jueves, 16 de agosto de 2012

EL DESEQUILIBRIO DEL AGUA




Demasiado poco énfasis sobre el elemento Agua puede manifestarse como una vasta gama de problemas psicológicos, emocionales y físicos. La mayor parte de la gente con falta de armonización de Agua tienen gran dificultad para introducirse en los sentimientos de los demás con empatía y compasión, lo mismo que para entrar en contacto con sus propios sentimientos y necesidades emocionales. Esto no significa que en todos los casos carezcan de sensibilidad, sino que inevitablemente tienen problemas al ocuparse de sus propios sentimientos; el mundo de las emociones les parece tierra extraña con grandes peligros que es probable que sean más molestos que beneficiosos. En casos extremos, uno encuentra con este desequilibrio a personas frías, reservadas y insensibles. Tales personas se destacan por su falta de simpatía y raras veces tienen buenas relaciones emocionales con los demás. Tienden a desdeñar los sentimientos de los demás como carentes de importancia, incapaces de ver en los demás lo que no pueden aceptar en ellas mismas. En su intento por ser emocionalmente autosuficiente, niegan a menudo y por completo su naturaleza emocional, lo cual podrá inducir una dependencia particularmente inconsciente de los demás que expresen sus sentimientos. Una falta del elemento Agua se manifiesta también como desconfianza innata hacia el conocimiento intuitivo. De hecho, en algunos casos, el principal problema emocional de estas personas es que no confían en ellas mismas, puesto que desechan con facilidad sus sentimientos como fastidiosos y sin importancia. Sin embargo, como lo señalara Jung en todos sus escritos, aquello a lo que se le niegue acceso consciente sigue influyendo sobre el individuo de algún modo, pero a través de procesos inconscientes. Las personas que carecen de Agua resistirán muy a menudo a todos los esfuerzos de los demás por sacarlas de su vacío emocional, mientras que, al mismo tiempo, harán gestos semiconscientes, como a tiendas, en procura de los demás, lo cual revelará su aislamiento, su miedo y su aflicción interior. Los que tienen este desequilibrio en sus mapas podrán lograr una medida de estabilidad emocional dejando que, con lentitud, el aparentemente interminable estanque de los sentimientos salga a la superficie, liberando así el dolor y el sufrimiento acumulados que negaran durante largo tiempo. Estas personas parecen temer fanáticamente el dolor, y el resultado es su desdén hacia las necesidades emotivas les asegura que experimentarán más dolor. En el nivel físico, una falta de Agua se manifiesta casi siempre como un perturbación física más bien grave, habitualmente debida, en gran parte, a excesiva toxicidad. El elemento Agua es la energía que limpia, cura y purifica, y los que carecen de él permiten envenenarse lentamente por la acumulación simultánea de productos de desecho emocionales y físicos. Tal estado tóxico podrá expresarse a través de una variedad interminable de síntomas, pero la terapia que se necesita es, por lo general, la misma para todos: una completa purificación física y emocional. Los que tienen un énfasis excesivo sobre el elemento Agua pueden sentirse como lanzados a la deriva en mar abierto en un botecito sin timón, vela, remo ni brújula. Por lo común, influye sobre ellos con facilidad cualquier viento que sople, volviéndolos muy impresionables y, a menudo, a merced de pautas emotivas sobre las que no tiene control. La mayoría de la gente con este desequilibrio es extremadamente sensible a cualquier experiencia, lo cual podrá inducir una intuición profundamente penetrante o una sobre-reacción al más ligero estimulo. Si las emociones están totalmente fuera de control y si la persona funciona habitualmente en un estado de aprensiva autoprotección, los miedos, las negativas pautas de reacción y la timidez podrán desvitalizarla con facilidad. El ser abrumado por las emociones como una experiencia de la vida diaria desgasta en última instancia a cualquiera, y el hecho de que estas personas se sienten a menudo incapaces de imponerse a las tensiones en su trato con el mundo externo puede acuciarlas a recogerse en su vida interior o a escapar de los desafíos de la vida. Más que cualquier otro elemento, los que tienen demasiado énfasis sobre el Agua tienden a irse a los extremos de conducta, y por ello es difícil efectuar generalizaciones que sean ciertas para todas las personas de esta categoría. Sin embargo, es evidente que los que tienen esta combinación en sus mapas tienen la potencialidad para expresar con plenitud las supremas cualidades espirituales: amor, compasión, devoción y simpático auxilio. Los que alcanzaron este nivel de autoexpresión pertenecen decididamente a la minoría. En el nivel físico, un gran énfasis sobre el elemento Agua indica que el cuerpo está eliminando siempre venenos, tanto toxinas físicas como residuos emocionales. La eficiencia de este proceso de purificación depende, sin embargo, de cuán consciente esté la persona de sus necesidades emocionales.

FUENTE :astrologiapsicologiaholistica.los dioses de la sincronicidad


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