lunes, 29 de octubre de 2012


PLANETAS ESTACIONARIOS


Una etapa muy importante de todo planeta es cuando en su ciclo natural alcanza la fase estacionaria. Indica el corto pe­ríodo de tiempo antes que se vuelva retrógrado o directo. Un planeta en este punto específico de su ciclo está disminuyen­do su movimiento de forma dramática. Tracy Marks sugiere que puede ser considerado estacionario «si su velocidad ha decrecido menos de 1/10 parte de su moción normal».' El lector deberá seguir su propio criterio para determinar cuándo un planeta se vuelve estacionario. Normalmente, con los planetas más lentos (como los de la Octava Superior), un pla­neta se considera estacionario cuando permanece en el mis­mo grado y minuto antes de cambiar de dirección. En el caso de los planetas más rápidos, los considero estacionarios sola­mente cuando permanecen en el mismo grado antes de cam­biar de sentido (al menos en lo que respecta a la carta natal, no necesariamente a las progresiones). ¿Qué significa un planeta estacionario en la interpretación natal? Quizás la mejor clave para describir su naturaleza viene dada por su rasgo más obvio: es la concentración intensa en un área defi­nida del horóscopo. Muestran un interés delimitado (según la naturaleza del planeta), lo que sugiere mucha intensidad en su acción. 

En general, un planeta estacionario no es arrojado con facili­dad del área en que se centra. Al estar virtualmente inmóvil, tiende a atrincherarse firmemente, indica fuerza en la aplica­ción y una persistencia tenaz. Para mejor o para peor, ejerce un gran impacto en la naturaleza del individuo. Sin embargo, debido a los rasgos ya mencionados, también puede describir características que se inmovilizan en la personalidad. El indi­viduo puede volverse muy fijo en su orientación, como para permitir la adaptación, dando por resultado una manera de expresarse inflexible y obcecada. Por otra parte, la fijeza de la condición del planeta indica constructivamente vigor y re­sistencia. Los aspectos a este planeta determinarán si la fase estacionaria tiende a volver al individuo firme y resuelto, o atado a la rutina y estático. Usualmente, se manifestará de ambas maneras según el momento. A menudo necesita con­centrarse completamente en algo que haga funcionar su atención superior si desea darle satisfacción. Sin embargo, deberá ejercitar más objetividad en esta área para no fasci­narse por los procesos de este planeta y excluir el desarrollo de los otros componentes de su personalidad. En una natividad, un planeta estacionario puede estar a punto de volverse retrógrado (denominado estacionario re­trógrado) o directo (estacionario directo). Esta distinción es importante a la hora de la interpretación. Un planeta estacio­nario retrógrado tendrá una disposición más subjetiva, e in­ternalizador, el individuo comenzará a focalizarse en las im­plicaciones psicológicas del planeta con creciente inquietud. Esta fase del planeta exhibe una intensidad más concentra­da, creando un impacto interior mayor del que tendría el mismo planeta si fuese meramente retrógrado. 

Un planeta estacionario directo ya ha asimilado sus impulsos a niveles más profundos e introspectivos y está preparado para emer­ger a la superficie de la conciencia y utilizar lo que ha desa­rrollado sutilmente. Los planetas estacionarios directos pa­recerán más activos, ya que están maduros para comenzar de nuevo según los principios del planeta en cuestión. Exhibirán un alto grado de anticipación, expectativa, o urgencia que no se encuentra a menudo en los meros planetas directos. Sin embargo, dado que ambas estaciones representan a un pla­neta casi inmóvil, los esfuerzos para examinarlo interiormen­te o para su utilización externa deberán ser llevados a cabo con paciencia, minuciosidad y concentración. Se deberán tomar en cuenta los matices. Esta misma dinámica deberá aplicarse a los planetas en tránsito en sus distintas fases. Sin embargo, como ocurre con todos los factores transitantes, las condiciones externas corrientes (más que las facetas enraiza­das del carácter) estimulan la respuesta individual durante los períodos estacionarios. Los tránsitos deben ser interpre­tados dentro del contexto en que se mueve el individuo. Un planeta retrógrado puede eventualmente por progresión alcanzar el punto estacionario antes de ponerse directo. Los planetas más rápidos probablemente lo harán durante el lapso normal de la vida humana (en especial, Mercurio y Venus, y a veces Marte). Para los demás planetas, depende­rá de si sus posiciones retrógradas natales se encuentran ya suficientemente cerca de esta fase dentro de un período de tiempo razonable. Así como la fase estacionaria para algunos planetas puede durar varios días, la influencia de un planeta estacionario progresado puede operar durante varios años. A diferencia de los tránsitos, las progresiones se relacionan más con el desarrollo interno del carácter potencial (que puede o no ser proyectado en las relaciones o los sucesos). Cuanto menos se proyecte un planeta, mejor se asimilará la progresión y más se convertirá en una parte integrante de la naturaleza interna. 

Pero incluso si una progresión bien asimi­lada se expresa a través de un mecanismo de proyección, lo que se proyecta se vuelve constructivo y armonioso para las necesidades del propio carácter. Los tránsitos en cambio ge­neralmente representan condiciones externas existentes en el medio ambiente, que operan a través de asuntos y de situa­ciones concretos. Pero incluso estas energías no siempre serán expresadas a través de circunstancias (ya que los tránsi­tos no se relacionan con hechos personales o la necesidad de actuar). Uno de los misterios de la astrología es que nadie puede predecir con absoluta certeza en qué nivel expresará el individuo estos principios, esto lo determinará el grado de evolución de cada personalidad (más la propia capacidad para servirse del libre albedrío). En general, cuánto más consciente sea un individuo, más propenso será a experimen­tar cualquier planeta (natal, progresado, o transitante) a tra­vés de la actitud y el comportamiento y no a través de las cir­cunstancias concretas y mundanas. Por supuesto, un indi­viduo bien integrado debería ser capaz de transformar con más facilidad esas actitudes en actividad creativa y producti­va sin grandes dificultades.

Cuando un planeta progresado retrógrado alcanza la fase es­tacionaria y está a punto de volverse directo, el individuo (durante ese año de progresión) vivirá un momento decisivo en su crecimiento interno. Ese año en particular marcará un cambio en la manera de enfocar la vida, descrito por el pla­neta en cuestión. Simbólicamente significará que el período de preparación interna de asimilación e integración está al­canzando su consumación. Ahora deberá focalizarse una vez más sobre el mundo objetivo y comenzar a usar las energías de este planeta para ejercer influencia sobre los asuntos ex­ternos. Podrá movilizar tales energías desde su centro hacia fuera e impactar grandemente a su medio ambiente. Aunque puede exhibir una gran profundidad de comprensión cuando Mercurio en tránsito se pone retrógra­do, sus mentes parecen trabajar mejor, y los planes y decisio­nes personales manifiestan resultados más satisfactorios de los esperados. Naturalmente, estos Mercurios retrógrados tienen algo que comunicar a este respecto, debido a la natu­raleza reflexiva de este planeta. No he sentido ningún co­mentario con relación a los otros planetas. Quizás si un pla­neta natal retrógrado, también se vuelve retrógrado por tránsito, el individuo sintoniza mejor consigo mismo durante este período de tiempo. Estará más activo y expresivo en las áreas de la vida indicadas por su ubicación natal retrógrada. Esto tiene sentido, considerando que durante todos los otros períodos de tránsito directo, el individuo se sentirá fuera de lugar con respecto a lo que debe experimentar en el medio ambiente inmediato, y se comportará de manera distinta. La sintonía presente sugiere un grado de realización interior para tal persona, incluso si las condiciones externas son dis­tintas. Probablemente estará muy conectado consigo mismo a niveles profundos en este aspecto, y por lo tanto se sentirá más sincronizado con los sucesos externos durante este breve período. Hay muchas otras condiciones sobre las cuales especular, por ejemplo: ¿Operan con las progresiones conversas, o por di­rección de arco solar? (lo que acelera marcadamente el mo­vimiento de los planetas de la Octava Superior volviéndolos más accesibles a la predicción), y ¿cómo hay que considerar­los en lo que respecta a las cartas compuestas, especialmente cuando una persona tiene un planeta retrógrado y la otra no? Ahora describiré los efectos que la retrogradación imprime en los planetas.


Las siguientes delineaciones se ocupan de cada planeta en retrogradación natal, por progresión, y en tránsito:    

Mercurio Retrógradoૐ●•٠

El individuo experimenta un karma no resuelto en las relaciones. Tiene tendencia a comportarse con los demás como si representaran personajes de su pasado. Así, le resulta difícil  mantener todo el énfasis de su conciencia en el "aquí y ahora". Generalmente, sus dificultades se ponen de manifiesto con la familia. Pero la cuestión de las relaciones va más allá de cómo se comunica uno con la gente. A menudo existe un problema inherente a Mercurio retrógrado en términos de ver lo que podríamos denominar una realidad invertida. El individuo tiene dificultades para comprender la relación más básica entre causa y efecto. Se cuestiona la esencia misma de la vida, de modo que a menudo no puede ver los vínculos más sencillos entre las cosas, las circunstancias y la gente. Perdido en los pensamientos que están más allá de su comprensión, debe aprender a contentarse con las bases más simples sobre las que se fundamenta la vida. De lo contrario, se empeñará tanto en descubrir lo que está más allá del conocimiento que casi omitirá lo que es obvio.


Cuando Mercurio aparece retrógrado en el horóscopo, la mente consciente del individuo es capaz de grabar ideas en la conciencia universal desde épocas pasadas. Generalmente, no se da cuenta de ello, pero si de que no puede hacer comprender fácilmente a los demás todo lo que sabe. Eso es debido, en parte, a la inversión del símbolo de Mercurio, donde la importancia de la materia predomina sobre el espíritu y el alma. Ello hace que el individuo se preocupe de la forma de sus ideas, lo que constituye un bloqueo para la esencia de su conocimiento. Además, hablando en términos de vida mental, su longitud de onda es ligeramente diferente a la del resto de la sociedad. Los procesos de pensamiento tienden a repetirse como un disco rayado, y en consecuencia la mayoría de las cosas que crea son de distintas clases y formas, copias en papel de carbón de lo que ya ha hecho. Al hablar, le cuesta proyectar con exactitud las imágenes telepáticas que representan el significado de sus pensamientos. Por eso, a menudo se siente incomprendido y se pregunta si los demás no ven las cosas como él. Se siente más apartado de la sociedad de lo que lo hace una persona con Mercurio directo. En consecuencia, intenta desesperadamente entrar en contacto con los demás, de manera que a menudo enfatiza sus ideas hasta el punto que estás llegan a convertirse en una molestia para quienes le rodean. Incómodo en compañía, intenta afanosamente ganarse la aceptación de los demás. Pero al menor indicio de rechazo puede rendirse fácilmente. Al final, comprende que su seguridad consiste en crecer de forma más distante e impersonal que la gente con Mercurio directo. Los demás suelen interpretar esta actitud como "frialdad", pero no es más que la vibración de Mercurio retrógrado, que es obviamente desarmónico con vibraciones de movimiento directo. Bajo ese muro aparente, este individuo es mucho más sensible de lo que muchos imaginan. Una vez se ha cruzado la barrera de la comunicación, existe una gran perspicacia derivada de Mercurio retrógrado. Para facilitar las cosas, el individuo retrógrado no intentaría hacer encajar la forma de su vida en las ideas y opiniones de los que están a su alrededor. En lugar de eso, se encuentrará más a gusto mostrándose agradecido debido a su forma especial de ver las cosas. 


Resulta interesante destacar que ha habido muchos grandes genios de la música con Mercurio retrógrado. Quizá su conciencia de las dificultades del lenguaje hablado les llevó a otra forma de comunicación que tiene una mayor libertad y niveles más sutiles de expresión mental y emocional. En áreas en las que requieren concentración, este individuo puede ser un excelente estudiante, aun cuando le lleve algún tiempo entender ideas y principios. Al final, conocerá el tema más ampliamente y con mayor profundidad que los individuos con Mercurio directo. Eso ocurre porque, literalmente, él no ignora nada. En áreas de conocimiento, es incapaz de saltarse cualquier punto que le deje intrigado. A pesar de la impaciencia de los demás compañeros de su clase, volverá a insistir repetidamente en algunas cuestiones anteriores hasta que la respuesta quede clara. Es muy bueno en historia, donde el estudio del pasado de la naturaleza humana le permite conocer cómo puede actuar uno en el futuro. Amante de enseñar a los demás bajo sus diferentes puntos de vista, tiene la facultad de hacerle caer en la cuenta a uno de antiguos detalles que son necesarios en la actualidad para recoger y ensamblar las piezas de un rompecabezas que de otro modo se perderían. Para ello, parece ir siempre contracorriente, lo que le lleva a no ser comprendido por quienes están cerca de él. Esto causa nerviosismo e irritabilidad cuando demasiada concentración desencadena sentimientos de separación de aquellos a quienes quiere acercarse. Dado que se inspira en desechadas, aunque útiles, ideas del pasado, tiende a entrar en contacto con aquellos individuos que se precipitan hacia el futuro tan de prisa que se han dejado algunas piezas tras ellos. Él puede llenarles este vacío tan pronto como se detengan para escucharle. Al tratar con diferentes periodos de tiempo a la vez, el individuo con Mercurio retrógrado actúa como embudo e intérprete. Siempre existe un poderoso mensaje, pero procurará no comunicarlo a menos que se siente aceptado en ese momento. En el terreno de la sexualidad, esta posición dificulta el establecimiento de una comunicación serena con el sexo opuesto. En algunos casos puede indicar homosexualidad, especialmente si se halla en Conjunción o Cuadratura con Marte, Venus o Neptuno, o si se encuentra en la Casa octava formando cualquier aspecto con Urano.



Un Mercurio natal retrógrado puede indicar una mente que es introspectiva por naturaleza y propensa a la contempla­ción en sus diversos niveles. Se siente menos impulsado a co­municarse de forma directa, y concreta, especialmente en lo que se refiere estrictamente a sí mismo. En sus primeros años, estos individuos parecerán reservados en el discurso, aparentemente serán más lentos o reflexivos en sus respues­tas, e incluso un poco obtusos o inexpresivos según las nor­mas sociales en uso. Por otra parte, he conocido personas con un Mercurio natal retrógrado muy rápidas y fluidas en el hablar cuando se discutían temas de naturaleza impersonal o universal, es decir conceptos abstractos. Sin embargo, cuan­to más personalizaban sus pensamientos, más parcos y dubi­tativos se volvían, rara vez elaboraban o brindaban informa­ción detallada. Quizás, lo que experimentan inicialmente a nivel mental no pueden conectarlo fácilmente a continuación con los niveles externos (especialmente si Mercurio forma un aspecto difícil con Saturno, Neptuno, o Plutón, planetas len­tos). De ello se puede deducir que estas personas perciben, evalúan o reflexionan siempre más de lo que están dispuestas o son capaces de expresar externamente (al menos hasta des­pués de haber reflexionado). No revelará sus pensamientos íntimos o personales a menos que se le pregunte directamen­te. E incluso entonces, su natural reserva mental lo inclina a dar una respuesta pobre. En algunos casos, tal respuesta será concisa y sucinta. Debido a que los planetas retrógrados normalmente no enfa­tizan el desarrollo externo, a veces pueden parecer incapaces cuando deben funcionar a un nivel estrictamente mundano, especialmente en la interacción social. Una persona con un Mercurio natal retrógrado analizará y pensará diferentemen­te de otra que posee un Mercurio directo. Las soluciones del Mercurio retrógrado a los problemas mayores y menores serán más individualizadas, ya que la lógica y el razonamiento se dirigen a menudo a la observación de sutilezas y factores poco obvios que los demás generalmente pasan por alto o ig­noran. Al centrarse la fuerza mental en su interior, la mente adquiere una cualidad oculta, y así es como el funcionamien­to profundo de los procesos mentales recibe un estímulo ma­yor. La mente racional establece una conexión más estrecha con el inconsciente y sus poderosos contenidos. Desde un punto de vista estrictamente práctico, esta condición tam­bién puede señalar oscuridad mental, en la cual los pensa­mientos íntimos de la persona son incapaces de estructurarse con nitidez o ser comprendidos por los demás. Normalmente el Ego (señalado por el Sol) es menos capaz de dirigir y controlar la expresión de la mente (ya que Mercurio retrógrado se aleja simbólicamente de la dirección que toma el Sol). Este individuo tendrá menos confianza en la activa­ción de su energía mental para alcanzar los objetivos princi­pales o metas centrales (ya que el inconsciente tiene más poder que la mente racional y concreta). Absorbe informa­ción sin ser consciente de ello. Asimila más datos del medio ambiente de lo que aparenta. Pero en la superficie, parecerá que aprende las cosas más lentamente que los demás. Quizás porque sus intentos por reunir conocimiento despiertan los niveles profundos de su percepción interior, este individuo analiza cuidadosamente, y reflexiona mucho sobre la infor­mación que recibe, antes de aplicar efectivamente este cono­cimiento en el mundo exterior. Mercurio retrógrado aparece a menudo en los horóscopos de personas muy autocríticas, ya que las facetas selectivas y dis­criminadoras del planeta se vuelven hacia el interior con faci­lidad. Se acentúa el auto examen subjetivo. Para estas perso­nas es muy difícil tomar decisiones rápidas, o pensar en términos absolutos (ya que la condición retrógrada crea un flujo mental constante, están siempre modificando planes, revisando pensamientos previos, o adaptándose a los cam­bios externos que muchas veces son imprevistos). Normal­mente, deben esforzarse mucho para prestar la debida aten­ción a los detalles inmediatos. Especialmente con respecto al material escrito. Hay una extraña mezcla de mente ausente y memoria increíble para recordar las sutilezas que la mayoría de la gente descuida o no ve. Aunque sea difícil estabilizar la mente a nivel mundano (le cuesta mucho prestar atención), a menudo puede alinearse mejor con los dictados del Yo Supe­rior, sobre todo cuando Mercurio está bien aspectado. Los componentes abstractos de la mente consciente reciben ma­yor estímulo. Lo que esta mente no es capaz de recibir en tér­minos de comunicación directa, lo compensa en términos de respuesta sutil, indirecta, y no verbal. La profundidad poten­cial de comprensión existente aquí no debe ser desestimada por la tendencia del individuo a parecer torpe e incierto en la demostración externa de sus habilidades mentales. (Nostra­damus, F.A.Mesmer, Federico Chopin, Alan Leo, Israel Re­gardie, Salvador Dalí, Erich Fromm, Howard Hughes).


PROGRESADO: Cuando Mercurio se pone retrógrado por progresión, marca un período en la vida del individuo en que se alejará gradual y sutilmente de su acostumbrado estilo objetivo e intelectual de enfrentar los hechos. Podrá experimentar más vívidamen­te el poder subjetivo de su mente. Por supuesto, mucho de­penderá de la edad exacta en que Mercurio se pone retrógra­do. Cuánto antes ocurra, menos impacto tendrá sobre su conciencia despierta. Cuánto más tarde suceda, más intensa­mente podrá sintonizar el individuo con sus procesos menta­les en profundidad. Su autoabsorción crecerá en lo que res­pecta a las comunicaciones personales con los demás, ya que ahora es más sensible a las respuestas que recibe (y también porque a menudo tales respuestas no se alinean con lo que in­tenta decir. A medida que la brecha se ensancha, se ve obli­gado a volverse más reflexivo y precavido). Sólo pocos indi­viduos son capaces de captar lo que intenta expresar. Cre­cerá su capacidad para realizar profundos autoanálisis, es probable que el individuo focalice su atención en programas de autodesarrollo mental o en intereses educativos que pue­dan ayudarlo en su búsqueda de significados interiores. La edad es un factor importante en la interpretación. Por ejemplo, a los siete años, esta fase de transición retrógrada puede indicar problemas de lectura, numéricos, dificultades en el habla, o menos interés en los temas escolares que exigen una estructura precisa de pensamiento o retención detallada de datos (por ejemplo, en la matemáticas y en las ciencias). Sin embargo, este niño irá mejor en aquellos estudios que lo ayu­den a desarrollar su comprensión de las imágenes visuales o la asociación de símbolos (ya que los procesos imaginativos son realzados y estimulados). Estará indeciso sobre la conveniencia de hacer planes futuros importantes, quizás experimente una inquietud interna que lo mantendrá en un estado de inestabilidad mental durante algún tiempo (aunque en la superficie no será tan evidente). Como este período retrógrado dura unos 24 años progresa-dos, lentamente irá condicionando la mente para que se vuel­va más contemplativa y filosófica. En algunos casos, según los aspectos natales, puede indicar un período de frustración mental o dificultades en el aprendizaje. Necesitará más tiem­po para captar las cosas por completo y deberá esforzarse más para asimilar lo que estudia y las observaciones que rea­liza. Sus contenidos mentales inconscientes ocuparán el pri­mer plano y desviarán su atención de los procesos de pensa­miento mundanos. Percibirá menos los detalles exteriores de su medio ambiente inmediato, lo que lo volverá más olvida­dizo, mentalmente ausente, o directamente descuidado en sus pensamientos y modo de hablar. Por otra parte, crecerá su sensibilidad a ciertos cambios sutiles que, de no ser así, pasaría por alto. Estará muy sensible también a los ajustes internos de su propia naturaleza, casi como si su inconsciente le diese instrucciones para comprender las cosas de una ma­nera diferente a la planteada por su mente consciente. Ob­serve la Casa que ocupa Mercurio en la carta natal y también las Casas gobernadas por Géminis y especialmente por Virgo (ya que es más reflexivo) en la cúspide. Estas serán proba­blemente áreas donde necesite realizar cambios mentales, adquirir nuevas perspectivas, o reconsiderar ciertos pensa­mientos que lo ayudarán a contactar más estrechamente con su ser interno durante esta fase. Comenzará a responder a la fase retrógrada progresarla de Mercurio el año exacto en que cambia de dirección, pero reaccionará a esta mutación de conciencia unos años antes, durante la fase estacionaria del planeta. Quienes previamen­te no conectaron suficientemente con su ser interior subjeti­vo, descubrirán que este cambio de dirección les trae confu­sión y separaciones en la vida externa durante los primeros años de este período. Cuando un Mercurio natal retrógrado se pone directo por progresión, el individuo sentirá que su mente se libera de ese estado subjetivo de expresión y ahora .será capaz de ejercer su influencia sobre los asuntos externos de manera más activa y efectiva. Su período preparatorio ha terminado, y las energías mentales del individuo podrán vol­ver al mundo externo y demostrar su capacidad plena. Su po­tencial comunicativo será más libre y abierto pues ahora se relaciona desde una perspectiva profunda. Querrá aplicar su comprensión intuitiva a los asuntos cotidianos, a fin de cap­tar su verdadera naturaleza. Rara vez será superficial en sus observaciones, ahora será menos tediosamente críptico y di­fícil de interpretar. Se volverá menos autoconsciente acerca de sus procesos mentales, eliminando los bloqueos que se fueron desarrollando durante los años anteriores. Deseará intercambiar ideas con los demás con una fluidez que antes parecía casi imposible. El período estacionario de Mercurio hará sentir al individuo que vive una crisis interna, durante la cual deberá llegar a un acuerdo con su mente y desarrollar recursos comunicativos que avancen su crecimiento. Las pre­siones irán creciendo hasta que se haga imperativa una trans­formación mental liberadora. Los aspectos a Mercurio du­rante este período progresado indicarán cómo ocurrirá esa liberación.


TRANSITO: Este período dura unos 24 días, normalmente tres veces al año. Los planetas transitantes son más aptos para disparar hechos externos que para activar condiciones interiores o ac­titudes. Sin embargo, estos hechos operarán en el nivel que se experimente interiormente al planeta natal. Así, cuando un planeta se vuelve retrógrado por tránsito, parece que in­terfiere con el flujo normal de las actividades representadas por ese planeta en el mundo externo. Esto puede crear con­diciones frustrantes, demoras, fracasos, o cambio de planes de último momento según el grado de susceptibilidad del in­dividuo. Cuando Mercurio por tránsito se pone retrógrado, no es el mejor momento para tomar decisiones importantes o firmar documentos y papeles que deban sellar un compromi­so o contrato de largo alcance. Esto se debe a que el énfasis comunicativo normal de Mercurio (junto con su capacidad para percibir con claridad, analizar fríamente, y razonar con objetividad) se alejará del nivel cotidiano. Querrá expresar­se en términos menos tangibles y estructurados. Se puede es­perar todo tipo de interrupciones menores pero irritantes en lo que respecta a las diferentes formas de comunicación o transporte. Cuánto más mercurial sea la actividad, también será más vulnerable. Como Mercurio rige tantas cosas pe­queñas y aparentemente incidentales de nuestra vida diaria, los problemas pueden aflorar desde diversas áreas al mismo tiempo. Las molestias típicas serán aquellas que tengan que ver con las reparaciones de automóviles, de teléfonos, men­sajes confusos, demoras en la correspondencia, entregas postergadas, maquinarias estropeadas, citas canceladas re­pentinamente, o cambios de planes y negociaciones en el último momento. Si en este tiempo Mercurio retrógrado de tránsito hace as­pectos difíciles a cualquier planeta natal, el individuo estará especialmente sensible y alerta ante la falta de claridad o ló­gica en su proceso mental. No prestará la debida atención a los detalles, y puede confundir o enturbiar los asuntos debido a que descuida los factores menores y aparentemente sin im­portancia (en especial el trabajo o las tareas domésticas). Durante este tránsito se cometen errores con más facilidad y más repetidamente, a menudo la persona ni se da cuenta si­quiera. A veces, errores del pasado pueden llamar ahora nuestra atención y corregirlos (he visto que puede ocurrir una cosa o la otra). Durante este período, pueden aparecer incluso objetos perdidos o escondidos. Cuando Mercurio está retrógrado se aconseja no dar nada por seguro o garantiza­do. Compruebe cada cosa dos veces. Recuerde que éste es uno de los períodos más difíciles para prestar atención a los detalles del diario vivir. La Casa por donde Mercurio transite será la que reciba su in­fluencia retrógrada mayor, junto con las Casas natales regi­das por Mercurio, aunque en un grado menor. Cualquier pla­neta que haga aspecto exacto a Mercurio debe ser observado atentamente. El grado donde se vuelve retrógrado es tam­bién un punto muy sensible; los aspectos natales a este grado transitante marcan a menudo, según mi observación, todo el período retrógrado. Es un buen momento para las activida­des mentales tales como la investigación, la edición, la revi­sión de un trabajo escrito, leer pruebas, etc. 

Debido a la na­turaleza introspectiva de la retrogradación, es un período también bueno para la meditación, el autoanálisis en profun­didad, y las diversas técnicas psicológicas para comprenderse uno mismo. También es positivo para las revisiones menta­les, en las cuales el individuo gana rememorando ideas y con­ceptos previos, volviendo a analizar su valor y relevancia en el presente, y haciendo todas las correcciones y modificacio­nes necesarias. Dado que Mercurio se mueve ahora más len­tamente, la mente será más reflexiva en sus evaluaciones y reconsiderará los asuntos con más cuidado. Es un momento constructivo para la revaluación. Durante este período, las nuevas actividades deberán ser planeadas al detalle pero no llevadas a la práctica, mientras que los asuntos del pasado sin resolver podrán ser completados.

fuente :  
astrologiapsicologiaholistica  **Los dioses de la sincronicidad


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