viernes, 2 de octubre de 2009


La psicosis también pertenece a la esfera de Neptuno. Una marcada evasión y negación de las circunstancias vitales pueden llevar a crear un mundo interior tan separado de la realidad que se termina por vivir enajenado. Otra causa de enfermedad mental puede ser producto de una mediumnidad mal canalizada que termina por “enloquecer” a la persona. La hipersensibilidad se encauza por caminos anómalos.
A nivel de relaciones, Neptuno manifiesta la energía del amor en su forma más pura o sutil. Es el amor incondicional, platónico, sufrido y romántico. Tiene poco de terrestre, por lo que la decepción le acompaña necesariamente. Por Neptuno surgen las historias de pasiones no correspondidas, relaciones imposibles, distantes, idealizadas y las víctimas de amor por infidelidad. En consecuencia los engaños son generalmente autoengaños producto de una visión confusa de la realidad.
Otra forma más sutil de conexión la encontramos en el trabajo del artista. Con Neptuno el artista se convierte en una herramienta de la Divinidad que plasma en el mundo material las formas eternas a través de la música, la poesía, la fotografía, el cine, la pintura. El arte neptuniano trasciende las formas estéticas inyectándoles emoción. Esta es la diferencia entre una obra armónica que seduce a los sentidos y una obra que conmueve al espíritu. Al mismo tiempo el artista, conciente de su conexión sagrada, se siente pequeño y agradecido por el Don que le ha sido concedido. Un nivel superior y elevado de Neptuno encontramos al místico. Aquel personaje que ha trascendido e integrado las formas sociales y culturales de la espiritualidad -religiones- y logra establecer conexión directa con lo Divino. Es el trabajo interior de silencio y soledad que permite crear el espacio sagrado. Es el Sendero del Discipulado, la entrega a una causa superior abandonando la identificación con lo personal e individual. En el templo de Neptuno encontramos entonces las siguientes pruebas iniciáticas: * El sufrimiento como una manera de desestabilizar y ablandar el Ego para tener conciencia que no todo depende de la voluntad personal. * La hipersensibilidad manifestada a través de los poderes psíquicos, la creatividad y la conexión con los mundos sutiles. * La adicción a sustancias, relaciones y situaciones como medios de evasión de una realidad demasiado dura. * Los espejismos, los engaños, la proyección de nuestras imágenes internas, creando una percepción falsa de la realidad. * Las pruebas de amor que trascienden tiempo y espacio. * El sacrificio, la traición y encontrarse en posición de víctima tal vez como pruebas karmicas compensatorias a un Ego demasiado cristalizado. Los tránsitos tensos de Neptuno sobre planetas personales indican períodos en la vida en los que la persona se siente desconectada, con la sensación de “haber perdido el rumbo”. Hay confusión, ambigüedad, incoherencia entre lo que se piensa y lo que se hace. Predominan el sufrimiento y la melancolía que llevan a la búsqueda de un Sendero espiritual. Si no se encuentra el camino se permanece en un limbo, en un estado de desconexión esencial. Los tránsitos armónicos de o sobre Neptuno marcan períodos en la vida de felicidad y realización interior, invisible a los ojos de los demás ya que sus efectos no se manifiestan directamente en la realidad externa.

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