lunes, 3 de junio de 2013


 
LA LUNA
  Psiquismo, complejos, vidas pasadas
  y su relación con los Planetas Retrógrados en la Astrología Kármica.
 
Ariell Chris & Laura Morandini
  Tomado de las Clases "Planetas Retrógrados"
dictadas por el Porf. Ariell Chris en el año 2001.
Trascripción por Sandra Bazzaro.
Corregido y ampliado por Ariell Chris & Laura Morandini
 
 
En el estudio de los planetas retrógrados nunca se considera a la Luna. Esto es astronómicamente y astrológicamente correcto ya que la retrogradación es un efecto visual debido a la distancia de un planeta en relación a la tierra y, al estar la luna tan cerca de la Tierra nunca producirá dicho efecto. Sin embargo, a nivel interpretativo la Luna en cierta forma puede expresar el síndrome de la retrogradación cuando tiene aspectos o se encuentra en el mismo signo de un planeta retrógrado, que psicológicamente hablando es sinónimo de un complejo. Así la energía lunar amplifica la energía del complejo expresado por el planeta retrógrado.
Según la psicología profunda de Jung, los complejos son componentes del mundo psíquico que se encuentran separados del campo de la conciencia, por lo que tienen vida propia y actúan de forma autónoma. Una persona puede tener una psique aparentemente coherente y una imagen de sí mismo integrada, pero cuando se activa un complejo, es como si emergiera dentro de sí un personaje desconocido, que le obliga a actuar de una forma compulsiva. Si existe un complejo Venusino (Venus retrógrado por ejemplo) las situaciones relacionadas con la apariencia física –la belleza o la carencia de ella-, activarán ese punto sensible en la persona. Responderá automáticamente de forma agresiva o bien inhibiéndose, pero jamás será indiferente en su respuesta emocional, cuya intensidad estará indicada por la cualidad del signo.
El complejo lunar/materno se puede revelar de muchas maneras. Las dificultades en la integración de la imagen femenina se inician en la relación con la primera mujer importante: la madre. Siendo niños, la expresión de la energía lunar se da en el intercambio con la figura materna en sus manifestaciones de cuidado, alimentación y amparo. Ella es el símbolo de todo lo que expresa seguridad, sustento y protección -sea nuestra madre real o sustituta-. Si estas cualidades lunares son integradas de forma positiva y equilibrada durante los primeros años de vida, la persona será capaz de alimentarse tanto física como psíquicamente. Tenderá a resolver los problemas por sí mismo y a no depender tanto de las opiniones ajenas como de su imagen social. Pero además de hablar de nuestra capacidad de cuidarnos, la Luna indica si somos capaces de cuidar a otros y de nuestra necesidad de ser protegidos. Cuando ha habido fallas en la relación primaria de intercambio con la madre – por exceso o carencia- y la imagen femenina no ha sido integrada de forma equilibrada, entonces pueden surgir manifestaciones claras y evidentes de un complejo lunar. Es así que la posición de la Luna en nuestra carta, indica -como punto de partida del complejo materno-, la manera en que satisfacemos nuestra necesidad básica de protección o la necesidad irracional y compulsiva de alguien que nos cuide, nos proteja y nos dé seguridad. La Luna en los momentos de crisis nos obliga a buscar refugio.Todas las personas en algún momento cuando atraviesan tiempos difíciles o conflictos acuden a alguien -o algo, comida por ejemplo- para que proporcione apoyo y ánimo. En la carta de un hombre el complejo materno negativo se puede expresar como homosexualidad o, como síndrome o complejo de Don Juan. En la homosexualidad se puede haber tenido una figura paterna débil con una madre dominante, castradora. Esa dinámica o funcionamiento familiar tiende a producir en el hijo la identificación con la mujer o la madre, siendo incapaz él de asumirse como hombre. El otro polo, el complejo de Don Juan, es con una dinámica familiar similar, pero en vez de darse la identificación con la madre, esta es idealizada. El resultado será un hombre que busca a la mujer “perfecta” en diferentes mujeres, manteniendo bloqueado el afecto. La dinámica relacional que se establece le lleva a buscar constantemente nuevas relaciones con mujeres, y al cesar la pasión va en la búsqueda de otra relación, en las que no mantiene ningún tipo de enlace afectivo. Puede además generar en un hombre problemas o rechazo para formar una familia, el asumirse como padre, o el de confundir o buscar a la madre en la esposa o la amante. La pareja entonces no es la mujer como complemento, es decir, la mujer como compañera, sino más bien una mujer que lo cuide y proteja. Esta es otra forma de manifestación del complejo materno. Buscar el cariño, cuidado y amparo de la madre en la esposa.  

Dentro de una carta femenina, el complejo materno se manifiesta de diversas formas. Por un lado, parecerse a la madre, indica repetir todos los modelos o patrones de una mujer materna y protectora en detrimento de los aspectos sensuales y sexuales. Por otro lado, el querer ser completamente diferente, diferenciarse de la madre por oposición y no querer ser en lo absoluto como ella. Esa negativa de parecerse a la madre trae como consecuencia rechazo al matrimonio, divorcios o dificultad de asumir la maternidad o el papel materno. Bajo esta última posibilidad quien es madre se siente a gusto siendo amiga de los hijos, no es madre en el rol tradicional. Al no identificarse con su modelo materno tiende más bien a mantenerse en el rol de hija. Estas son algunas de las diferentes facetas del complejo materno dentro de la carta femenina. 
  
  
Cuando existe un contacto de Luna-Urano el complejo materno muestra la necesidad de ser diferente o de romper el cordón, o de tratar de distanciarse de los modelos familiares. Cuando actúa Saturno-Luna, la imagen materna aprisiona con toda su tradición. 
  
  
Todos en mayor o menor medida oscilamos con relación al complejo paterno o materno. Lo que varían son las posiciones planetarias que determinan la intensidad. El peso de la Luna en la carta de un hombre, determinará la magnitud del complejo materno dentro de su carta. 
  
  
En líneas generales, tener una Luna bloqueada en la carta puede indicar que cuando se atraviesan tiempos de crisis y se necesita apoyo no se encuentra a nadie, o se produce un aislamiento voluntario por sentirse incomprendido. La persona a la cual uno acude puede tratarnos con indiferencia y frialdad. La posición de la Luna así como los aspectos indican como uno se dirige naturalmente hacia una persona en tiempos de crisis y la receptividad que exteriormente encuentra. Si busca apoyo con una Luna-Saturno con aspecto tenso lo más seguro es que le digan “tu te lo buscaste”, “es tu culpa, tu sabías que iba a ser así”. 
  
  
Si la persona permanece demasiado apegada a la Luna, evidentemente, la Meta Solar se disipa. Cada vez que existe una crisis, la persona tiende volverse como un niño pequeño -regresión- y a perder la conexión solar –Individuación-. Esto no es necesariamente negativo, pero uno de los complejos de la Luna es mantenerse en un estado de “Puer Eterno”, es la persona que no quiere crecer. Todos podemos sacar nuestro niño interno, pero tampoco debe ser nuestra forma de vida, ya que trae graves problemas para concretar en la edad adulta. 
  
  
Cuando la Luna es demasiado intensa en una carta y el complejo materno muy fuerte, cada vez que existe una dificultad se recurre a los padres para que ayuden y resuelvan el problema. Eso lo que hace es impedir el crecimiento. En lugar de mantenerse en la posición de niños es necesario resolver como persona adulta, buscar la energía del Sol. Esa es otra faceta del complejo materno, siempre buscar ayuda cuando las cosas están mal. Esto no es negativo per sé, a veces la vida lleva a buscar refugio, sin embargo cuando es un patrón repetitivo y no se ven otras alternativas o salidas puede ser estéril para el crecimiento y el desarrollo individual. 
Una de las máximas manifestaciones concretas del complejo materno es quedarse en casa de los padres y no romper el cordón umbilical. Muchas veces observamos personas de 40 años, viviendo con los padres todavía. Cuando nos damos cuenta de esto en una carta, siempre es recomendable sugerir el gradual desapego de la familia para la posterior independencia. La persona puede escoger un destino siguiendo la senda lunar o solar, el primero tiende a manifestarse como un destino de inercia, de miedo a vivir, quedando resguardado en la seguridad del hogar. Esto imposibilita, en muchos casos, el formar un hogar propio. Es quedar estancado en el papel de hijo y no asumir una vida propia. 
entendiendo todo este proceso karmicamente, una persona que tenga una gran necesidad de seguridad y protección, indica que ha tenido vidas en las cuales ha sido abandonada, o ha carecido de familia. Por lo tanto, cuando se ha carecido de algo o se ha perdido (por lo menos este núcleo que es tan importante, el familiar, donde normalmente nos formamos y adquirimos una determinada seguridad dentro toda nuestra vida y nuestro crecimiento) los karmas de la Luna asociados a la retrogradación traen experiencias de abandono, karmas con relación a la paternidad y maternidad. Cuando existe una Luna bastante activada por planetas retrógrados y se hace una regresión a vidas pasadas, generalmente emergen temas relacionados con la pérdida de hijos, muerte, otras veces, abandonos. Siempre surgen imágenes que retornan una y otra vez sobre estas visiones de carencia de vidas pasadas.     Imaginemos la psique de un niño, quien durante dos o tres vidas pasadas perdió a la madre o la familia fue disuelta; reencarnará con una necesidad enorme de cuidado, cariño, atención y un temor paralizante al salir sólo al mundo. Cualquiera de estas posibilidades expresan la misma dinámica, es decir, alguien que tenga una sed enorme de atención, cariño y amparo, está marcado por las pautas familiares, si hace algo que no está de acuerdo con los cánones de la familia siente que pierde el amor y es el recuerdo inconsciente del abandono que retorna. Pero también se puede dar el caso opuesto: como ha vivido muchas vidas de pérdida familiar, el alma, hoy, puede no querer atarse a ninguna imagen familiar. En el inconsciente continúa la llaga viva de la pérdida familiar, por lo que al crear lazos está implícito el abandono. Esto se manifiesta en grandes tensiones, peleas, confrontaciones a nivel de clan. Cualquiera de las dos polaridades son posibles en el caso de este complejo (generalmente, en el primer caso se encuentra Saturno y en el segundo, Urano).     La Luna es por excelencia el planeta que lleva a la persona a sentir la necesidad de querer pertenecer a una familia y posteriormente formar una familia, “pertenecer a” es la palabra clave. Ese sentimiento de pertenencia, cuando se manifiesta el complejo materno, se encuentra completamente bloqueado, y de allí que puede generar problemas en el matrimonio o las relaciones de compromiso.   Entendiendo todo este proceso karmicamente, una persona que tenga una gran necesidad de seguridad y protección, indica que ha tenido vidas en las cuales ha sido abandonada, o ha carecido de familia. Por lo tanto, cuando se ha carecido de algo o se ha perdido (por lo menos este núcleo que es tan importante, el familiar, donde normalmente nos formamos y adquirimos una determinada seguridad dentro toda nuestra vida y nuestro crecimiento) los karmas de la Luna asociados a la retrogradación traen experiencias de abandono, karmas con relación a la paternidad y maternidad. Cuando existe una Luna bastante activada por planetas retrógrados y se hace una regresión a vidas pasadas, generalmente emergen temas relacionados con la pérdida de hijos, muerte, otras veces, abandonos. Siempre surgen imágenes que retornan una y otra vez sobre estas visiones de carencia de vidas pasadas.     Imaginemos la psique de un niño, quien durante dos o tres vidas pasadas perdió a la madre o la familia fue disuelta; reencarnará con una necesidad enorme de cuidado, cariño, atención y un temor paralizante al salir sólo al mundo. Cualquiera de estas posibilidades expresan la misma dinámica, es decir, alguien que tenga una sed enorme de atención, cariño y amparo, está marcado por las pautas familiares, si hace algo que no está de acuerdo con los cánones de la familia siente que pierde el amor y es el recuerdo inconsciente del abandono que retorna. Pero también se puede dar el caso opuesto: como ha vivido muchas vidas de pérdida familiar, el alma, hoy, puede no querer atarse a ninguna imagen familiar. En el inconsciente continúa la llaga viva de la pérdida familiar, por lo que al crear lazos está implícito el abandono. Esto se manifiesta en grandes tensiones, peleas, confrontaciones a nivel de clan. Cualquiera de las dos polaridades son posibles en el caso de este complejo (generalmente, en el primer caso se encuentra Saturno y en el segundo, Urano).     La Luna es por excelencia el planeta que lleva a la persona a sentir la necesidad de querer pertenecer a una familia y posteriormente formar una familia, “pertenecer a” es la palabra clave. Ese sentimiento de pertenencia, cuando se manifiesta el complejo materno, se encuentra completamente bloqueado, y de allí que puede generar problemas en el matrimonio o las relaciones de compromiso.
La Luna habla -además de todo lo relacionado con los apegos familiares- de la mente, pensamientos y salud mental. Si Mercurio tiene que ver con los procesos intelectuales, psicomotores o de intercambio, la Luna es el mundo psíquico. Es el “disco duro de la computadora”, Mercurio pudiera ser tanto la pantalla como el teclado, es decir, el medio por el cual uno se comunica o recibe información, pero lo que se encuentra almacenado en el disco duro es la Luna. Por lo tanto el problema mercurial podría ser, a nivel de “computadora”, que no funcione “la pantalla”o que no responda el “teclado”, pero si hablamos de la Luna lo que no funciona es el disco duro, es decir, la capacidad de acceder a la información acumulada: la memoria emocional. Esa información puede tener un virus, es decir, la locura como un virus en el disco duro. Esto no quiere decir que todas las Lunas que participen de la retrogradación de un planeta manifiesten la locura. Pero ¿qué es la locura?, otra vez volviendo al enfoque de Jung, es una invasión del inconsciente al consciente. Es por ello que en alquimia, el proceso de coniunctio, Sol-Luna, equivale a la integración mental, psicológica, espiritual, del inconsciente con lo consciente. La Luna es lo irracional mientras que el Sol es la claridad, lo consciente, de manera que cuando la Luna invade lo racional, encontramos los procesos llamados locura (desarmonía en la Sephirah Yesod, obsesión por inteligencias del bajo Astral, descenso al mundo Qliphoth). La energía que lleva a tener acceso a las vidas pasadas, tener fuertes intuiciones, vivencias, sensibilidad o capacidad de asumir la espiritualidad, es la misma que genera los desequilibrios mentales. En algún momento la persona puede verse abrumada por el inconsciente o una crisis de alteración mental, con la finalidad que puedan manifestarse y emerger las cualidades de intuición, espiritualidad, o lo que es el Anima. Es como una subida de la marea, invade la playa. Es decir, cuando el mar se retira, deja húmeda la arena. El problema es cuando la marea no se retira.     La posición de la Luna en la casa XII tiene intensos poderes de percepción, pero la persona se encuentra invadida por el inconsciente. En algunos casos se manifiesta como trastornos mentales, en otros casos es miedo intenso a la locura. También se ven adicciones, entendidas como conductas de dependencias desplazadas. Es decir, el complejo materno en esa posición es muy intenso. La fuerza del inconsciente se duplica. Por eso es importante orientar a una persona con estas posiciones planetarias al estudio serio y concreto de los temas esotéricos o la búsqueda y comprensión de los mundos sutiles e interiores. Así la energía mental canalizada proporcionará un cable a tierra. Es lo que da equilibrio. Cuando el inconsciente invade, la persona ve, siente cosas, percibe energía en otros; es decir, es la conciencia oracular y mágica de Jesod, pero sin ningún tipo de referencia o apoyo racional. Eso puede llevar a desvariar. Determinadas drogas incentivan la energía lunar, las alucinógenas, y proporcionan imágenes lunares pero de una forma distorsionada y es allí donde invade el inconsciente. Lo que producen es la apertura del portal del consciente para que el inconsciente penetre. El mundo mágico, que no es otra cosa que el inconsciente lunar, es el canal que nos une con nuestro propio inconsciente, con nuestro propio pasado, con la historia de la humanidad. El inconsciente, no necesariamente siempre es personal. Es la antena que permite sintonizar con un canal, si uno no aprende a sintonizar correctamente se van a ver todos los canales juntos. Por eso es que el despertar conciencia y aumentar el nivel vibratorio debe ser progresivo, debe llevar años, porque de otra forma la Luna no lo resiste. El despertar vibración y aumentarla equivale a un proceso gradual, pero si se realiza de forma súbita sería como conectar un equipo de 110V a una entrada de 220V, se funde, no puede contenerlo. El conocimiento es vibración, y también debe ser gradual.     El Anima o inconsciente pertenece al mundo femenino. Lo solar, lo consciente pertenece al mundo masculino. Cuando el alma decide encarnar bajo el sexo femenino es porque tiene un trabajo importante que realizar con la Luna, más allá de la maternidad. El hombre viene a trabajar el Sol. Y esto no quita que el hombre pueda trabajar la  Luna, y la mujer pueda trabajar el Sol.  
FASES LUNARES     La fase lunar en el nacimiento nos dice la cantidad de luz que tiene la Luna en la vida de la persona. Con las fases lunares podemos ver los ocho rostros lunares así como la dinámica y fuerza del inconsciente. Si vemos la luz como claridad y conciencia, y vemos la oscuridad como la inconsciencia, o el poder de lo oscuro, podemos fácilmente representar una guerra simbólica de luz y oscuridad en estas ocho fases. En el novilunio reina el mundo de Hécate o Lilith, la Luna hechicera, el rostro de la madre terrible. Del otro lado, el plenilunio se le equipara muchas veces con la Diosa Diana, el rostro Luminoso de Jesod. Por lo tanto arquetipalmente es una guerra, una lucha entre luz y oscuridad, en que la Luna en 30 días, cada mes, muestra sus diferentes rostros: Las Mareas Astrales.   El Novilunio es la luna de Hécate. Es la oscuridad, la ausencia de luz, por lo que podemos entenderla como magia negra, sombras, o el mal. El Dragón de los Qliphoth levanta sus múltiples cabezas, desde el reino de Hécate. Dentro del Cuarto Creciente continúa el reino de Hécate, pero si lo entendemos como un territorio, aquí empiezan a entrar o a emerger filamentos de luz. La luz suavemente se va introduciendo en la oscuridad. Pasamos del Novilunio como un mundo donde reina el mal, al Cuarto Creciente, donde comienzan a infiltrarse las Inteligencias Luminosas, pero todavía son minoría. En este primer cuarto se equiparan las fuerzas: el bien y el mal se confrontan en igualdad de condiciones y progresivamente la luz comienza su ascenso. Después del primer cuarto pasamos a la Luna Gibosa: comienzan a ser expulsados los rostros de sombras de la Luna y solamente queda un pequeño filamento de oscuridad. Se están replegando las sombras.       En el Plenilunio se da la victoria de la luz, es el mundo simbólico representado por la Diosa Diana, no queda rastro alguno de oscuridad. Es conciencia, Luz Blanca del Astral. Cuando pasamos a la fase Diseminante se da el proceso inverso que con la Luna Gibosa, ahora gradualmente comienzan a introducirse de forma casi imperceptible, pequeñas gotas de oscuridad, como puntos de corrupción. Todavía son pequeños y débiles, pero a medida que la oscuridad sigue avanzando llegamos al Ultimo Cuarto donde nuevamente las fuerzas se equiparan. Se da un equilibrio de fuerzas, para posteriormente en la fase Balsámica completarse la invasión de la oscuridad, expulsando todos los rastros de luz, hasta que nuevamente se da el reino de Hécate en el Novilunio o Luna Nueva.     Esta es una batalla mensual que la Luna emprende consigo misma, en relación con el Sol. La Luna entonces no tiene significado propio, es un espejo que refleja la luz solar. Cuanto a mayor luz refleje, mayor será su identificación con el Sol, es decir, con la conciencia. Cuanto menor sea su reflejo de luz, mayor será el dominio del inconsciente.     La fase natal de la Luna indica la forma que resolveremos nuestro dilema evolutivo y también el grado de realización que alcanzamos en la vida inmediata anterior. Los cuatro puntales básicos de este ciclo nos van a mostrar, en qué casa se encuentra la Rueda de la Fortuna. La Rueda es un punto ficticio que nos da la relación de la Luna con el Sol desde el ascendente o punto de encarnación –cuerpo físico-. Quien nace en plenilunio, es decir, la Luna oposición al Sol, va a tener la Rueda de la fortuna en CASA VII. La misma distancia que hay entre la Luna y el Sol es la que existe entre el ASC y la Rueda. Por lo tanto quien nace en plenilunio, viene a trabajar las relaciones de pareja y las relaciones en general. Quien nace en novilunio trabajará su propia identidad e independencia, de cara al mundo. La Rueda se encontrará en la CASA I. Quien nazca en el primer cuarto, significa que tiene una cuadratura creciente Luna -Sol, por lo tanto los temas familiares, karmas ancestrales –raza, genética, apellido- serán vitales en la vida de esa persona. Por supuesto va a tener la Rueda en CASA IV. Un plenilunio, es decir una Luna en oposición al Sol, con planetas retrógrados nos va a mostrar básicamente un karma repetitivo relacional. Por lo tanto si la Luna hace conjunción a planetas retrógrados es porque ella se encuentra en fase Gibosa, plenilunio, o diseminante. Toda una zona relacional donde se da la confrontación e intercambios con otras personas. Cualquier conjunción de la Luna a planetas retrógrados nos va a indicar que el Sol se encuentra en la zona opuesta. Las fases lunares indican la pauta kármica de pasado. Muchas veces encontramos un parasitismo de la existencia anterior en la presente vida. El Karma del pasado puede medirse a tantos años-grados distancia el Sol a la Luna (Para los Iniciados he aquí la Clave: La presente encarnación realmente comienza a partir del Primer Novilunio Progresado). La nueva vida, la presente, comienza dependiendo de la fase lunar del nacimiento. ¿Qué significa un mayor o menor poder del pasado sobre el presente para una persona? Que el inconsciente es más o menos fuerte. Una Luna con un gran poder del pasado puede ser por ejemplo Mozart, es decir, que trae y rescata lo que aprendió antes. En el polo negativo puede ser un niño que ha tenido tantas crisis que ya en sus primeros años muestra perturbaciones, no existe separación alguna en su psiquis entre su última vida inmediata y su presente encarnación. 
 Si la Luna se encuentra en signos con planetas retrógrados nos está indicando que a los 27 años -que es lo que tarda la Luna progresada en dar toda la vuelta y llegar nuevamente al punto natal- se dan nuevamente vivencias o circunstancias para solucionar la retrogradación de los planetas. Es decir, a los 27 años de edad junto a la inversión nodal, y la epifanía del retorno de Saturno, la Luna como punto progresado es la edad donde nuevamente se activa la Luna natal y sus aspectos. Si hay planetas retrógrados en el signo donde se encuentra la Luna es donde se da la vivencia. El mismo proceso ocurre a los 54 años de edad. Si la Luna se encuentra en CASA V, y hay dos planetas retrógrados en esa casa, a los 27 años retorna una experiencia de maternidad y las asignaturas pendientes. Se puede o no tener un hijo, y la experiencia representa la retrogradación que se vivió en otra vida.   Si la Luna se encuentra en CASA VII y hay planetas retrógrados en la VII, indica un karma relacional y a los 27 años ocurre el retorno de la persona con la cual se generó la retrogradación o el karma. Los elementos de la luna indican cuatro facetas importantes dentro de una vida a nivel kármico:La Luna en fuego: habla de la necesidad de ser libres, independientes. Asumir protagonismo en la vida, en las circunstancias y de las personas que nos rodean. Es protagonista y va hacia delante. Necesita hacer lo que siente que debe hacer. Se va a confrontar, por supuesto, a muchas demandas de otras personas con las que generalmente no va a estar de acuerdo y es donde se da el conflicto. Es una Luna orgullosa en donde la vida pone o no en relieve a la persona, su identidad y su personalidad. Una Luna asociada a las retrogradaciones en fuego nos va a mostrar que ha tenido que luchar y pelear mucho por ser quien quiere ser, confrontándose continuamente. La Luna en tierra: Conecta con la parte material de la vida, la seguridad económica, la estabilidad, la estructura, las construcciones. Los frutos del fuego son el reconocimiento. Los frutos de la tierra son los bienes materiales. Por lo tanto la Luna asociada a la tierra con planetas retrógrados nos muestra la dinámica financiera de la vida y la problemática financiera familiar. La Luna en fuego muestra la personalidad de la persona frente a la educación, la familia y la demanda familiar y social. La Luna en tierra va a mostrar la lucha o la dinámica con los bienes materiales, ya sea riqueza o carencia y pobreza, ya sea la repartición de bienes o la capacidad de estabilizar, multiplicar o reducir los bienes heredados. La Luna en agua: Implica un trabajo lunar de dejar atrás el Ego. Si el fuego niega la personalidad de la persona, el agua siempre tiene una tendencia a dejar a la persona atrás, a desvalorizarla. Esta desvalorización de la Luna en agua a nivel de personalidad trae como consecuencia que la persona haga de su vida la vida de otras personas. Ponga a la vida de otras personas antes que la propia vida. La Luna en agua piensa en otros antes que en sí mismo y sacrifica su vida en pos de la vida de otros.   Retrogradaciones de planetas asociadas a la Luna en agua trae muchas veces seres indefensos, frágiles o enfermos para que esta Luna pueda dedicarse a ellos. Siempre pone como destino ciertas circunstancias en las cuales la persona debe sacrificar ciertas aspiraciones de su meta personal en beneficio de los que se encuentran desvalidos, frágiles, o en circunstancias de dependencia. Así como la Luna en tierra trae estas mismas responsabilidades pero a nivel material la luna en agua las trae a nivel emocional, personal. Los tres signos de cada elemento nos van a especificar mejor cual es la dinámica. Por ejemplo la Luna en Escorpio, asociada a retrogradaciones, da la posición de Medea, la madre absorbente que no deja que otros se vayan. También los contactos Luna-Plutón. La Luna en Piscis nos enfrenta con personas desamparadas, frágiles, enfermas. La Luna en Aire: Es una dinámica relacional. Es opuesto al fuego. Si el fuego es la demanda personal y ser protagonismo, la Luna en aire es la de socializar, la de adquirir una determinada desenvoltura social, roce social. Cómo saber actuar, qué cosa decir, que cosa no decir. Las demandas sociales y los puntos de vista son muy importantes. Está educada básicamente en función de otros. Como funcionar correctamente a la demanda de otros, pero si la Luna de agua es una demanda afectiva, la de aire es una demanda de saber manejarse en el entorno social. La capacidad de ser eficiente, adecuado o no dentro del mundo. El ser o no diplomático. La Luna en aire es de integración a la sociedad donde funciona. Lo peor que le puede pasar a esta Luna es que sea tímida, lo que se puede dar cuando está asociada a planetas retrógrados.  

FASES LUNARES

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