viernes, 5 de marzo de 2010

Plutón en la Casa VI I


Estas personas han venido aprendiendo lecciones acerca de lograr una comprensión objetiva de uno mismo y comprender la propia individualidad dentro de un contexto social, como también otras relativas al equilibrio, la escucha y la relatividad. Estas personas han tratado de captar la realidad de los demás tal y como existe para cada uno de ellos, y al hacerlo, han aprendido a dar, de acuerdo a lo que el otro necesita en base a su propia realidad y circunstancias. Con esto, han sabido llegar a establecer relaciones de igual a igual. A fin de realizar su propósito evolutivo, estos nativos se han visto involucrados necesariamente en una amplia gama de relaciones interpersonales, lo cual les ha dado acceso al conocimiento de variados sistemas de valores, esquemas intelectuales y emotivos, así como creencias de tipo espiritual. A través de este intercambio, ellos han estado aprendiendo a comprender su propia individualidad, mediante la comparación y evaluación de las relaciones que han tenido con otros. En otras palabras, gracias a los demás, han podido llegar a comprender lo que son ellos mismos. En pasadas existencias han conocido ya la lección fundamental de objetividad y su contraste con la subjetividad. Bajo la experiencia de la Casa 7 y el signo de Libra el individuo estará preparado para relacionarse con otros sobre una base de igualdad, en lugar de asumir una actitud dominante o subordinada a ellos. Estos nativos han experimentado en su pasado y sentirán al llegar a esta vida una necesidad apremiante de establecer relaciones con otras personas, la cual está basada en el deseo de perfeccionarse a través de tales relaciones, uniendo su vida a las vidas de otros. Para aquellos que no han logrado aprender bien la lección de igualdad en las relaciones, será necesario seguir aprendiéndola a través de muy variadas formas de relación, tomando datos y enfoques de gentes muy diversas. Tal situación les va a obligar a escuchar objetivamente a otros, para saber cómo relacionarse con ellos. Un problema latente basado en sus anteriores esquemas es que al haber estado involucrados en demasiadas relaciones, estos nativos pueden retener un recuerdo inconsciente de distintos valores y puntos de vista, perdiendo un poco el enfoque de la propia individualidad. Cuando esto sucede, el nativo podría volverse compulsivamente dependiente en cuanto a opiniones, consejos o conocimientos de otras personas, como un medio para poder determinar ellos mismos quiénes son o qué deberían hacer con sus vidas. Bajo esta situación condicionante, el nativo no podrá relacionarse consigo mismo sino a través de los demás, no estará a gusto a menos que haya otros a su alrededor. Al perder la noción de su individualidad, se sentirá atraído en forma subconsciente por otras personas aparentemente fuertes, estables y seguras de sí mismas, que tienen la habilidad (y quizá la necesidad) de guiarlo y controlar su formación y desarrollo. En los casos graves, la persona va a satisfacer exclusivamente las necesidades del otro, dejando a un lado las suyas propias. Por su parte, la otra persona podría manipular la dinámica de la relación, haciendo creer al nativo que está colmando sus necesidades. En efecto, el nativo estaría en esta circunstancia respondiendo a las necesidades del otro, a deseos, opiniones, valores y creencias ajenas que él siente como propias. Es un estado de total dependencia puesto que necesita al otro para satisfacer sus propias necesidades y deseos y para validar sus ideas y valoraciones personales, convirtiéndose él mismo en una extensión de una realidad o identidad externas (efecto de alter-ego). Otro camino de comportamiento es cuando el nativo se convierte en la persona dominante y puede atraer en forma inconsciente a quienes tengan necesidad de respuestas, consejo, amor o simplemente compañía. Esta dinámica puede llevar al nativo a una postura de dominio emocional en las relaciones, manipulando en forma compulsiva la relación para hacer sentir a los demás que él es necesario para que puedan estar bien o colmar su necesidad de amor. Bajo esta situación, el nativo con Plutón en la Casa 7 va a imponer sus propios valores, ideas y creencias sobre los demás, de tal forma que ellos se identifiquen con todos sus esquemas como si fueran propios. En ambos casos, la persona estará aprendiendo cómo acceder a la socialización ya que las lecciones de igualdad y equilibrio no fueron bien entendidas en el pasado. Es frecuente que el nativo haya vivido problemas kármicos con personas muy variadas y, bajo cualquiera de las dos condiciones inarmónicas mencionadas, habría tenido que retirarse o reaccionar a estas disonancias a través de sus necesidades evolutivas. En las dos situaciones descritas, esta reacción puede manifestarse de tres formas distintas: 1. El nativo abandona a su pareja puesto que las necesidades que dieron lugar a la relación se hallan satisfechas. Tal situación genera nuevos comienzos y por consiguiente, el deseo de una nueva relación. Este proceso de abandono, no es necesariamente fácil y positivo, ya que a menudo la pareja no acepta que la relación tenga que terminar, ni tampoco las razones que el nativo le presenta, de modo que el final deja a esta pareja sin comprender del todo porqué ha terminado la relación. Esta situación no resuelta genera un karma que deberá compensarse tarde o temprano con esta persona. 2. La pareja abandona al nativo con Plutón en la Casa 7,por percibir que la relación ya no es necesaria, o que no está obteniendo lo que esperaba de ella. Sus necesidades ya han sido colmadas, pero no ocurre así con las del nativo, quien sentirá que algo se deja por resolver. En este caso, también se va a generar un karma que tendrá que compensarse algún día. con la otra persona. 3. Ambas partes de la relación se tornan dependientes uno del otro, bajo cualquiera de las formas extremas antes mencionadas. El grado de dependencia es tan alto, que impide todo crecimiento a ambos. Con esta situación, los roles de ambos podrían verse intercambiados en forma cíclica dentro de la relación, o bien ambos pueden permanecer polarizados en posiciones extremas fijas. Uno de ellos sería la parte dominante y el otro el subordinado o alter-ego. A veces, uno de los dos tendrá que salir forzosamente de la relación llegando incluso a la muerte. Esta eliminación forzada va a generar un crecimiento individual para ambos, a través de un intenso dolor, remordimiento y reflexión acerca de la propia existencia de cada uno de ellos y la naturaleza de sus relaciones. En este caso, ninguna de las partes estaba preparada para terminar la relación y al dejarla sin resolver, es obvio que tendrán que volver a encontrarse más adelante. Las reacciones anteriores frente al desequilibrio de la relación, tienen por objeto reforzar en el individuo las lecciones de igualdad, equilibrio y relatividad. En cualquier caso, el desequilibrio de la relación atraerá una necesaria confrontación, bien sea entre ambas partes o en el interior del individuo con Plutón en la Casa 7, viéndose obligado a examinar la naturaleza de cada dificultad o conflicto dentro de sí mismo, dentro de la relación y dentro del otro. La función de estas confrontaciones va dirigida a reforzar todos estos aprendizajes y a minimizar la dependencia del nativo respecto a los demás, superando la dependencia del nativo respecto a los demás, superando la tendencia a endiosar a otra persona, y permitiéndoles evitar ser endiosados por parte de otros. En el curso de su actual lección evolutiva aprenderán cuándo dar y cuándo no dar. En ciertas circunstancias, deberán aprender a suprimir la entrega a otras personas, en el caso de que estas últimas retornen a pedir más, sin haber trabajado lo que les fue entregado anteriormente. Al aprender a no dar, bajo estas circunstancias, los nativos podrán conocer la forma de parar la dependencia de otras personas sobre ellos mismos. En forma semejante, aprenderán a recibir aquello que les está siendo ofrecido sin volverse dependientes en relación a quienes se lo ofrecen. Examinando la condición específica kármica/evolutiva en cada Tema natal, podremos conocer la forma en que el nativo ha venido relacionándose anteriormente, hacia qué tipo de personas se ha visto atraído y porqué razones. Respecto a la Casa 7, los puntos opuestos son Casa 1 y Aries, señalando que el propósito evolutivo actual del nativo es aprender la forma de tomar sus propias orientaciones y decisiones en la vida, sin depender para ello de las opiniones, consejos o permiso de otros. En efecto, el nativo irá progresivamente al encuentro de sí mismo, a fin de realizar plenamente su propio destino, con una dependencia mínima respecto a los demás. Pero la influencia de este punto opuesto a Plutón no implica que el nativo tenga que convertirse en una persona solitaria, o vivir sin una relación íntima. La intención es hacer que el individuo sepa responder o suplir a sus propias necesidades, llevando al mínimo la expectativa de que se las resuelvan los demás. Debe aprender a estar solo y a efectuar sus propias decisiones, iniciando por su cuenta las acciones necesarias para desarrollar plenamente su individualidad. También es preciso que aprenda a equilibrar su propia necesidad de estar solo con la necesidad opuesta (de compañía), llegando a conducirse de una forma nueva en sus relaciones, y no conformando su conducta a la norma considerada como "correcta" socialmente, alentando y sustentando la necesidad de independencia en su pareja y seleccionando a este entre aquellos que tienen el coraje de vivir por sus propios medios. En la medida que las lecciones evolutivas se van asumiendo, el nativo con Plutón en la Casa 7 estará en condiciones de dar más a otras personas, identificando la realidad tal como la perciben quienes se cruzan en su camino, de modo que puede darles exactamente lo que ellos necesitan, sabiendo cuándo dar y cuándo no. Tales lecciones les habilitarán para participar en la relación de forma no dependiente, alentando a la vez la independencia del otro y encontrando un equilibrio sea cual fuere la situación externa que se les presente. Con ello, dejarán de correr el riesgo de verse perdidos al captar gran diversidad de valores, ideas y creencias sustentadas por otros. Aprenderán en fin, a captar la diversidad de la naturaleza humana y a reconocer su propia y única individualidad, lo cual se traducirá más adelante en el don que podrán ofrecer a los demás, alentándoles a ser ellos mismos y a descubrir su propia individualidad. A partir de la Casa VII, el niño aborda, tras autoafirmarse a través de los otros, el tercer impulso vital: la participación. Para poder participar con los demás, tenemos que tener recorrido ya el largo camino del respeto hacia uno mismo, y así poder respetar a los demás. De esta manera, en la Casa VII comenzamos a dar salida a nuestro instinto de clan: ponemos al servicio de los otros los conocimientos que hemos ido adquiriendo. La capacidad de ponerme en el lugar del otro, de entender sus razones, es el primer paso del proceso en el quie el Yo ya no cuenta más que el Tú. Así, la Casa VII es la casa de la comprensión y del conocimiento del otro. Por tanto, no es extraño que quienes tienen a Plutón aquí emplazado, a la larga se vean convertidos en asesores de los demás. La presencia de Plutón en la VII indica que el niño ha sido testigo de un entorno lleno de problemas en los que los Mayores estaban abrumados por la preocupación: el niño sintió esa pequeñez (y grabó esos sentimientos como "su propia pequeñez"), y sintió también su impotencia para aportar algo útil a ese entorno angustiado. Como reacción, se desarrolla en él un miedo a la inutilidad que se caracteriza con Plutón con su ya consabida Persistencia. Esta persona va a tratar de ser imprescindible por todos los medios. Algunos autores hablan de impulsos sádicos con Plutón en la VII. Aunque en realidad la explicación es mucho menos lúgubre pero no menos destructora: Plutón en la VII necesita que el Otro le necesite, es decir, necesita que el Otro esté mal para así poder poner en marcha su angustiante necesidad salvadora. De ahí que esta táctica haga sentir al Otro, al "salvado" un angustiante y agobiador proceso destructivo que le obliga a su vez a "salvarse" de su salvador. De ahí la fama de Plutón en la VII como destructor de parejas. En una de sus muchas vertientes positivas, es obvio que este emplazamiento confiere a la persona la capacidad de profundizar como pocos en los Otros y en una relación, y por tanto, de enraizar la base de relaciones muy duraderas. Es un transformador de personas, pero para ello ha debido superar sus miedos a ser prescindible, y encontrar su propia profundidad.

http://www.infiniticonsultores.com/acrux/0060_02.html

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