Simboliza los siguientes asuntos: la muerte física, el suicidio, el tipo de muerte, la muerte de algún ser querido, las herencias, cambios importantes en el modo de ver la vida, pruebas fuertes experimentadas, comportamiento sexual, afán de autoperfeccionamiento, ciencias ocultas, esoterismo, muerte, testamentos, la degeneración de las facultades, la regeneración, la Iniciación, el despertar de la conciencia por el sufrimiento, las crisis internas, riquezas y tesoros espirituales, profundización en el conocimiento del ego, tipo de actitudes sexuales internas, las capacidades espirituales, el sadismo, el instinto, el afán autodestructivo, el afán regenerativo, los asesinatos, los entierros, metamorfosis del yo, energía dedicada a la autotransformación, etc.
ANALOGIAS ESENCIALES:
Muerte física, pruebas psíquicas, experiencias duras, crisis internas, hallazgos internos, conceptos íntimos de la sexualidad, legados y testamentos, ciencias ocultas e Iniciación.
SIGNIFICADO ESOTERICO:
Esta casa es verdaderamente trascendental. En ella observamos qué métodos usa el hombre para transformarse y sublimar sus facultades así como, también, para hundirse en la más instintiva degeneración de su ser. El camino desde la autodestrucción hasta la autorregeneración está en la casa VIII. Esta zona del horóscopo es muy profunda y oculta, encontrándose en ella el despertar de las potencialidades latentes del ser humano.
Significa: morir a un estado psíquico para renacer en otro superior.
La CASA OCTAVA es la que tiene relación con el signo del Escorpión, el cual a su vez se coordina astrológicamente con el elemento agua, la cualidad fija, las casas kármicas, las casas de la constancia, Plutón en domicilio, Marte en corregencia, Neptuno en exaltación, Venus en exilio y la Luna en caída.
Como ya sabemos, esta es la casa de los procesos intensos de autotransformación, del ocultismo, de la psicología sexual, de los puntos del carácter que generan evolución o involución intensas, de la muerte física, de la muerte psíquica, etc.
Plutón nos habla en esta casa de que todos los asuntos de ésta, constituyen aspectos de la vida que son lentamente y de manera oculta trabajados durante un tiempo, hasta que al final se manifiestan los resultados de forma brusca. Es la típica trayectoria de Plutón, la cual viene muy bien resumida en su símbolo, en el cual la voluntad circular hace lo posible y lo imposible por vencer la barrera horizontal de la inercia.
Durante ese tiempo no se observa nada externamente, pero cuando esa fuerza acumulada encuentra una vía de salida, surge con tremenda fuerza, para bien o para mal.
La psicología sexual humana se manifiesta de igual manera: se produce una acumulación del nivel de energía y luego una relativamente rápida descarga de la misma, lo cual no quiere decir que en sí esta función no sea duradera. Es decir, tanto la más fiel pasión amorosa como la más instintiva obsesión, vuelven a crecer en un ciclo día tras día y año tras año.
Plutón, en todos los temas relacionados con la casa ocho, indica que se encuentran en juego potentes fuerzas invisibles, con las que sobre todo no es conveniente jugar de manera poco meditada. Así, este planeta es el que da la entrada (y también la salida) a los infiernos. Por supuesto que nos estamos refiriendo a infiernos desde el punto de vista psíquico, y no como lugar físico simbólico.
Plutón conecta con las más profundas raíces de la energía humana, tanto como fuerza capaz de cambiar todo lo que está torcido, como potencia que puede degenerar en autodestructiva e involutiva.
Plutón a través de la casa octava es la representación viva de la toma de contacto con nuestras raíces, tanto animales como divinas.
Marte es el planeta que pone una carga de dinamismo externo en los asuntos regidos por esta casa. Así, si la casa ocho es la trasformación evolutiva del carácter y de la psiquis, Marte proporciona la clave de que para ganarse un verdadero cambio existencial es precisa la acción y el aprendizaje mediante ensayo y error. A la vez, los instintos humanos pueden ser tanto la base del trabajo de esta casa como la perdición, dependiendo de si son controlados creativamente o no.
Es lógica la exaltación del elevado y psíquico Neptuno en este sector terrestre. No cabe duda de que el ser humano se libera o se encadena dependiendo del estado de su nivel subconsciente.
Este área terrestre es propicia para bucear en los mundos internos, lo cual ha de hacerse equilibradamente, ya que Escorpión es indicativo de extremos.
Tanto la depresión como la elevación psíquica se encuentran abanderadas en el signo octavo por el planeta Neptuno.
El exilio de Venus es la posibilidad de que se pierda el sentido de la estética y de la finura si los instintos toman rienda suelta de manera desenfrenada. A la vez, lo apasionado y sensual entra en la casa octava.
La caída de la Luna no deja de ser al inicio un poco confusa para el estudiante de la Cosmopsicología, ya que ella es un astro afín en principio al elemento agua. Por una parte, significa que el sentimentalismo no tiene cabida para las drásticas revoluciones internas del signo del Escorpión.
Por otro lado, la Luna es la ensoñación y la dulcificación imaginativa de las experiencias, pero el signo del Escorpión prefiere por lo general ver la realidad en carne viva, sin aditivos.
En cuanto al tema de la muerte física es interesante estudiar algunos puntos a la luz de lo explicado. Por ejemplo, de acuerdo a Plutón, la muerte física es la acumulación de toda una serie de energías involutivas: hay quien ha dicho que el hombre no muere, sino que se mata. Es decir, muchas veces se necesita ser bastante constante para llegar a enfermar al cuerpo de manera irremediable. Por otro lado, podemos añadir que tanto la caída de la Luna como el exilio de Venus vuelven a poner al estómago y a los riñones sobre el tapete en cuanto a la preservación de la salud y de la vida: ÀÀla alimentación!.
No deja de ser digno de observación que cuando la muerte se acerca, Neptuno hace relativamente frecuente una cierta necesidad espiritual o mística en muchas personas, que incluso antes siempre habían sido escépticas. Igual pasa cuando debido a pruebas fuertes de la vida, se ha producido una regeneración o degeneración completa de la persona.
Marte nos da un punto de prudencia, y es el hecho de la vulnerabilidad de nuestro cuerpo físico, ya que este planeta es el que tiene que ver con los accidentes. Una simple caída de una silla colocando una lámpara puede ser motivo de enormes molestias físicas y limitaciones.
En cuanto al ocultismo y el trabajo interior, se puede decir que Plutón no es un astro excesivamente intelectual, pero sí enormemente vivencial, o dicho de otra manera, muy identificado con sus experiencias, casi como la máxima realidad. Por ello, lo que nos aporta el introspectivo Plutón es el hecho de que para penetrar en los Arcanos ocultos hay que descubrirse a sí mismo a través de todas las experiencias que aporta la vida.
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