones civilizadas, el
pensamiento democrático se ha impuesto en gran medida: todas las personas tienen
sus derechos. A este respecto, pueden darse distintas actitudes; unas veces en un
sentido superior, cuando Plutón fuerza a los nativos a salir a la calle y a luchar por el
pueblo, y otras en sentido personal, de manera que el esfuerzo se lleva a cabo
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específicamente en el propio entorno (familia, parientes...) en donde se quiere
mantener un determinado orden. Si la capacidad de pensar de forma abierta (cosa que
Plutón en realidad exige) es limitada, se puede llegar fácilmente a la mezquindad o
incluso al fanatismo. Este comportamiento erróneo puede expresarse en formas que
van desde limitarse al propio colectivo (egoísmo familiar) hasta el racismo o formas
parecidas de pensamiento de castas.
Mientras que en la casa 3 (que corresponde a Géminis, signo mercurial y de aire)
encontramos en primer plano las funciones intelectuales y mentales, en la casa 4 lo
esencial son los sentimientos y las emociones. Así pues, existe un contraste entre
intelecto y sentimientos.
En la casa 3, Plutón se interesa por el saber colectivo, por la educación escolar. Estas
personas tienen una cierta inclinación hacia el intelectualismo que puede estar
presente, en mayor o menor medida, en función de la inteligencia y el talento
disponibles. Origina la tendencia a ver las cosas desde el punto de vista de los
científicos y académicos. Las normas de pensamiento del colectivo son determinantes.
Por lo tanto, puede ocasionar un claro conservadurismo que preserve y proteja lo
establecido y se enfrente hostilmente a cualquier nueva teoría.
Por otra parte, debe mencionarse como positivo que la mayoría de las veces existe un
interés por cuestiones sociológicas, políticas y psicológicas. Si Plutón está aspectado
con Saturno o bien está en la misma casa, siempre existe un interés por las cuestiones
históricas. Plutón también inclina a profundizar en ciencias relacionadas con el
colectivo y con su comportamiento. Esta posición de Plutón también da información
acerca de las estructuras de pensamiento. Por ejemplo, el pensamiento de la persona
de ciudad es esencialmente más fluido, tolerante y abierto que el pensamiento del
ciudadano de pueblo que, por el contrario, es más simple pero también está más
claramente influenciado por una determinada mentalidad. En el ámbito de los pueblos
se producen muchos menos deslices morales o situaciones de «desenfreno», en
cambio la persona urbana tiene dificultades para encontrar una norma de vida clara,
puesto que las oportunidades de cometer deslices morales son mucho mayores. La
posición de Plutón por signo da información sobre cómo puede haber influido la
estructura de pensamiento en los objetivos y en las valoraciones de la persona. Tauro,
Cáncer y Virgo son los signos que más cohiben. Cáncer cohibe menos pero es más
simplista. Géminis, Leo y Libra tienden más bien hacia una estructura de pensamiento
más abierto y liberal.
En la casa 4 rigen los sentimientos y las emociones, no el intelecto. El interés aquí no
está dirigido hacia el saber sino hacia la «pertenencia íntima». Aquí también es muy
importante el colectivo, donde se busca el calor de nido y el contacto estrecho, y que
proporciona el sentimiento de seguridad. El tipo de la casa 4 tiene una clara aversión
hacia todo lo distinto, lo extranjero, lo nuevo y hacia cualquier perturbación
proveniente del exterior. Un conservadurismo así puede ser sano pero también puede
ocasionar una tendencia hacia la exclusividad. En esta casa, esto repercute de una
forma relativamente fuerte, puesto que no se trata sólo de una cuestión de mentalidad
o de forma de pensar sino, sobre todo, de la influencia del colectivo en el
comportamiento del individuo. La dependencia que se produce es un gran
inconveniente. También puede producirse la tendencia a bloquearse hacia el exterior y
a aceptar sólo lo perteneciente al propio colectivo. Lo que casi nunca aparece en las
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casas 3 y 4 es la conciencia de individualización. Con Plutón en esta posición, esto es
muy difícil puesto que, en esta zona, a la persona no se le permite imponer su propio
carácter intelectualmente sino que debe adaptarse. Quién llame la atención con
opiniones o sentimientos particulares es castigado por el colectivo e incluso expulsado
del mismo.
La posición de Plutón en estas dos casas distingue a los que se sacrifican por el
colectivo. Aquí se encuentra al héroe del cuento, de la leyenda o de la historia. No
obstante, no es un héroe por sí mismo. Lo es en nombre del colectivo, que le da la
fuerza y el valor para realizar sus acciones, y lo respalda. Si este sacrificio se produce
de una forma demasiado intensa, los rasgos individuales de la persona desaparecen y
después difícilmente se produce un nuevo resurgimiento completo como individuo.
Esto puede conllevar enfermedades físicas o psíquicas. Ciertamente, la naturaleza
exige de los individuos su colaboración y su integración positiva en la totalidad pero,
por otra parte, también un determinado nivel de autoconciencia, una medida mínima
de manifestación de uno mismo. Cuando esto no se da y la persona no ha adquirido
por sí misma un determinado grado de autoconciencia, puede enfermar (al menos
psíquicamente) por falta de desarrollo individual.
En las casas 3 y 4, Plutón se ve frenado y dificultado en el cumplimiento de su
misión. A la persona le resulta difícil contactar con su ser interior. Especialmente en
la casa 4, la persona se «enreda» con facilidad y se imagina cosas que no son reales,
monta en «olas de simpatía» preparadas por otros y se siente fuerte a pesar de que
quizá ella misma no ha presentado ninguna sustancia de tipo individual. Hay una
infinidad de figuras de este tipo producidas por el colectivo que, de este modo,
consiguen vivir muy bien; son ricos y aparentemente respetables aunque, a menudo
(desde el punto de vista de la masa), hacen cosas amorales (por ejemplo, la mafia).
Lo esencialmente positivo y, al mismo tiempo, la tarea de las posiciones de Plutón en
la zona inferior del horóscopo es la pronunciada necesidad y el deseo interno de hacer
algo en favor del colectivo, en el mejor sentido posible. Esto puede llevarse a cabo de
distintas formas. En la casa 3, la persona muestra un gran interés por obtener
conocimientos; tal vez desempeñe una función de legislador o se ocupe de reflexionar
sobre estructuras sociales ideales para el futuro, mejores que las existentes. En los
grupos dirigentes de todas las revoluciones del pasado siempre han habido personas
de este tipo que, a partir del saber disponible, definieron nuevas estructuras sociales
que pretendían ofrecer más oportunidades al colectivo e intentaban establecer unas
condiciones de vida mejores.
En la casa 4, el mismo tema se aborda de una forma más emocional. Aquí, de una
forma más clara y consciente, lo esencial es «sentirse bien» y, en un sentido más
amplio, lo más importante es la seguridad que se consigue al estar «refugiado» en el
colectivo. La persona se sumerge en la masa y deja de ser reconocible como
individuo. Esto tiene aspectos positivos y negativos. La sensación de estar en casa, el
«estar-inmerso-en-la-totalidad» tiene un papel muy importante y en realidad es una
fuerza estimulante. Las personas con Plutón en la casa 4 aspiran de manera consciente
a crear una atmósfera acogedora y confortable de forma que las fronteras de su radio
de acción y sus acciones puedan extenderse desde su hogar hasta (en caso extremo) el
estado.
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Como negativo, en las casas 3 y 4 también aparecen las clásicas funciones de superyo.
El caso más claro es el de la casa 3, puesto que ésta es precisamente la casa en la
que se transmiten las teorías y los patrones de pensamiento que actúan sobre la
persona relativamente inteligente de hoy en día y ejercen sobre ella una influencia
fuerte. Precisamente, lo que actúa de forma más permanente son las cosas inferidas en
la estructura de comportamiento durante la infancia. En determinados casos, los
sentimientos pueden cambiar rápidamente mediante acontecimientos especiales que
actúan a modo de estímulo. En cambio, cambiar la estructura de pensamiento es
considerablemente más difícil. Si desde la infancia nos hemos acostumbrado a un
determinado modo de pensar, con todas sus implicaciones y conceptos fijos, es difícil
librarse del mismo a los 16 años (edad en la que intentamos pensar por nosotros
mismos por primera vez). Entonces no reconocemos nuestro pensamiento como algo
ajeno a nosotros sino que nos identificamos con él, creyendo que proviene de nosotros
mismos: esto ya es super-yo. Si las estructuras de pensamiento aprendidas crecen
demasiado, el ser interior ya no tiene oportunidad de desarrollarse. Tarde o temprano,
esta situación ocasiona una enfermedad psíquica o mental. Por esto, esta posición
requiere un autocontrol constante, una actitud crítica, sinceridad y una permanente
disposición a cambiar.
Una manifestación bastante frecuente y desfavorable (super-yo) de este tipo puede
verse en el rol del «patriarca» que necesita a su familia y su «pueblo» para
garantizarse un mínimo de autoconciencia. Esto se intensifica, pudiendo llegar a
convertirse en una máscara, cuando Plutón se encuentra cerca del IC o cuando una
posición débil del Sol busca una compensación a través de Plutón en la casa 4.

lunes, 2 de noviembre de 2009

PLUTON EN CASA V



En la casa 4 se ha experimentado el más alto grado de identificación con el colectivo
y en la casa 5 se percibe claramente la próxima meta de desarrollo (por el momento):
el punto del tú. Aquí se toma conciencia de que las personas entre las que uno se
mueve no son simplemente una masa sino que son individuos. Cada uno es distinto de
los demás y por eso también se lo debe tratar de una manera distinta.
Como casa social, la casa 5 hace que el individuo tenga la inclinación a presentarse de
la manera más simpática posible. En esta casa se va tras las personas y se intenta
brillar y producir la mejor impresión posible en ellas con toda la personalidad. Esto
impresiona a los demás y los influye positivamente. Ésta es una forma de tenerlos
bajo control, puesto que la simpatía es un método de ejercer el poder mucho más
eficaz que, por ejemplo, la crueldad. La severidad produce miedo en los demás: el
temor aleja el afecto. Sin embargo, con simpatía y amor, uno se asegura el cariño de
los demás. Por esto, en la casa 5 encontramos el «comportamiento de pavoneo».
Después de haber pasado a través del «baño de masas del colectivo» ahora se debe
causar buena impresión. Un buen ejemplo de esto lo constituyen las «estrellas» del
mundo del espectáculo, que suelen llegan a la fama entre los 25 y los 30 años.
Pero, para Plutón, lo esencial no son los espectáculos sino el ser interior. Con esta
posición se corre el peligro de dejar de percibir el propio cometido, es decir, de buscar
fuera e ir hacia fuera en vez de desarrollar las cualidades internas. La tentación es
enorme, puesto que se tiene la oportunidad de impresionar al entorno de forma directa
y duradera. La posición de Plutón en la casa 5 es un llamamiento a «estar alerta con
respecto a uno mismo». La persona debe comprobar si está haciendo lo que

verdaderamente quiere hacer o si, en realidad, sólo está escapando de sí misma a
través del éxito, mientras se convierte en una víctima del público.
En relación con esto aparece claramente el concepto de moral: en la casa 5 se juega al
juego de «coge tanto como puedas coger»; todo lo que no está prohibido está
permitido. Por esto, en esta casa con mucha facilidad se hacen cosas que difícilmente
pueden estar de acuerdo con el propio ser interior. Se actúa de forma inmoral con
respecto a uno mismo. Pero lo que la casa 5 requiere es otorgar al ser interior una
forma de expresión completamente individual. Y esto no significa adoptar una
determinada apariencia moral sino actuar con un auténtico valor cívico. Esto no sólo
es posible sino que es una exigencia. Esta cualidad interna no depende de
reconocimientos o aplausos externos sino que existe por sí misma, como Plutón que
siempre se confirma a sí mismo en su esencia y no necesita del reconocimiento del
entorno.
El sentido de la casa 5 no es conquistar y asegurarse un lugar en la sociedad sino la
autorrealización. Se debe intentar manifestar el propio ser de una forma adecuada y
participar en la vida con voluntad y deseo. «Quiero ser parte de este mundo y producir
en él los efectos que me corresponden: hacer mi contribución individual», y esto no
tiene nada que ver con el espectáculo descrito anteriormente. Sin embargo, encontrar
una forma de expresión individual adecuada no es nada fácil, por lo que la casa 5,
como todas las casas fijas, es también un lugar de prueba. Las formas de
comportamiento cristalizadas, el orden existente, los puntos de vista usuales, las
esperanzas depositadas sobre mí, los conceptos sobre mí mismo y los roles que
interpreto, los pensamientos, los sentimientos... hacen difícil ser verdaderamente uno
mismo y estar en sintonía con el propio ser interior. A veces, las personas con estas
posiciones de Plutón están convencidas de su grandeza de una manera casi enfermiza.
Este convencimiento aparece incluso en el caso de que el resto de posiciones
planetarias indiquen lo contrario. De todos modos, estas personas se sienten
insatisfechas y esto les produce una sensación de incomprensión.
En esta situación es de gran ayuda darse cuenta de que la casa 5 es una casa social. La
clave para hacer realidad las propias cualidades esenciales es tener consideración por
la sociedad, es decir, tomar conciencia de la pertenencia a la totalidad. La persona es
una individualidad aquí y ahora (en un determinado lugar y en un determinado
momento), y este momento conlleva unas determinadas formas de comportamiento y
pensamiento. Para dar un verdadero impulso a este mundo, cada persona debería
aportar tanto de sí como el mundo pudiera aceptar, o incluso más. Una auténtica
contribución es aquélla que sobrepasa la medida del simple cumplimiento del deber.
Ésta es la ley de la casa 5: «Dar más de lo que se cree poder dar; más de lo que se cree
que el entorno puede asumir». En esta postura residen las posibilidades de crecimiento
tanto para mis semejantes como para mí mismo.
http://astro-api.es/docs/Pluton_en_las_casas-BH.pdf

PLUTON EN LA CASA VI



La casa 6 es una casa bastante sufrida. Aquí se va hacia el tú y se espera ser
reconocido y aceptado por los demás. La cuestión existencial está en primer plano: la
persona debe encontrar su «posición en el mercado». Esta casa es de gran importancia
en lo referente al tema del trabajo; sin embargo, no lo es tanto en lo referente a la
vocación (para la cual, la casa determinante es la casa 10). Aquí, el entorno determina
en gran medida lo que debemos hacer para superar los problemas existenciales. Ante

todo debemos sobrevivir físicamente. Esto hace que, en el período de edad entre los
30 y los 36 años, busquemos seriamente una posición en la que establecernos y desde
la que podamos utilizar nuestras fuerzas lo mejor posible. La persona quiere y debe
mantenerse por sí misma, y no dispone de demasiado tiempo para ir haciendo pruebas.
Muy a menudo, en esta casa uno debe moderarse, reducir sus grandes ideas y
adaptarse a la realidad. En este proceso, Plutón, que la mayoría de las veces amplifica
e intensifica las cosas, puede perder el sentido de la proporción con gran facilidad.
Sobre todo, cuando no se hace lo que se debería estar haciendo por convencimiento
interno sino lo que exige el entorno en el que uno se encuentra. Entonces, muy
fácilmente, la persona puede convertirse en víctima del entorno, teniendo la necesidad
de ser complaciente y agradable a cualquier precio. Con Plutón en la casa 6, es fácil
dejarse cargar con trabajo y tareas que sobrepasan las propias fuerzas. A pesar de que
la persona disponga de una gran capacidad de trabajo, está en la frontera de lo
soportable.
Así pues, existe siempre el peligro de perderse parcial o totalmente. En aras de la
propia existencia, la persona hace cosas que no le corresponden; en cierto modo es
una especie de «prostitución de la vida profesional» (y, al mismo, tiempo lo trágico de
muchas profesiones equivocadas). A menudo, las personas que realizan trabajos no
adecuados, no dejan que su infelicidad emerja en su conciencia. Deberían sacar sus
propias conclusiones y cambiar su situación; sin embargo, reprimen las preguntas que
provienen de su interior y esto hace que, lentamente pero de forma inevitable, acaben
enfermando. Se pierde el equilibrio físico. Uno de los efectos clásicos es el famoso
«infarto del pensionista» que se produce en la edad de la jubilación. Ocurre porque la
persona ha hecho lo erróneo durante toda su vida, ha dejado pasar la vida y ahora, con
la jubilación, no encuentra fuerzas para empezar a vivir una nueva etapa.
Plutón en la casa 6 exige que se haga lo correcto y que se busque insistentemente
hasta encontrar el lugar en el que las propias capacidades sean verdaderamente
necesarias. Es una exigencia intensa ante la que muchos fracasan por comodidad o por
venderse a cambio de beneficios a corto plazo. En última instancia sólo es feliz quien
encuentra «su vocación» y no permite que le obliguen a seguir un determinado
camino.
Con Plutón en la casa 6 hay que defenderse contra este tipo de presiones. A pesar de
que, en esta casa, Plutón está por naturaleza en una posición pasiva y no puede
disponer cómo deben ser las cosas, sí tiene la capacidad de encontrar su lugar en la
sociedad porque tiene la posibilidad de seleccionar y, de este modo, puede rehusar
colaborar en lugares inadecuados. En determinadas circunstancias, para hacer esto se
necesita más valor y fuerza que para sacrificarse trabajando, permitiendo ser
explotado por el entorno. Con Plutón en la casa 6 casi siempre existe una motivación
de servicio y ayuda pero la entrega excesiva puede llevar con facilidad a la anulación
de las propias posibilidades de desarrollo.
Aquí también hay una parte filosófica que no debemos dejar de lado (aunque «no
tengamos tiempo»). En la casa 6 nos enfrentamos a la cuestión existencial y a su dura
realidad, y merece la pena reflexionar una y otra vez sobre dos factores que son
decisivos:
1. El conocimiento, el cultivo y el desarrollo de las propias capacidades.


2. La comprensión de que existir no significa sólo sobrevivir físicamente sino que
también consiste en convertirse en un ser social y, como tal, realizar una
contribución positiva a la colectividad. Y, precisamente, esta contribución
debería basarse en las capacidades propias.
La misión de Plutón es poner estas dos cosas de acuerdo. Su posición en el zodíaco
indica qué soy, y sólo cuando soy yo mismo puedo actuar de forma creativa. Mi
naturaleza, esto es, lo que soy capaz de dar debe coincidir con mi vocación interna.
Las exigencias de la casa 6 son bastante duras e incluso difíciles de cumplir pues
significan trabajo y lucha consigo mismo sin perspectivas de aplauso del exterior. Sin
embargo, si conseguimos vivir «nuestra» propia vida, el resultado es una existencia
feliz y completa.

PLUTON EN LA CASA VII



En la casa 7, el comportamiento no es pasivo sino activo. Aquí, la persona puede
disponer e incluso ordenar lo que debe hacerse. Esto no gusta mucho al entorno; sin
embargo, con Plutón en el DC existe una fuerte inclinación a hacerlo. Como en el
resto de casas cardinales, en la casa 7 existe una convicción fundamental: se parte de
determinadas suposiciones y, sin ningún tipo de discusiones o preguntas previas, se
dispone lo que debe ser. Esta posición de Plutón conlleva un cierto peligro puesto que
la tentación es muy grande. La persona quisiera transformar el mundo según su
modelo. En esta casa (como en la casa 6), la persona se encuentra frente al tú y debe
llegar hasta él. Esto es precisamente lo que intenta pero determinando lo que el tú
debe hacer. En los ejes principales, Plutón posee una energía especialmente fuerte, por
eso, en este caso con frecuencia se produce el empleo de fuerza sobre los demás. A
menudo, esto ocurre con una argumentación que es típica de la casa 7 y que
corresponde a Libra: «En aras de la justicia y la verdad». Pero actuar así conduce
inevitablemente al fracaso.
En general, la casa 7 se considera una casa amigable puesto que tiene que ver con la
pareja, la cooperación, el entendimiento mutuo y la concertación. A esta casa
corresponde la famosa imagen de la justicia con los ojos vendados, la balanza y la
espada. Sin embargo, no se trata necesariamente de jurisprudencia en el sentido de
hacer justicia sino más bien de cumplir y observar lo prescrito para el beneficio de
todos los participantes. Esto suena a una cuestión de cálculo racional: las pesas deben
estar igualmente repartidas; no se puede permitir que ninguna de las partes reciba
menos o salga perjudicada. Esta meta sólo puede alcanzarse cuando se cumple la ley.
Pero, como sabemos muy bien (tenemos muchos ejemplos de ello), a veces, nuestra
justicia de ojos vendados trata a las personas de forma extremadamente injusta y les
ocasiona sufrimiento porque se aferra a la letra de la ley y no considera
suficientemente la realidad personal del individuo.
Con Plutón en la casa 7, a veces, aparecen fanáticos de la justicia y la verdad, de los
que les gusta trabajar con la espada. Esta posición es algo difícil porque en esta casa,
Plutón se erige muy fácilmente como juez sobre los demás. No obstante, si la
conclusión a la que se llega es que hay que cambiar a los demás, es que se ha
comprendido mal el mensaje de Plutón. Plutón se refiere a uno mismo, no a los
demás: quien debe transformarse soy yo y mi estructura. Estar conscientemente ante
un tú significa aceptar que tiene fallos. Y lo que debe hacerse no es intentar cambiar y



mejorar al tú sino trabajar en uno mismo y llevar a la práctica la imagen ideal de la
propia persona. De esta forma, el efecto sobre el entorno se produce con el propio
ejemplo y, en caso de ser consecuente con uno mismo, se consigue una influencia
mucho mayor que «jugando a ser el juez». Quien con Plutón en la casa 7 «apunta» a
los demás ha atravesado ya una frontera que no se debe cruzar y que un viejo
proverbio chino formula así: «El poder acaba donde empieza la violencia». Con
Plutón en la casa 7 debo preguntarme: ¿Manipulo a los demás?, ¿los induzco
mediante mi poder? o ¿estoy empleando ya la violencia porque alguien no quiere
hacer o no comprende lo que debe hacer? No puedo ni debo obligar a nadie.
Pero si mediante mi personalidad muestro una forma de vida y comportamiento
distintos sin usar la violencia, poseo una autoridad mucho mayor sobre los demás
puesto que si consideran que mi comportamiento es valioso tienen la posibilidad de
emularlo sin sentirse obligados, presionados o forzados. Con Plutón, esto es de gran
importancia.
Si Plutón se encuentra en el punto de reposo de la casa 7, la tendencia a dar órdenes a
los semejantes es menos manifiesta porque, muy pronto, la persona se da cuenta de
que de esta forma no se puede funcionar. En cambio, en el eje (debido a la gran
cantidad de oportunidades) tiene más difícil el comprender que no se puede utilizar la
violencia (ni siquiera de forma sutil).
En la casa 7 no se debe imponer el propio poder a los demás, de lo contrario se puede
llegar a la lucha y el enfrentamiento. No se trata de despreciar a los demás ni de ser el
mejor, sino de vivir conjuntamente de la mejor forma posible y estar ahí con los
demás y para ellos. Cada uno debe realizar su propia contribución para que la
totalidad mejore: esto es especialmente importante con Plutón en la casa 7.
http://astro-api.es/docs/Pluton_en_las_casas-BH.pdf