domingo, 27 de septiembre de 2009

CASA ASTROLOGICA IV


Sus significados son: la infancia familiar, la infancia, la familia natal, los padres, el ambiente familiar, el tipo de lazos familiares, la actitud hacia los padres, la actitud de los padres hacia la persona, la tradición familiar, la pobreza o riqueza de la familia paterna, la patria, la actitud del sujeto respecto a la patria, la influencia de la familia en la vida propia, la época de la vida en que se depende de los padres, el padre en un horóscopo masculino, la madre en una carta natal femenina, la herencia psíquica, el último período de la vida, la vejez, el domicilio, la herencia biológica, las costumbres familiares, los antepasados, los ancestros psíquicos, etc.

ANALOGIAS ESENCIALES:

Hogar paterno, el padre en la carta natal de un hombre, la madre en la carta de una mujer, la herencia psíquica y biológica, la parte de la vida en que se depende de los padres; la infancia y la vejez.

SIGNIFICADO ESOTERICO:

Esta es una casa de las más profundas pues, la familia en la que se nace, viene dada por el karma de vidas anteriores y sirve para la superación de ciertas tendencias psíquicas. La primera etapa de la vida, en la cual se depende de los padres, está influenciada por esta casa, la cual puede ser un sustento para el desarrollo concreto del resto de la vida o, por el contrario, si ha habido malas experiencias, puede ser un estímulo en la lucha por la vida o un obstáculo de difícil solución. Las relaciones entre los padres se observan en esta casa, especialmente las que más afectan al niño, pues no hay que olvidar que cada progenitor tiene su propia carta natal. Ya que al recién nacido le vienen dados sus padres de forma kármica, a través de las experiencias del niño o del adolescente con ellos se vislumbran los ancestros psíquicos del interpretado, los cuales se pueden remontar a vidas anteriores.

Si la persona durante su vida no ha fortalecido suficientemente la casa X (opuesta a la IV), la cual representa el anclaje social, se produce una regresión a la casa IV en el último período de la vida (vejez), volviendo el anciano a "ser un niño" y a "vivir de recuerdos". La casa IV también representa la herencia psíquica o biológica heredada de los padres, tanto beneficiosa como problemática o patológica.

Hay un eje casa X - casa IV en el que se suele considerar que la IV representa al padre y la X habla de la madre, en el horóscopo de un varón. En la carta natal de una mujer es al revés: la casa IV es la madre y la X es el padre. Esto de todos modos no es definitivo, puesto que hay mayores complicaciones que se estudiarán en la interpretación.


La CASA CUARTA se conecta con la familia paterna y todas las cuestiones kármicas que a través de ella se manifiestan, tanto armónicas como desarmónicas; la herencia psíquica y biológica; la figura del padre o de la madre; la primera parte de la vida, especialmente la infancia y ,en general, la fase en la que la persona está viviendo con sus padres; la última parte de la vida o la vejez; el lugar de nacimiento; los bienes que la persona pueda tener por haber nacido en tal o cual familia, etc.

El signo del Cangrejo es el que afina con esta casa y, a la vez, se relaciona con el elemento agua, la cualidad cardinal, las casas psíquicas, la regencia de la Luna, la exaltación de Júpiter, el exilio de Saturno y la caída de Marte.

Veamos qué interesantes conclusiones podemos obtener de esta relación de analogías. La Luna nos transmite la idea de que unas da las mayores influencias que se asimilan durante la infancia son precisamente las que rige este planeta astrológico: la alimentación, el período de gestación, la memoria inconsciente y los afectos.

Por supuesto que la Luna nos manifiesta dos polos en cualquiera de los asuntos anteriores: la polaridad dual, caprichosa y a la vez de apegos paralizantes, y la parte de dulzura, afectos cristalinos y protección equilibrada.

Tanto de un lado como de otro, lo que sí es claro desde el punto de vista cosmopsicológico es que, especialmente el período de la infancia, está marcado fundamentalmente por la asimilación y la nutrición, tanto desde la perspectiva física como de la psíquica. Ello significa que se ha de cuidar especialmente todos aquellos nutrientes físicos y psíquicos que se proporcionan al niño.

La exaltación de Júpiter es el indicativo de la necesidad de una adecuada socialización y de una figura paterna generosa, humana y alegre. En el caso de la Luna lógicamente la madre constituye la parte más afín a la vibración de este planeta.

Marte tiene su caída en este sector zodiacal y representa en tal posición el peligro de una educación paralizadora de las iniciativas del niño que se está formando. A la vez, se debe de dar salida creativa a la agresividad y la susceptibilidad que puede caracterizar algunas etapas.

El exilio de Saturno da la voz de alarma ante un planteamiento educativo que resulte rígido y basado en el materialismo. Como complemento, Saturno expresa la conveniencia de que el joven poco a poco vaya tomando contacto con la realidad externa, a la vez que ejerciendo responsabilidades ante ella.

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