lunes, 2 de noviembre de 2009
PLUTON EN LA CASA VI
La casa 6 es una casa bastante sufrida. Aquí se va hacia el tú y se espera ser
reconocido y aceptado por los demás. La cuestión existencial está en primer plano: la
persona debe encontrar su «posición en el mercado». Esta casa es de gran importancia
en lo referente al tema del trabajo; sin embargo, no lo es tanto en lo referente a la
vocación (para la cual, la casa determinante es la casa 10). Aquí, el entorno determina
en gran medida lo que debemos hacer para superar los problemas existenciales. Ante
todo debemos sobrevivir físicamente. Esto hace que, en el período de edad entre los
30 y los 36 años, busquemos seriamente una posición en la que establecernos y desde
la que podamos utilizar nuestras fuerzas lo mejor posible. La persona quiere y debe
mantenerse por sí misma, y no dispone de demasiado tiempo para ir haciendo pruebas.
Muy a menudo, en esta casa uno debe moderarse, reducir sus grandes ideas y
adaptarse a la realidad. En este proceso, Plutón, que la mayoría de las veces amplifica
e intensifica las cosas, puede perder el sentido de la proporción con gran facilidad.
Sobre todo, cuando no se hace lo que se debería estar haciendo por convencimiento
interno sino lo que exige el entorno en el que uno se encuentra. Entonces, muy
fácilmente, la persona puede convertirse en víctima del entorno, teniendo la necesidad
de ser complaciente y agradable a cualquier precio. Con Plutón en la casa 6, es fácil
dejarse cargar con trabajo y tareas que sobrepasan las propias fuerzas. A pesar de que
la persona disponga de una gran capacidad de trabajo, está en la frontera de lo
soportable.
Así pues, existe siempre el peligro de perderse parcial o totalmente. En aras de la
propia existencia, la persona hace cosas que no le corresponden; en cierto modo es
una especie de «prostitución de la vida profesional» (y, al mismo, tiempo lo trágico de
muchas profesiones equivocadas). A menudo, las personas que realizan trabajos no
adecuados, no dejan que su infelicidad emerja en su conciencia. Deberían sacar sus
propias conclusiones y cambiar su situación; sin embargo, reprimen las preguntas que
provienen de su interior y esto hace que, lentamente pero de forma inevitable, acaben
enfermando. Se pierde el equilibrio físico. Uno de los efectos clásicos es el famoso
«infarto del pensionista» que se produce en la edad de la jubilación. Ocurre porque la
persona ha hecho lo erróneo durante toda su vida, ha dejado pasar la vida y ahora, con
la jubilación, no encuentra fuerzas para empezar a vivir una nueva etapa.
Plutón en la casa 6 exige que se haga lo correcto y que se busque insistentemente
hasta encontrar el lugar en el que las propias capacidades sean verdaderamente
necesarias. Es una exigencia intensa ante la que muchos fracasan por comodidad o por
venderse a cambio de beneficios a corto plazo. En última instancia sólo es feliz quien
encuentra «su vocación» y no permite que le obliguen a seguir un determinado
camino.
Con Plutón en la casa 6 hay que defenderse contra este tipo de presiones. A pesar de
que, en esta casa, Plutón está por naturaleza en una posición pasiva y no puede
disponer cómo deben ser las cosas, sí tiene la capacidad de encontrar su lugar en la
sociedad porque tiene la posibilidad de seleccionar y, de este modo, puede rehusar
colaborar en lugares inadecuados. En determinadas circunstancias, para hacer esto se
necesita más valor y fuerza que para sacrificarse trabajando, permitiendo ser
explotado por el entorno. Con Plutón en la casa 6 casi siempre existe una motivación
de servicio y ayuda pero la entrega excesiva puede llevar con facilidad a la anulación
de las propias posibilidades de desarrollo.
Aquí también hay una parte filosófica que no debemos dejar de lado (aunque «no
tengamos tiempo»). En la casa 6 nos enfrentamos a la cuestión existencial y a su dura
realidad, y merece la pena reflexionar una y otra vez sobre dos factores que son
decisivos:
1. El conocimiento, el cultivo y el desarrollo de las propias capacidades.
2. La comprensión de que existir no significa sólo sobrevivir físicamente sino que
también consiste en convertirse en un ser social y, como tal, realizar una
contribución positiva a la colectividad. Y, precisamente, esta contribución
debería basarse en las capacidades propias.
La misión de Plutón es poner estas dos cosas de acuerdo. Su posición en el zodíaco
indica qué soy, y sólo cuando soy yo mismo puedo actuar de forma creativa. Mi
naturaleza, esto es, lo que soy capaz de dar debe coincidir con mi vocación interna.
Las exigencias de la casa 6 son bastante duras e incluso difíciles de cumplir pues
significan trabajo y lucha consigo mismo sin perspectivas de aplauso del exterior. Sin
embargo, si conseguimos vivir «nuestra» propia vida, el resultado es una existencia
feliz y completa.
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