domingo, 18 de octubre de 2009

PLUTON EN LA CASA XII



Al contrario que en la casa 11, en la casa 12, si bien la persona está orientada hacia
«el otro lado», a veces está motivada por «este lado». En estas dos casas las energías
fluyen en direcciones opuestas. Aquí, Plutón quiere encontrar el camino de regreso a
la fuente del ser. De nuevo nos encontramos con el tipo de persona cuyo grado de
madurez espiritual es decisivo para determinar si busca algo totalmente más allá de lo
comprensible, esto es, un «gran tú», o si lo que quiere es explorar su parte
desconocida. Normalmente, un Plutón en una posición favorable pasa por ambas
fases; primero descubre al «gran tú» y después, finalmente, resulta que en realidad ha
encontrado su fuente original, una fuente con la que se puede identificar.
Con Plutón en la casa 12 también puede ocurrir que la persona se construya su propio
«reino espiritual» secreto: un espacio interior a donde pueda retirarse cuando las
condiciones de la vida exterior no sean favorables. En este «mundo ficticio» la
persona se cree capaz de todo y, al mismo tiempo, se siente incomprendida por el
mundo. En esta esfera interior se refugia de la dureza del mundo. Pero la huida hacia
lo espiritual no es nunca la forma correcta de solucionar los problemas, puesto que lo
único que se consigue es llegar a un mundo de ilusión y no a una verdadera
espiritualidad. Poder diferenciar estas dos cosas presupone un autoconocimiento
profundo por parte de la persona, de manera que no se engañe fácilmente. El
cumplimiento de esta exigencia ya requiere un alto nivel de madurez personal.
Plutón en la casa 12 siempre indica una religiosidad intensa. En qué grado es
consciente, cómo se formula y qué comportamiento conlleva como consecuencia, es
distinto en cada individuo. Así pues, de forma indiferenciada para la conciencia,
existe un profundo sentimiento o presentimiento de religiosidad que ejerce una intensa
atracción. Si desde el punto de vista intelectual esto queda indiferenciado,
probablemente lleve a la afiliación a alguna entidad religiosa. Entonces, la persona
aceptará las normas de comportamiento de la comunidad a la que se haya afiliado y se
someterá a ellas sin criticarlas. De este modo, la naturaleza especial de la religiosidad
de estas personas puede estar parcial o totalmente limitada puesto que, con su
«adaptación», pueden dejar de funcionar libre y espontáneamente.
Cuanto mayor es la capacidad de diferenciación y cuanto más se concentra la persona
en esta temática e intenta penetrar en ella intelectualmente, menos se da el caso
descrito anteriormente; es decir, la persona debe poder distinguir claramente que lo
verdaderamente importante es lo esencial y no lo formal. Esto no depende de qué
religión se profese públicamente sino de que se tenga acceso al espacio interior. Con
Plutón en la casa 12, este proceso debería empezar, como más tarde, al final de la
pubertad. La experiencia demuestra que, con estas posiciones de Plutón, la mayoría de
las veces, estas cuestiones o estas visiones religiosas ya aparecen en la infancia.
En esta casa, las exigencias de Plutón son bastante duras y, una vez reconocidas, son
ineludibles. En principio, para estas personas existen tres posibilidades: (1) en la
primera, la persona aspira a la mencionada diferenciación en experiencias esenciales.
En este caso, el único medio correcto es la honestidad absoluta consigo mismo:
cualquier intento de autoengaño significa el fin de la carrera espiritual sin
excepciones. (2) La segunda posibilidad es el camino de la negación total: «darle la
espalda» al asunto y «no-querer-saber-nada-del-tema». De todos modos, en este caso,

para satisfacer la necesidad existente, la persona se esforzará en tener una carrera
mundana y en conseguir éxito externo como medio de evasión. (3) La tercera
posibilidad consiste en una creencia indiferenciada en las propias sensaciones pero de
forma que la persona no emprende nada para llegar a una experiencia consciente. De
esta manera el desarrollo espiritual no es posible y con el tiempo produce una cierta
«esclerosis» espiritual.
Plutón en la casa 12 puede ocasionar fácilmente una fuerte necesidad de
inviolabilidad de la esfera íntima que se percibe desde el entorno. Estas personas no
permiten que nadie se adentre en sus sentimientos (sean de tipo humano o religioso)
para removerlos. Sólo están interesadas en la defensa de su área privada y ya no
buscan soluciones a las cuestiones espirituales. Ésta es la manifestación más triste y
«atrofiante» de esta posición de Plutón.
La casa 12 es uno de los polos del eje de existencia del horóscopo. Por eso, si Plutón
se encuentra en esta casa, como entidad espiritual, debo preguntarme a mí mismo:
¿Qué soy? ¿De dónde vengo?, y debo intentar responder a estas preguntas, o mejor,
experimentarlas. El punto de partida de este planteamiento es casi siempre un miedo
existencial y, en la mayoría de los casos, el factor desencadenante es el miedo a la
muerte. No obstante, los típicos miedos de la casa 6, que tiene que ver con las
cuestiones materiales de la existencia, también pueden provocar un efecto «catapulta»
y hacer que la persona empiece a plantearse las cuestiones sobre el ser. De todas
formas, independientemente del tipo de causas que pueden «empujar» hacia el ámbito
espiritual, en última instancia, lo importante es el reconocimiento de los verdaderos
valores y su transferencia a la vida real. Y esto es posible gracias a la fuerza de
metamorfosis de Plutón, que está en contacto con nuestra fuente interior.
astro-api.es/docs/Pluton_en_las_casas

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