viernes, 28 de septiembre de 2012




Jung considera dos actitudes fundamentales, pero complementarias en la vida: la introversión y la extroversión. Ni una ni otra existen en estado puro, ni hay un Yang ni un Yin puro. Pero existe un predominio relativo de una de estas dos actitudes en cada uno de nosotros. Hay entre las dos una diferencia esencial: para el extrovertido hay un movimiento hacia el exterior, interés por los objetos y las relaciones o valores objetivos; mientras que, para el introvertido el interés se aleja del objeto y va hacia el sujeto que se interesa principalmente en sus propios procesos psicológicos. El extrovertido ve todo de lo que le llega objetivamente; el introvertido ve todo lo que le llega en función de su conciencia. Cada actitud tiene un valor relativo. El introvertido centrado en su propia subjetividad tiene una base más segura, permanente y valorable más que el extrovertido que depende del objeto. Del mismo modo que el extrovertido no comprende cómo un punto de vista subjetivo puede ser más importante que la situación objetiva; el introvertido no comprende por qué el objeto debe ser siempre el elemento decisivo. Jung ha encontrado estos dos tipos en todos los niveles sociales y tanto entre los hombres como entre mujeres. Y ha llegado a la conclusión que la distribución tan universal no podía ser el resultado de una elección de actitud consciente y deliberada, sino que la causa era inconsciente e instintiva. Puesto que los niños incluso en una misma familia, muestran una actitud típica evidente en uno u otro sentido, no se puede decir que esta actitud proceda bien sea de la influencia de los padres, bien sea de la lucha de la existencia. Para establecer de manera muy general la introversión o la extroversión en un mapa, se puede observar el predominio de los planetas, bien sea por encima o por debajo del Horizonte. El Horizonte, psicológicamente hablando, simboliza la conciencia nacida del sentido de las diferencias. Para la conciencia humana hay, en primer lugar lo que se llama "yo" o "mi" y, por consiguiente lo demás, cosas o personas que no son "yo". Hay pues, oposición constante, "yo" y todas las entidades que se encuentran fuera de "mi". Esta oposición es el significado básico de los dos polos. -Ascendente  y Descendente- del eje horizontal del tema. El trabajo de la conciencia consiste en unir de algún modo el yo y todo lo que no es yo. La conciencia nace de la interacción constante entre el yo y el no-yo, entre la percepción de lo que se es -quién y qué- y la percepción de lo que son todas las demás personas y cosas.


٠•●♥ૐ  La aproximación subjetiva de la conciencia, la vía introvertida, se ve en el Ascendente y se desarrolla a través de las seis Casas bajo el Horizonte.

٠•●♥ૐ  La aproximación objetiva de la conciencia, centrada sobre el objeto, la vía extrovertida, se ve en el Descendente y se desarrolla a través de las seis Casas encima del Horizonte.

Como consecuencia en el caso en que las Casas bajo el Horizonte, estén particularmente cargadas de planetas, hay un énfasis sobre el desarrollo de la percepción individual, sobre todo lo que está condicionado por el yo y su carácter propio. Por el contrario cuando las Casas encima del Horizonte contienen a la mayoría de los planetas, el interés principal es el desarrollo de la percepción objetiva, de la conciencia social, de todas las cosas que están condicionadas por el no-yo: al mundo de las sensaciones y de las relaciones ínter-personales. Comprendemos pues que el Horizonte es el símbolo de toda especie de diferenciación.



Apliquemos ahora estas ideas generales a un mapa particular. Puesto que el Horizonte simboliza la conciencia que nace del sentido de diferencia, podemos decir que el Ascendente se refiere esencialmente a todo lo que se diferencia a una persona de la media humana. Se encuentra en él, su verdadera individualidad, aquello que la hace única, todos los factores -físicos, psicológicos y espirituales- que la distinguen. El Signo sobre el Ascendente nos dirá qué cualidades deberá manifestar la persona para encontrar su camino distinto. El polo complementario, el Descendente, muestra esencialmente cómo encontrará la persona el mundo exterior en general y, más particularmente las personas con las cuales ella se asocia de manera intima o estrecha. Debemos siempre guardar en el espíritu la reciprocidad del Ascendente y del Descendente considerados como los dos polos del eje horizontal del mapa. No podemos jamás separar lo que somos individualmente, de la manera en que vemos a los demás y al mundo exterior. Cada polo del eje horizontal debe ser visto como una forma de compensación psicológica por los valores revelados en el otro polo (valido para todos los ejes). El individuo no existe en el vacío; se ve constantemente modificado por sus relaciones con el no-yo. Unas veces el yo es el polo positivo, y otras veces éste, será el no-yo. Los cambios constantes, en los cuales el yo es tanto activo, como pasivo, son las fuerzas motrices necesarias al desarrollo de la conciencia. Cuando se observa el mapa en su conjunto encontramos que los planetas gravitan sobre todo alrededor del eje horizontal (en particular en las Casas 12-1 y 6-7), podemos deducir que la persona deberá ocuparse sobre todo del desarrollo de la conciencia. Si la mayoría de los planetas se encuentran cerca del Ascendente, el esfuerzo principal deberá dirigirse al desarrollo de la conciencia del yo; si se encuentran cerca del Descendente, el problema principal de la vida será el desarrollo de la conciencia de los otros, del mundo exterior y de sus leyes, de todas las entidades sobre las que la persona no tiene ningún control inherente, pero con las que, la vida le exige una interdependencia.

 Tenemos pues, el nacimiento de la conciencia subjetiva del yo en el Ascendente y el nacimiento de la conciencia objetiva del universo y de los otros en el Descendente. Los dos polos del Horizonte son los puntos de partida de un proceso que debe desarrollarse a través de las Casas siguientes. En la vida de la personalidad hay dos principios constantemente en obra; son el principio de diferenciación y el principio de integración. El término diferenciación es usado para designar el proceso que divide una masa simple y homogénea en numerosas unidades complejas separadas. Una nebulosa se diferencia, por ejemplo, en estrellas, en soles y en planetas; el huevo fecundado se diferencia en células, órganos, etc. Por otra parte, la palabra integración expresa el proceso por lo cual la unidad separada reconoce su relación con y su dependencia de un todo más grande, y se asocia enseguida a otras unidades individualizadas, con el propósito de actuar intencionalmente unidos en los limites de ese todo. Podemos también interpretar estos principios llamándoles respectivamente "conciencia" y "poder", porque todas las experiencias humanas pueden ser evaluadas en términos de conciencia y de poder. Sin conciencia, todo poder se manifiesta en un nivel por debajo de la humanidad; sin poder, la conciencia será una abstracción, una esencia o un soplo sin sustancia, sin ningún contacto con la existencia. En astrología, el Horizonte es el símbolo de todas las diferenciaciones. Es la linea de demarcación entre lo visible e invisible, entre lo que está encima y lo que está debajo, entre el cielo y el suelo de la Tierra, entre la vida objetiva o exterior y la vida subjetiva o interior.


Todo lo que se encuentra encima del Horizonte se refiere esencialmente a la experiencia humana del cambio, a la actividad objetiva del ser humano que ata ya desata sin cesar sus contactos con las cosas y las personas. Mientras que todo lo que se encuentra debajo del Horizonte se refiere esencialmente a lo que es, al menos relativamente permanente: a nuestro yo consciente, a la vida interior, a todos los valores sólidos de base para su experiencia. Sobre la base de esta distinción fundamental se desarrollan todas las otras diferencias. El Horizonte se refiere a un hecho indiscutible y absolutamente evidente, al hecho más esencial de la conciencia humana. Hay lo que, de una manera o de otra, yo llamo la "mismidad" y todas las otras cosas o entidades que no son "yo-mismo" con oposición o conflicto continuo entre el "yo" y el "no-yo". Esta oposición está representada principalmente por las dos extremidades del Horizonte: el Ascendente al Este y el Descendente al Oeste. El Ascendente representa el "yo"; el Descendente el "no-yo", otro. Ser consciente es relacionar de una manera o de otra el yo a todas las otras cosas. Es darse cuenta al mismo tiempo que yo soy y que mi existencia está mezclada a la de millones de otras entidades. Es por lo que el Horizonte simboliza la conciencia. Podemos decir que el Ascendente representa la manera esencial por la cual una persona difiere de la media humana: su unicidad, su individualidad. El Descendente,  representa la manera esencial en que la persona encuentra el mundo exterior en general y, más particularmente, aquellos con los que está asociada íntimamente en un plano de igualdad. El Ascendente revela cada trazo del cuerpo, del mental y del espíritu, que hace resaltar a una persona y le da un carácter particular, original y relativamente único. El Descendente revela las condiciones particulares de todas las relaciones significativas que tiene la persona con aquellos con los que pueda ser verdaderamente ella misma. Los rasgos distintivos, revelados por el Ascendente, pueden ser las cicatrices, una forma especial de cabeza, una expresión particular de los ojos o de la boca, o pequeñas manías, hábitos personales. Sin embargo en numerosos casos, el AS. sólo no da los rasgos de la persona, la presencia de planetas en la 1 pueden modificar estos datos, además, el Descendente revela el género de contacto que el individuo establece con su medio, su nación o su raza. Si está fuertemente influido por factores colectivos.


Sus rasgos pueden también revelar el acento del Signo que se encuentra en el Descendente. Cada uno de nosotros lleva de una manera o de otra, la huella de sus actividades más características; y los planetas próximos a uno de los cuatro ángulos del tema son casi siempre el símbolo de actividades que influencian fuertemente la estructura de la personalidad. Se puede interpretar el dualismo Ascendente-Descendente considerando la naturaleza de los planetas que "gobiernan" los Signos de cada polo (esto es así para todos los Ejes del tema). El genio único y original simbolizado por el Ascendente está al principio latente: puede manifestarse concretamente o no. Es función del planeta regente sugerir respuesta, si es positiva la vida de la persona es triunfar en virtud de valores espirituales y creadores, el hombre llega a ser lo que debe ser. Si la respuesta es negativa, entonces el hombre no llega a realizar concretamente su potencial. Puede triunfar según nuestra forma de juzgar el éxito de una vida en función de valores sociales; pero el objetivo más significativo contenido en su nacimiento no se realiza. La astrología puede sugerir bajo qué condiciones la persona podrá revelar su genio individual latente según la posición por Signo y Casa del planeta regente. Este planeta simboliza el género de energía o de actividad que permite a la persona aportar una contribución única en la vida. Si el Ascendente revela la unidad del individuo, el Descendente revela como este individuo único y original encuentra a otros individuos, como establece con ellos relaciones estrechas; porque, tan sólo por medio de estas relaciones puede probar y desarrollar su propio genio. Se puede incluso decir que, en muchos casos, su manera personal de abordar la relación humana no le permiten poner su genio plenamente en valor. Por lo tanto, será necesario hablar del planeta regente ¿o debemos tomar en consideración como "segundo planeta regente", al que gobierne el Descendente? A mi parecer, es necesario tomar los dos en consideración, pero el planeta regente del Ascendente es el factor positivo: el revela el poder dinámico que activa el genio individual. Por lo contrario, el planeta que gobierne el Descendente enseña cómo se debe exteriorizar su genio potencial si se desea conseguir su vida espiritualmente (o realizar); se refiere al género de cooperación que el individuo puede esperar de sus asociados íntimos y del mundo exterior, cooperación que él puede estimular según su actitud personal con los otros.

FUENTE: astrologiapsicologiaholistica.**Los dioses de la sincronicidad

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