1) El ámbito de la experiencia asociada con el planeta sobre el cual se da el Tránsito está en proceso de cambio o de renovación
2) La necesidad de cambio con los aspectos tensionados se siente con más intensidad, y con frecuencia irá acompañada de una mayor conmoción, que en el caso de un Trígono o un Sextil por Tránsito.
3) Puede haber un conflicto interno entre la parte de nosotros mismos que necesita cambiar y la que se resiste al cambio. En el caso de la Oposición por Tránsito (y a veces también de la Conjunción y la Cuadratura), puede parecer que la resistencia proviene de agentes externos, pero éstos sólo son reflejos de nuestra inseguridad, de nuestra ambivalencia interna. También es válida la proposición inversa, es decir, en el caso de los aspectos tensionados, puede parecer que las contingencias externas nos imponen el cambio o la ruptura. Sin embargo, pienso que esos factores externos reflejan una necesidad interna de cambiar de la cual no somos conscientes.
٠•●ૐ●•٠Los Tránsitos y las Casas٠•●ૐ●•٠
El Tránsitos de los trans-saturninos por una Casa significa cambio, ruptura, crecimiento y crisis en relación con lo que representa esa Casa. Los planetas exteriores tardan muchos años en recorrer una Casa, pero esto no significa que durante todo ese tiempo hayamos de experimentar conmociones y cambios espectaculares. Además de tener un efecto obvio cuando penetra en una Casa, la influencia del planeta será más manifiesta cuando haya Conjunción con un planeta que esté en ella, cuando forme un aspecto por Tránsito desde de esa Casa con cualquier otro planeta en el mapa o cuando otro planeta en Tránsito haga aspecto con él. En el caso de que el planeta exterior en Tránsito forme un aspecto con un planeta natal, se verá afectada la Casa (o Casas) que el planeta rige en el mapa.
Los Tránsitos de Quirón
Cuando Quirón transita en cada Casa, creará una nueva forma dentro de cada una de ellas con la cual dará lugar a la oportunidad de una nueva consciencia en dicha Casa, y cuando aspecta a algún planeta natal, la energía de este planeta es alquimizada. Es probable que las experiencias vitales y las cualidades representadas por el planeta con el que Quirón está en aspecto por Tránsito pueden sanar, y quizá sean liberadas o vividas por primera vez. Durante sus Tránsitos tanto las heridas como la sanación pueden llegar por mediación de otras personas. Con frecuencia, los Tránsitos de Quirón significa una fuerte activación de la necesidad de individualización, que a su vez estimula cambios importantes en el estilo de vida y en la orientación personal. Es probable que después de una crisis física y/o emocional, busquemos por primera vez ayuda; quizás un maestro significativo o una materia importante se cruce en su camino, y también es probable que tengamos experiencias de aprendizaje muy fuertes, descritas por el aspecto en cuestión. Finalmente, es posible que hallemos un renovado sentimiento de nuestra importancia personal o de nuestra realización vocacional a medida que nos conectemos con la sensación de tener un propósito en la vida. La experiencia de la crisis nos puede proporcionar la oportunidad de atravesar el umbral de maduración que nos hemos saltado. Con frecuencia nos vemos inmersos en duros enfrentamientos con las Oposiciones y los conflictos que llevamos dentro. Volver a equilibrar una unilateralidad puede ser un proceso estrepitoso o sutil; quizá lo acojamos bien, pero también puede parecernos amenazador, si lo que nos exige es familiarizarnos con los aspectos reprimidos, indeseables y destructivos de nuestra propia sombra, o incluso si significa cambios positivos que nos resultan difíciles de aceptar. Diversos tipos de experiencias transpersonales, tanto positivas como negativas, pueden acompañar a la vivencia del sufrimiento y de la sanación. Cualquier de los dominios transpersonales, podría abrirse ante nosotros y traernos un cambio de percepción, una "irrupción en otro plano", seguida por una experiencia de "realización hierofántica", es decir, por una apreciación de la unidad subyacente en toda vida, más allá del dualismo que normalmente llamamos realidad. Este tipo de experiencias promueven la sanación, y su negación puede ser el factor subyacente en nuestra enfermedad. La experiencia de la enfermedad, lo mismo que la muerte de un ser próximo a nosotros, nos enfrenta con la fragilidad de nuestra condición mortal; la aceptación de la muerte, por si misma, aporta una medida de sanación a nuestra actitud ante la vida, así como en el caso del propio Quirón la sanación siguió a su viaje al mundo subterráneo. Después de los Tránsitos importantes de Quirón, la gente que ha tenido dificultad en "estar aquí" suele tomar aguda consciencia de la transitoriedad de la vida sobre la Tierra, y sentir una sensación de compromiso y un entusiasmo renovados. Además, cualquier "estación" (cambio de movimiento) de Quirón que pueda producirse durante sus Tránsitos representa un momento en que está a nuestra disposición un gran caudal de energía sanadora.
Los Tránsitos de Urano
Un Tránsito de Urano se asocia con el cambio y la ruptura, y con la fase de nuestra vida en que algo nuevo - algo "excéntrico"- necesita irrumpir en la consciencia. Son momentos para ser curioso y para experimentar, periodos en que se puede intentar cosas nuevas y que hay que riegos que correr. En ocasiones optamos conscientemente por hacer esos cambios; otras veces nos parece que fueron impuestos por acontecimientos externos. En todo caso, Urano se empeña en ponernos en contacto con partes inexploradas de nuestra naturaleza. Allí donde, en aras de la seguridad, nos hemos anquilosado en nuestra manera de ser, Urano nos avisa que estamos preparados para emanciparnos o embargarnos en aquello que nos espera; otras vuelven a taparse la cabeza con las sábanas y no quieren enterrarse de nada. Los Tránsitos de Urano a cualquier cantidad de puntos del mapa natal corresponden a un periodo de la vida en el que el tiempo pasa más rápidamente y en el que el ritmo de vida se acelera a fin de acuciarnos a que asumamos riesgos y apresuremos la experimentación y el nuevo crecimiento. Estos Tránsitos no causan necesariamente acontecimientos repentinos, sino que, a menudo indican épocas en las que actuamos inconscientemente de maneras que tal vez atraigan tales experiencias. Uno de los mejores modos de expresar el principio esencial incluido en estos Tránsitos es: que en esta época podemos lograr una perspectiva más desapegada y objetiva en una dimensión particular de la experiencia si nos permitimos franquearnos y liberarnos de los estorbos de la tradición, el hábito, los condicionamientos pasados y los prejuicios socio-culturales. Como todos los Tránsitos de los planetas transpersonales, los Tránsitos uranianos activan lo que está listo para que ocurra porque nosotros estuvimos creciendo. Todos los deseos de un nuevo crecimiento que aún no activamos (convirtiendo así a la energía en un formidable depósito de tensión interior) son enfrentados rápidamente en tales épocas. Se pone en foco inmediato el desafío a crecer libre y rápidamente. De hecho los Tránsitos uranianos marcan épocas en las que nos damos cuenta de que hemos superado nuestras viejas pautas de vida. Por supuesto, a menudo tendemos a demorarnos en nuestras viejas rutinas por miedo, inercia, deseos de seguridad o ansiedad respecto de cambios imaginados, aunque hayamos superado estos viejos modos de vida. Sin embargo, cuando Urano transita los planetas o ángulos natales, de pronto enfrentamos todos los cambios necesarios para el crecimiento futuro. Aunque tal vez no lo reconozcamos, lo que entonces ocurre fue programado, en la mayoría de los casos, por nuestros cada vez más descontentos pensamientos, sentimientos y conducta. Aunque, a la sazón, experimentamos algo traumático que evidentemente no queríamos (por ejemplo, la muerte o mudanza de un amigo intimo), tal vez veamos unos meses o años después que eso fue bueno para nosotros, que nos liberó para que fuéramos más independientes y que aprendiéramos cómo ganarnos la vida. El significado esencial de un Tránsito uraniano es que nos despierta a nuestro verdadero estado de libertad respecto de lo que hemos superado. Nos libera de todo aquello a lo que no estamos ya atados por deber, miedo, karma o necesidad; y nos despierta a un independiente estado del ser y a nuestra singular finalidad vital.
No es mucho lo que se dice sobre Urano en la mitología, pero el mito principal referente a esta deidad nos ayuda a aclarar el funcionamiento de los Tránsitos del planeta. En la mitología griega, a Urano le tocó un papel clave en la saga de la creación. En el comienzo era el caos, del cual nació Gaia (o Gea), la Tierra Madre. Después, Gaia dio a luz a Urano, que aunque fuera su hijo, se convirtió también en su pareja y amante. Gaia tenia el control de la Tierra, en tanto que Urano, el primer dios del cielo, regia los cielos estrellados y el vasto espacio ilimitado. Ya podemos ver que Urano no era un principio terrestre: estaba casado con uno, para él, personalmente, estaba asociado con el aéreo ámbito de las visiones y los ideales, no con los aspectos prácticos y mundanales de la existencia cotidiana. Noche tras noche, los cielos estrellados (Urano) descendían a yacer sobre la tierra (Gaia), y como resultado, ambos produjeron un surtido de hijos bastante estrafalario. Primero fueron los Titanes, una raza de gigantes de los que se cree que fueron los progenitores de la raza humana. Después vinieron los Cíclopes y otros monstruos diversos, algunos con un centenar de brazos y cincuenta cabezas. A Urano no le complacían mucho los hijos que engendraba; los encontraba feos, toscos y deformes, en nada semejante a lo que él había soñado para su progenie. En vez de admitirlos en la existencia, volvía a meterlos uno por uno en el vientre de Gaia, una manera poética de expresar que los desterraba al submundo del inconsciente y les vedaba toda expresión vital (lo mismo que hacemos todos con las partes de nosotros mismos que no nos gusta). En su mente, Urano tenia una imagen o visión ideal de cómo debían ser sus hijos, pero una vez que nacían, no estaban a la altura de sus expectativas. De modo similar, cuando las personas que nacen con un elemento uraniano fuerte en su mapa natal intentan convertir una visión en un realidad concreta, es frecuente que el resultado los decepcione. Quizá tengan, por ejemplo, una imagen de lo que seria su relación ideal, pero cuando consiguen establecer una unión, la realidad está lejos de sus esperanzas. No se sabe por qué, la relación no concuerda con el concepto que tenían en la mente, de modo que la destruyen y vuelven a emprender la búsqueda continua de una que satisfaga su ideal. O bien la persona uraniana puede idear un sistema político perfecto, que sin embargo cuando lo lleva a la práctica no le funciona, de modo que lo abandona para orientarse hacia otro. Los tipos fuertemente uranianos dejan tras de si una estela de proyectos a medio terminar, y a veces se da una situación paralela cuando Urano transita por nuestro mapa: nos sentimos descontentos o inquietos con los asuntos de la Casa o de la esfera de la vida que en ese momento está afectada por Urano. Queremos alterar o reorganizar ese dominio de nuestra existencia, y nos dejamos tentar por cualquier cosa que nos prometa algo mejor que lo que ya tenemos. No es de asombrarse que la Tierra Madre no le regocijara mucho que Urano le volviera a meter toda su progenie en el vientre, de modo que se vengó: construyó una hoz de acero e imploró a sus hijos que alguno de ellos castrara a su padre. El hijo menor, Cronos (Saturno), exhibiendo ya su característico sentido de responsabilidad, se ofreció para la tarea.
Aquella noche Urano descendió, como siempre, y en el preciso instante en que estaba por tenderse sobre Gaia, Cronos seccionó los órganos genitales de su padre y los arrojó al mar. Tal como Cronos castró a Urano, astrológicamente Saturno amputa el impulso creativo y la potencia de Urano. Esta imagen sintetiza una guerra básica que existe en toda psique humana: una necesidad saturnina de mantenimiento y preservación que entra en conflicto con nuestro anhelo uraniano de alteración, variedad y cambio. Una parte de nosotros prefiere mantener las cosas como están (el principio de homeostasis), en tanto que otra quiere seguir creciendo y desarrollándose. Saturno construye, conserva y rinde honores a lo conocido y probado; Urano, en nombre del progreso, quiere demoler para dejar lugar a algo nuevo, por eso es necesaria la gran ayuda de proporciona la integración de Quirón, el mediador que hace posible un acuerdo entre ellos.
٠El dilema Saturno-Urano
٠El nacimiento de Venus
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