analisis arquetipal
by LAURA MORANDINI
Aurora es el nombre que le da Walt Disney a este personaje, para los hermanos Grimm es Rosa Silvestre y para Perrault no tiene nombre: es simplemente “la princesa”, probablemente queriendo indicar que puede ser la historia de cualquier mujer. Aurora es la primera luz del amanecer, algo nuevo está por surgir pero aún no logra expresar toda su luz. Es un alma que se inicia a la vida.
Sus padres los Reyes, desde su nacimiento hicieron lo que consideraron adecuado: mostrarle el lado luminoso, solar y conciente de la vida tratando de evitarle la oscuridad, la frustración, el sufrimiento y el dolor manteniéndola en un mundo de fantasía apartada de los males de la tierra. Pero su esencia -como su nombre- no corresponde a tanta luz y en el momento de ser bautizada el mal hace presencia con su profecía. Con el rito del bautizo se busca la purificación del alma a través del agua, simbolizando el retorno a la fuente primordial de manera que se pueda vivir libre de pecado. En un sentido, esta imagen indica la gran necesidad de protección de esta alma ingenua, y por otro marca la personalidad y la naturaleza acuática de Aurora: vivirá un proceso de disolución del ego –Solutio Alquímica- para re-emerger del sueño renovada.
El hada XIII, el principio oscuro, el Arcano XIII del Tarot hace su entrada relatando su profecía de muerte justo antes que el última hada protectora pueda expresar su don. La imagen de la bruja es rechazada por todos: así la muerte y todo lo que implique cambio y duelo en la vida. Todos pensaban que esta bruja había muerto o sido encantada en una Torre, pero aparece cuando menos la esperan. Es interesante ampliar el simbolismo de esta imagen: el hada XIII encerrada en la Torre.
La Torre, además de expresar la necesidad humana de estar en contacto con la divinidad es un lugar de encierro y de defensa. Creamos una Torre cuando necesitamos proteger algo, es la estructura que nos permite encerrar y contener todo aquello que consideramos indeseable, permaneciendo así aislado y olvidado. Probablemente exista la fantasía que lo indeseable pueda purificarse estando en un lugar más alto y en mayor contacto con el mundo divino y celestial. Pero el mal necesita de los hombres para poder expresarse, y al ser rechazado cobra más fuerza. Así estos contenidos dolorosos de la psique humana que han sido enviados a la Torre hacen su aparición cuando menos conciencia tenemos de su existencia y, al no estar preparados para recibirlos nos sorprenden con oscuros y vagos temores tambaleando las estructuras de la Torre.
Sin embargo, el hada que aún no se había expresado puede cambiar – más no eliminar- la oscura profecía y ante la inevitabilidad del destino hace que este se exprese de forma menos dolorosa. Tal vez si sabemos escucharnos y presentir el dolor que se acerca podamos tener mayor aceptación de lo inevitable. Esta es nuestra protección.
Aurora, representando el alma, ante la necesidad de crecimiento y de probar nuevas experiencias, se ve sometida a pruebas: en soledad se adentra en territorios no explorados y entra en contacto con la vieja hilandera en una torre del castillo. Nuevamente la imagen de la Torre, ahora se enfrenta a la bruja y deberá probar su fortaleza ante el destino. Su ingenuidad y poca capacidad de discriminación ante las experiencias de la vida, (representado por la acción de hilar) la ponen en contacto con el primer dolor profundo ante el cual se desmaya.
Mientras Aurora aún duerme el principio masculino representado
por el príncipe comienza su proceso de crecimiento dejando la casa
paterna e inicia su recorrido a través del mundo. Decide emprender la
búsqueda de la princesa a pesar de sus temores, pero, en conexión con su
parte más ingenua (campesino) toma el riesgo e inicia el viaje del
héroe para entrar en nuevos territorios y experiencias. Llega al bosque,
que lo recibe permitiéndole la entrada fácilmente como si lo hubiera
estado esperando, sin embargo sabe que una vez cruzado el límite no
habrá vuelta atrás. Ya otros caballeros en la búsqueda de su alma gemela
quedaron atrapados entre los espinos. Pero El Príncipe responde al
Kairos: es el momento adecuado esperado por Aurora y por él buscado
inconscientemente en su viaje de aventura.
by LAURA MORANDINI
Aurora es el nombre que le da Walt Disney a este personaje, para los hermanos Grimm es Rosa Silvestre y para Perrault no tiene nombre: es simplemente “la princesa”, probablemente queriendo indicar que puede ser la historia de cualquier mujer. Aurora es la primera luz del amanecer, algo nuevo está por surgir pero aún no logra expresar toda su luz. Es un alma que se inicia a la vida.
Sus padres los Reyes, desde su nacimiento hicieron lo que consideraron adecuado: mostrarle el lado luminoso, solar y conciente de la vida tratando de evitarle la oscuridad, la frustración, el sufrimiento y el dolor manteniéndola en un mundo de fantasía apartada de los males de la tierra. Pero su esencia -como su nombre- no corresponde a tanta luz y en el momento de ser bautizada el mal hace presencia con su profecía. Con el rito del bautizo se busca la purificación del alma a través del agua, simbolizando el retorno a la fuente primordial de manera que se pueda vivir libre de pecado. En un sentido, esta imagen indica la gran necesidad de protección de esta alma ingenua, y por otro marca la personalidad y la naturaleza acuática de Aurora: vivirá un proceso de disolución del ego –Solutio Alquímica- para re-emerger del sueño renovada.
El hada XIII, el principio oscuro, el Arcano XIII del Tarot hace su entrada relatando su profecía de muerte justo antes que el última hada protectora pueda expresar su don. La imagen de la bruja es rechazada por todos: así la muerte y todo lo que implique cambio y duelo en la vida. Todos pensaban que esta bruja había muerto o sido encantada en una Torre, pero aparece cuando menos la esperan. Es interesante ampliar el simbolismo de esta imagen: el hada XIII encerrada en la Torre.
La Torre, además de expresar la necesidad humana de estar en contacto con la divinidad es un lugar de encierro y de defensa. Creamos una Torre cuando necesitamos proteger algo, es la estructura que nos permite encerrar y contener todo aquello que consideramos indeseable, permaneciendo así aislado y olvidado. Probablemente exista la fantasía que lo indeseable pueda purificarse estando en un lugar más alto y en mayor contacto con el mundo divino y celestial. Pero el mal necesita de los hombres para poder expresarse, y al ser rechazado cobra más fuerza. Así estos contenidos dolorosos de la psique humana que han sido enviados a la Torre hacen su aparición cuando menos conciencia tenemos de su existencia y, al no estar preparados para recibirlos nos sorprenden con oscuros y vagos temores tambaleando las estructuras de la Torre.
Sin embargo, el hada que aún no se había expresado puede cambiar – más no eliminar- la oscura profecía y ante la inevitabilidad del destino hace que este se exprese de forma menos dolorosa. Tal vez si sabemos escucharnos y presentir el dolor que se acerca podamos tener mayor aceptación de lo inevitable. Esta es nuestra protección.
Aurora, representando el alma, ante la necesidad de crecimiento y de probar nuevas experiencias, se ve sometida a pruebas: en soledad se adentra en territorios no explorados y entra en contacto con la vieja hilandera en una torre del castillo. Nuevamente la imagen de la Torre, ahora se enfrenta a la bruja y deberá probar su fortaleza ante el destino. Su ingenuidad y poca capacidad de discriminación ante las experiencias de la vida, (representado por la acción de hilar) la ponen en contacto con el primer dolor profundo ante el cual se desmaya.
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