Demasiado
poco énfasis sobre el elemento Agua puede manifestarse como una vasta
gama de problemas psicológicos, emocionales y físicos. La mayor parte de
la gente con falta de armonización de Agua tienen gran dificultad para
introducirse en los sentimientos de los demás con empatía y compasión,
lo mismo que para entrar en contacto con sus propios sentimientos y
necesidades emocionales. Esto
no significa que en todos los casos carezcan de sensibilidad, sino que
inevitablemente tienen problemas al ocuparse de sus propios
sentimientos; el mundo de las emociones les parece tierra extraña con
grandes peligros que es probable que sean más molestos que beneficiosos.
En casos extremos, uno encuentra con este desequilibrio a
personas frías, reservadas y insensibles. Tales personas se destacan por
su falta de simpatía y
raras veces tienen buenas relaciones emocionales con los demás. Tienden
a desdeñar los sentimientos de los demás como carentes de importancia,
incapaces de ver en los demás lo que no pueden aceptar en ellas mismas.
En su intento por ser emocionalmente autosuficiente, niegan a menudo y
por completo su naturaleza emocional, lo cual podrá inducir una
dependencia particularmente inconsciente de los demás que expresen sus
sentimientos. Una falta del elemento Agua se manifiesta también como
desconfianza innata hacia el conocimiento intuitivo. De hecho, en
algunos casos, el principal problema emocional de estas personas es que
no confían en ellas mismas, puesto que desechan con facilidad sus
sentimientos como fastidiosos y sin importancia. Sin embargo, como lo
señalara Jung en todos sus escritos, aquello a lo que se le niegue
acceso consciente sigue influyendo sobre el individuo de algún modo,
pero a través de procesos inconscientes. Las personas que carecen de
Agua resistirán muy a menudo a todos los esfuerzos de los demás por
sacarlas de su vacío emocional, mientras que, al mismo tiempo, harán
gestos semiconscientes, como a tiendas, en procura de los demás, lo cual
revelará su aislamiento, su miedo y su aflicción interior. Los que
tienen este desequilibrio en sus mapas podrán lograr una medida de
estabilidad emocional dejando que, con lentitud, el aparentemente
interminable estanque de los sentimientos salga a la superficie,
liberando así el dolor y el sufrimiento acumulados que negaran durante
largo tiempo. Estas personas parecen temer fanáticamente el dolor, y el
resultado es su desdén hacia las necesidades emotivas les asegura que
experimentarán más dolor. En el nivel físico, una falta de Agua se
manifiesta casi siempre como un perturbación física más bien grave,
habitualmente debida, en gran parte, a excesiva toxicidad. El elemento
Agua es la energía que
limpia, cura y purifica, y los que carecen de él permiten envenenarse
lentamente por la acumulación simultánea de productos de desecho
emocionales y físicos. Tal estado tóxico podrá expresarse a través de
una variedad interminable de síntomas, pero la terapia que se necesita
es, por lo general, la misma para todos: una completa purificación física y
emocional. Los que tienen un énfasis excesivo sobre el elemento Agua
pueden sentirse como lanzados a la deriva en mar abierto en un botecito
sin timón, vela, remo ni brújula. Por lo común, influye sobre ellos con
facilidad cualquier viento que sople, volviéndolos muy impresionables y,
a menudo, a merced de pautas emotivas sobre las que no tiene control.
La mayoría de la gente con este desequilibrio es extremadamente sensible
a cualquier experiencia, lo cual podrá inducir una intuición
profundamente penetrante o una sobre-reacción al más ligero estimulo. Si
las emociones están totalmente fuera de control y si la persona
funciona habitualmente en un estado de aprensiva autoprotección, los
miedos, las negativas pautas de reacción y la timidez podrán
desvitalizarla con facilidad. El ser abrumado por las emociones como una
experiencia de la vida diaria desgasta en última instancia a
cualquiera, y el hecho de que estas personas se sienten a menudo
incapaces de imponerse a las tensiones en su trato con el mundo externo
puede acuciarlas a recogerse en su vida interior o a escapar de los
desafíos de la vida. Más que cualquier otro elemento, los que tienen
demasiado énfasis sobre el Agua tienden a irse a los extremos de
conducta, y por ello es difícil efectuar generalizaciones que sean
ciertas para todas las personas de esta categoría.
Sin embargo, es evidente que los que tienen esta combinación en sus
mapas tienen la potencialidad para expresar con plenitud las supremas
cualidades espirituales: amor, compasión, devoción y simpático auxilio.
Los que alcanzaron este nivel de autoexpresión pertenecen decididamente a
la minoría. En el nivel físico,
un gran énfasis sobre el elemento Agua indica que el cuerpo está
eliminando siempre venenos, tanto toxinas físicas como residuos
emocionales. La eficiencia de este proceso de purificación depende, sin
embargo, de cuán consciente esté la persona de sus necesidades
emocionales.
FUENTE :astrologiapsicologiaholistica.los dioses de la sincronicidad
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