lunes, 22 de octubre de 2012


Planetas Retrógrados y el Factor Tiempo



A causa del triple proceso retrógrado, el individuo experimenta su vida en diferentes secuencias de tiempo, contrariamente a aquellas personas con planetas directos. De hecho, las etapas de su vida que están influenciadas por los planetas retrógrados son completamente diferentes de las que siente a través de sus planetas directos. Cuando la secuencia de acontecimientos transcurre en su mente en sentido contrario o en dirección distinta de acontecimientos de su propia vida, en realidad está rompiendo la barrera del tiempo. Dependiendo de la fase en la que se encuentre, está viviendo al menos parte de su vida en un tipo diferente de deformación temporal. Aquí, en esta asombrosa trascendencia del tiempo a través de los planetas retrógrados se halla la llave principal del karma.

٠•●ૐPlanetas Retrógrados y Karma

Los planetas retrógrados no sólo llevan al individuo de regreso al ayer, al mes anterior y al año pasado, sino que también inducen hacia antiguas vidas cuyos recuerdos lleva fuertemente en su actual encarnación. Estos recuerdos representan acontecimientos específicos o individuales que fueron lo bastante significativos en otra vida como para estar ahora tan arraigados en la persona. En cualquier lugar del Horóscopo en que aparezca un planeta retrógrado, el individuo no sigue adelante en la secuencia del tiempo paralelamente al resto de su mapa. En lugar de eso, sigue tratando de resolver anteriores circunstancias que todavía parecen estar inacabadas. En estas áreas especificas de su vida no parece haber una demarcación entre una vida y la otra. Estos recuerdos son también tan vividos que ni siquiera los identifica como recuerdos, sino que, es más, cree que son el presente. Sin embargo, vive en una fase estancada de otra zona del tiempo cuyo irresistible magnetismo parece aún más importante que su vida cotidiana.


٠•●ૐPlanetas Retrógrados e individualidadૐ●•٠

Es interesante ver cómo los Signos y las Casas en que aparecen planetas retrógrados llevan al individuo a seleccionar qué fase del proceso retrógrado es más cómoda para vivir. Como resultado, diferentes individuos que tengan los mismos planetas retrógrados, pero situados en Signos y Casas diferentes, desarrollarán espontáneamente diferentes fases del proceso retrógrado. Por lo tanto, los individuos con los mismos planetas retrógrados pueden actuar de forma diferente.

٠•●ૐPlanetas Retrógrados y dimensiones múltiplesૐ●•٠

Para comprender en su totalidad la naturaleza de los planetas retrógrados, es importante comprobar que éstos operan a través de múltiples dimensiones al mismo tiempo. Primero, el individuo experimenta el triple proceso, que tiene una fuerte tendencia a expulsarle de la sincronización con el momento presente. Pero al mismo tiempo que pasa por una de las fases de este proceso, también intenta corregir el karma de otra vida. De este modo, tanto está detrás como delante de si mismo en esta vida mientras todavía pueda haber una parte de si mismo que aún no esté en esta vida. Además de esta falta de sincronización con el tiempo cronológico, que en si mismo seria suficiente para trastornar a muchos individuos, también experimenta discretamente, en otro plano, una orientación muy particular en el espacio.



٠•●ૐPlanetas Retrógrados y el Factor Espacioૐ●•٠

Una persona en la primera fase (saltando hacia afuera de si mismo para intentar hacer que el futuro ocurre ahora) trata de presentarse a si mismo desde un punto magnético tan positivo que actualmente se mueve en el espacio mucho más cerca de las cosas y de la gente, que el individuo sin planetas retrógrados. Es precisamente durante esta fase que interfiere en las auras de los demás, interrumpe el final de las frases de la gente y literalmente ruega, toma prestado o roba toda sustancia en la forma que crea necesaria para su experiencia. Todo el mundo tiene un espacio psíquico personal a su alrededor, y que es privado hasta el punto que una irritación en potencia se pone de manifiesto cada vez que dicho espacio es violado por los demás. El individuo retrógrado está expandiendo su propio espacio psíquico. Es durante este periodo que se muestra ofensivo con aquellos que le rodean. En la segunda fase, donde vive activamente toda la información y espacio que ya ha cartografiado para si, se preocupa menos por llevarse bien con los demás. Pero en el momento en que entra en la tercera fase, donde mira atrás con expectación hacia un futuro que ya ha pasado, se vuelve extraordinariamente introvertido. Al encerrarse en si mismo, utiliza cada vez menos espacio a lo largo de este periodo, y no puede entender por qué los demás emplean tanto. De hecho, durante este tiempo el individuo se aparta de los demás, y aquí tenemos lo que se ha calificado durante tantos años como la característica más notable del comportamiento del planeta retrógrado. Sin embargo, mientras regresa a su pasado, también absorbe las radiaciones de todo cuanto le rodea. Y, aunque proteste contra esa absorción, la necesita para alumbrar el momento en que entrará en una nueva experiencia de primera fase en la que empezará a irradiar energía otra vez y a expandirse en el tiempo y espacio.


Dado que las diferentes concepciones del tiempo de los planetas retrógrados también llevan al individuo a experimentar percepciones variables con el tiempo, la experiencia última de la vida siempre es especialmente distinta de lo que podríamos llamar la norma. De acuerdo con las leyes de la relatividad, en el universo nada existe por si solo, sino que de algún modo opera siguiendo las leyes de todo aquello con lo que está conectado. Así, las ruedas de un coche se mueven proporcionalmente a la presión ejercida sobre el acelerador. Al mismo tiempo, la tierra parece moverse en relación a las ruedas, y así sucesivamente en todo el universo. Así como los individuos con planetas directos tienen su percepción del espacio y del tiempo, y a través de ella viven su vida, el individuo retrógrado (los que tienen tres o más planetas retrógrados) tiene sus relaciones espaciales y temporales. Pero su percepción de estos planos de existencia es diferente a la del individuo sin planetas retrógrados. De hecho, su orientación en el tiempo y el espacio a través de los planetas retrógrados también es diferente a la orientación espacio-temporal que siente en otras partes de si mismo mediante sus planetas directos. Una parte de él es relativa al universo en un sentido, mientras que otras partes son relativas al universo de otras muchas maneras. Es importante destacar que el universo actúa sobre él en gran medida, de acuerdo con los modos en que él lo percibe relativamente. 

El planeta retrógrado, con las poderosas lecciones kármicas que conlleva a lo largo de esta vida, tiende a enfatizar el lado material o formal de la vida conduciendo al hombre hacia los rincones más primitivos de si mismo, donde su lucha por la supervivencia entre las condiciones y la gente que le rodean predominan sobre la satisfacción de su alma. Eso se hace más intenso en el caso de los planetas retrógrados personales (Mercurio, Venus y Marte) mediante los cuales el hombre se relaciona con las partes más intimas, personales y privadas de si mismo con las que ha estado luchando desde el principio de los tiempos. Y mientras es absolutamente cierto que cuando el hombre se mueve de una fase del proceso retrógrado a otro, tiende a cambiar ligeramente su énfasis entre materia-espíritu-alma, debería acordarse de que el alma y el espíritu están por encima de las leyes del karma. Así pues, siempre queda un residuo de sustancia y materia (particularmente etérica) en todas las fases retrógradas. Estas huellas de materia etérica o astral, que casi siempre acompañan la expresión de los planetas retrógrados, contienen la información para la satisfacción kármica. Y, dado que la materia está implicada en ello, uno siempre siente los planetas retrógrados de otro individuo como ligeramente o, en ocasiones, inusualmente más pesados que los planetas directos. Es por ello que los individuos que se muestran a si mismo a través de sus planetas retrógrados tienen una tremenda habilidad para causar una fuerte impresión sobre sus oyentes. 

La persona a la que están hablando puede optar por ignorar la materia etérica o astral que las acompañaba, y que mantendrá grabado el mensaje en la memoria del individuo hasta que esté lo bastante preparado como para aceptarlo o descartarlo, basado en futura información que vaya acumulando sobre ello. Por esta razón, las formas de pensamiento que un individuo retrógrado son muy intensas, y especialmente durante la primera fase, en la que son aumentados y expulsados con algo de fuerza, se vuelven particularmente difíciles de llevar, ¡a pesar de que la tendencia natural debida al modo en que se expresan es hacer precisamente eso!

Los planetas retrógrados son unos de los principales causantes de los problemas sexuales en el mundo actual. La riqueza y satisfacción sexuales se basan casi por completo en la conciencia de dos individuos que se encuentran y armonizan en todos los niveles del espacio y del tiempo. El individuo que tiene un planeta retrógrado influyendo en su sexualidad no puede experimentarla en total armonía. Dado que siempre se encuentra en una u otra fase retrógrada, sus percepciones espacio-temporales le impiden experimentar el aquí y el ahora. Los hombres con Venus retrógrado tienden, en lo más profundo de su ser, a sentirse mejor evitando al sexo opuesto. 


Al mismo tiempo, las mujeres con Marte retrógrado experimentan dificultades similares al relacionarse con los hombres. Cuando Mercurio o Urano aparecen como planetas retrógrados, una sobreactividad del triple proceso retrógrado en el plano mental trastorna la sexualidad. En estos casos, el individuo se encuentra demasiado activo mentalmente como para sentir una riqueza sexual equilibrada en su contexto físico y emocional. Cuando Plutón es retrógrado, la actividad sexual se basa en recuerdos de anteriores vidas sexuales enterradas en el más profundo del inconsciente. Así, mientras un individuo vive el presente, su naturaleza sexual puede reflejar las preferencias y moralidad a las que estaba acostumbrado en un periodo anterior, y generalmente menos evolucionado, de la historia. Es importante señalar aquí que la heterosexualidad normal arranca de un estado magnético, sumamente polarizado, de energías opuestas que tienden a la neutralidad en su culminación. La homosexualidad, o el experimentar dificultades con el sexo opuesto, es el resultado de energías de neutralidad semejante que atentan contra la sexualidad estableciendo una serie polarizada de energías magnéticas opuestas. Ya que éstas se atraen, es obvio que el ser homosexual debe crear más de una necesidad para expresar su sexualidad, mientras que en los heterosexuales ello puede acarrear una mayor satisfacción gracias a la neutralización de energías. Ahora, no hay duda de que un individuo puede tener planetas retrógrados y no ser homosexual. Pero el individuo que experimenta una influencia retrógrada en su sexualidad tiene que pasar por las tres fases retrógradas. En la primera fase, sobrereacciona ante la expectativa de verse involucrado en una relación sexual, sobre todo precoz y desproporcionadamente, de acuerdo con la realidad futura. Luego, es atrapado en la vibración cruzada de la segunda fase, donde el acto se transforma en algo así como un fraude, puesto que ya lo ha experimentado en la conciencia (y en algunos casos incluso puede ser impotente porque ha consumido demasiado energía esperando). Finalmente, se asusta a si mismo durante la tercera fase, en lo que se da cuenta de que ha sobrepasado sus propios limites; y entonces, tímidamente, vuelve sobre sus pasos hacia si mismo. Literalmente, ha pasado de una extroversión durante la primera fase a una total introversión durante la tercera fase. En muchos casos, el fracaso sexual, sea homosexual o heterosexual, se debe a este tipo de influencia retrógrada. Si el triple proceso retrógrado, que causa deformaciones de espacio y tiempo, no bastara para confundir al individuo con muchos planetas retrógrados, existe aún otro factor bastante común: el replegamiento de las energías que, por naturaleza, se proyectan hacia el exterior.

 Cuantos más planetas retrógrados tiene un individuo, más crece su introspección, y más desarrolla en su interior otra vida diferente que, a menudo, puede oponerse a la que tiene que exteriorizar en bien de la sociedad, cuya aceptación necesita. Todo lo que comprende sobre si mismo y sobre el mundo está frecuentemente más allá del conocimiento de los demás. Cuando las energías que normalmente se proyectan hacia el exterior se vuelven hacia dentro, el individuo empieza a personalizar el universo fuera de si mismo. De algún modo le cuesta distinguir realmente dónde termina él y dónde empieza el universo exterior. En consecuencia, a menudo se hace daño a si mismo al tomar para sus adentros más de lo que debe. Al comprobar sus sentimientos hacia el entorno, va construyendo un muro a su alrededor. Entonces, una vez recluido tras ese muro, corta en seco con sus problemas, pero no puede comunicar necesariamente lo que sabe a quienes viven en el mundo exterior del que ha decidido apartarse. Su contacto más fuerte con la sociedad se produce durante la primera fase, en la que se proyecta a si mismo en un intento de alcanzar, más adelante y más allá, su experiencia de la vida cotidiana.

fuente:  astrologiapsicologiaholistica **Los dioses de la sincronicidad


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