Los planetas Retrógrados Natales, Progresados y en Tránsito: Las Dimensiones Múltiples.
La retrogradación es un fenómeno geocéntrico. En ocasiones, un planeta parece desplazarse hacia atrás en el el cielo como lo ve un observador en la Tierra. La situación es similar al caso de dos trenes que se desplazan uno junto al otro a diferentes velocidades. Si uno viaja en el tren que se desplaza más rápidamente y observa al que lo hace más lentamente, este último parece ir reduciendo su marcha, luego detenerse por un segundo, y finalmente desplazarse hacia atrás cuando el tren que marcha más rápidamente lo pasa. Puesto que la relación de la Tierra con los demás planetas no es de lineas paralelas sino de órbitas casi circulares, la ilusión de la retrogradación es sólo un fenómeno temporario y pronto se restablece la verdadera perspectiva. Las interpretaciones tradicionales de retrogradación son más condicionadas por la reacción del estudiante ante la palabra "Retrógrado" y "hacia atrás" que por los datos y hechos astronómicos. Ignorándose muchas cuestiones que podrán ser utilísimas en la interpretación del significado psicológico de la retrogradación.
La retrogradación ocurre cuando el planeta Tierra están en el mismo lado del sistema solar y a punto de formar, o formaron, una linea recta con el Sol. Así, todos los planetas están en su máxima proximidad a la Tierra cuando están Retrógrados y aparecerán en su máximo brillo; sus discos, cuando se los observa con telescopio, serán más grandes que en toda otra época de sus ciclos. Este aumento de luz y tamaño se advierte más claramente en los casos de Mercurio y Venus. Lo que en realidad ocurre geocéntricamente cuando un planeta marcha Retrógrado es tanto un movimiento hacia atrás y cuando una curva aparente en el espacio que el planeta describe cuando se desplaza más cerca de la Tierra. El planeta parece salir de su senda orbital regular como si fuera atraído hacia la Tierra, formando una curva dirigida hacia ésta. Cuando un planeta es Retrógrado, su función no está más activa según su propia naturaleza esencial. En algunos casos, esto puede indicar un "desandar los propios pasos"; sin embargo, esto no es un cuadro fiel de lo que ocurre. Como el planeta describe una curva hacia la Tierra, simbólicamente uno puede echar una mirada más cercana a su energía vital y su función, y así tal vez aprenda cómo ganar una nueva perspectiva o evaluar una situación de manera nueva.
Puede significar corregir alguna injusticia que uno cometió, aceptando las consecuencias de algo hecho adrede en el pasado, o preparándose deliberadamente para alguna nueva linea de acción. Cualquier sea la circunstancia real, un planeta Retrógrado es un planeta listo para responder a una necesidad personal resultante de actividades pasadas, y debe estar en juego con un nuevo ciclo de autoexpresión. Nadie puede decir si una persona hará uso constructivo de la fase Retrógrada del ciclo de un planeta o no. La posibilidad está allí; la necesidad podrá encontrarse y satisfacerse en esa época, y tal vez así sea. Sin embargo, esa necesidad puede también ahondarse si una persona no logra enfrentarla con objetividad. En este último caso, la conciencia será cada vez más en presa del miedo y la frustración, de sentimientos de fracaso y resentimiento.
No hay nada en el universo que no tenga cualidades magnéticas. Es sabido que el propio pensamiento atrae pensamientos similares. Cada individuo tiene sus propias energías magnéticas basadas completamente en cómo utiliza la disposición planetaria de su Horóscopo. Todas las configuraciones atraen ciertas cosas, y al mismo tiempo repelen otras. De este modo, todo el mundo está en condición positiva y negativa al mismo tiempo. En el Horóscopo individual, algunos planetas desde su propia situación envían constantemente sus energías al mundo por radiación. Otros se encuentran como puntos de absorción por los cuales el individuo es capaz de asimilar y comprender el universo que necesita. Verdaderamente, el modo en que el individuo utiliza sus planetas es lo que determina sus cualidades magnéticas en cualquier momento dado por encima o por debajo de la cualidad magnética propia del planeta. De este modo, incluso los planetas que absorben pueden irradiar, dependiendo de cómo esté polarizado el propio individuo en cada momento. Cuando una persona experimenta una gran cantidad de energía, mayor de la que necesita en ese momento, la mayoría de sus planetas actúan como irradiadores y se convierte en un individuo que da a los demás. En el caso contrario, cuando una persona tiene en un momento dado menos energía de la que necesita habitualmente, sus planetas se vuelven absorbentes, tomando de los demás la energía que le falta.
De hecho, de vez en cuando el hombre tiene la facultad de controlar su propio campo magnético. Cuando un individuo es capaz de utilizar todos sus planetas como irradiadores y absorbentes, cambiando sus polaridades según lo necesite, ya no le hace falta leer el Horóscopo. Pero raramente existe un astrólogo que sea así. Generalmente, el individuo tanto es absorbente como irradiador, en mayor o menor proporción, según cómo combina y mezcla todas las energías planetarias de su mapa natal. No hay duda de que los planetas retrógrados crean un campo de fuerza bastante diferente para el individuo en relación con los planetas directos. Ha sido esa falta de comprensión general de este campo de fuerza lo que ha llevado a tantos individuos a experimentar muchas dificultades en esta área. La tendencia general del individuo es intentar utilizar sus planetas retrógrados exactamente de la misma forma en que usa los planetas directos. Y cuando eso no funciona, empieza dividiéndose a si mismo en varios estados aislados que pueden convertirlo en un auténtico desdichado. Con los planetas directos al individuo le resulta muy fácil cambiar el énfasis de la energía planetaria hacia si mismo en un momento dado, cuando la trayectoria de su energía negativamente, ya que está tratando de usar toda su energía para la propulsión del movimiento de avance.
٠••●♥ૐAsí, durante la primera fase -saltando fuera de si mismo, tratando de vivir el futuro ahora- irradia de modo que puede magnetizarse a si mismo hacia toda la gente y condiciones que le deparen experiencias futuras.
٠••●♥ૐDurante la segunda fase -en el proceso de vivir el futuro, teniendo la sensación de ya haber estado allí anteriormente- (cuando en realidad está viviendo la experiencia) no es consciente a menudo de la primera fase que, de hecho, la ha originado. Pero experimenta más sentimientos de "dejarlo correr" que los planetas individuales directos. En otras palabras, tiene la impresión de que ha experimentado esto antes, pero no sabe exactamente cómo, cuándo o por qué. Es esa ambivalencia la que crea una vibración cruzada allí donde opera negativa y positivamente al mismo tiempo. Parte de él está irradiando positivamente su deseo de completar la experiencia, mientras que la otra parte está buscando negativamente absorber y comprender por qué esta experiencia le parece repetitiva. Naturalmente, es durante esta fase que los demás comprenden menos al individuo.
٠••●♥ૐFinalmente, en la tercera fase -repitiendo la 1ª fase, de modo que, en realidad, repite mentalmente la mirada hacia el futuro que ya ha vivido- se vuelve en una sincronización fuera del tiempo con el resto del mundo cuando intenta reabsorber a los individuos y las circunstancias que le devolverán a su pasado. Durante esta fase, es más comprensible, pero también drena más energía que las demás porque está irradiando prácticamente ninguna energía al exterior. Resulta interesante advertir que las fases primera y segunda -el intento de vivir el futuro y la vibración mutua de pasado-futuro- son tan intimas del individuo que la astrología difícilmente las advierte como características del planeta retrógrado (el pasado persistente o característicamente repetitivo) siempre a sido la más notable. Esto quizás ocurre porque esta fase final es en la que el individuo no sólo pierde más tiempo, sino que también reacciona de un modo evidentemente diferente frente a la sociedad en general.
FUENTE:astrologiapsicologiaholistica** Los dioses de la sincronicidad
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